No existen semifinales de la Champions sencillas, pero da la impresión de que el Real Madrid no tendría que haber sufrido tanto ante este Manchester City. Le faltó instinto asesino, ambición, un ritmo más alto y a varios jugadores, entre ellos Cristiano Ronaldo, estar en mejores condiciones físicas. El Madrid repitió el mismo error de las pasadas semifinales ante la Juventus de Turín al vivir innecesariamente en el alambre.
Con 1-0 y tras el tanto de Fernando en propia puerta a los 20 minutos de partido, el panorama para el Madrid era inmejorable. El Manchester City estaba dando muestras de sobra de no tener nivel para pelear por la última plaza en la final de Milán. Por simplificarlo. Son peor equipo en todos los aspectos. En defensa, son nivel Europa League y más tras la temprana lesión de Kompany a los ocho minutos. No saben ni hacer un línea recta con los cuatro defensas.
El Madrid se contagia de la parsimonia del City
Entonces, ¿por qué sufrió tanto el Real Madrid? Por el ritmo lento, pausado y tedioso que marcó el City y del que se contagió un Real Madrid que nunca trató de presionar más allá de su propio campo. Quizá, como pasó en la ida, porque Ronaldo no estaba al 100% como le sucedió a Benzema en Manchester. El Madrid era superior pero durante gran parte del partido se la jugó a un cara o cruz con este ritmo perfecto para un oso perezoso. Así pudo aguantar un obeso Yaya Touré sobre el terreno de juego durante 60 minutos. El centrocampista de Costa de Marfil llevaba un mes sin jugar un partido. Aún así estaba en su salsa y, al descanso, era el quinto jugador que más kilómetros había recorrido.
Durante la primera parte el Madrid entendió mal el encuentro. Sufría sin la pelota y sin Casemiro. Había cierto miedo. Faltaba el que robaba y ninguno quería despistarse en sus labores defensivas. Sólo disfrutaban y se sentían poderosos cuando tenían la pelota, cuando aparecían Modric y especialmente Isco jugando entre líneas y sin recrearse en exceso con la pelota. Podían disfrutar de posesiones largas, pero no lo hacían. Podían correr al contraataque, pero no lo hacían. Podían arrasar al City, pero competían de tú a tú en ese ritmo de solteros contra casados.
El Madrid salió con el once anunciado por Libertad Digital y esRadio. Con Jesé en lugar de Benzema. Esa fue la idea original porque a los pocos minutos Cristiano levantó la mano, se puso de nueve y Jesé tuvo que irse a la banda izquierda. Eso sólo puede pasar cuando Cristiano no está al cien por cien. La primera ocasión no llegó hasta casi el cuarto de hora cuando Carvajal se animó con una subida. Centró al corazón del área y remate del nueve del Madrid. ¿Jesé? No. Era Ronaldo. Había demasiado respeto y, sin jugar bien, al Madrid se le veía un pelín mejor. Con posesión, con más soluciones que el City al que se le veía sólo con un recurso: balones a Agüero. De Bruyne ha decepcionado en la eliminatoria y el único que creó algo de peligro, Jesús Navas, fue sustituido por Pellegrini.
A los veinte minutos llegó el tanto de Fernando en propia puerta que celebró Bale. Un centro del galés, rebotó en el jugador del City y se metió por la misma escuadra donde Hart no podía hacer nada. No veríamos la siguiente ocasión hasta la segunda parte. Hasta entonces, un gol bien anulado a Pepe. Poco más. A destacar el correcto partido de los defensas del Real Madrid. El conjunto de Zidane se estaba conformando con el 1-0, un resultado en el que el City se clasificaría con un tanto en cualquier momento.
Modric perdonó la sentencia
Al descanso, Zidane tuvo que pedirles que buscaran el segundo tanto porque la mentalidad fue diferente. Al menos, hasta que se encendió el piloto de la gasolina en el coche blanco. A los seis minutos, Modric falló la ocasión más clara de todo el encuentro al creer que estaba en fuera de juego. Solo ante Hart, tiró como si no importara cuando tenía la oportunidad de tranquilizar el corazón de todo el madridismo.
Gareth Bale mandó un cabezazo al larguero, Ronaldo marcó un tanto con la mano y tuvo un par de disparos lejanos que fueron muy centrados. A los veinte minutos, Zidane tuvo que tirar del banquillo porque no podían presionar y robar la pelota pese al ritmo lento de todo el encuentro. Ni con la pelota tenían frescura. El técnico galo tiró de Lucas Vázquez y de James por Jesé e Isco. El gallego, un correcaminos en cada partido, se contagió del resto y el colombiano, parecía que llevaba 80 minutos en el terreno de juego cuando llevaba diez. Pellegrini sacó artillería con Iheanacho y Sterling y, a partir de ahí, el partido sólo se jugó en el campo del Real Madrid.
El final fue el que firmarían casi todos los aficionados del City. El Madrid, encerrado en su área esperando un contraataque y ellos, a un gol de meterse en la final de Milán. El desenlace iba camino de pesadilla tipo Juventus, Bayern de Múnich o Borussia Dortmund. El Madrid sólo hacía dos cosas: defender y mirar el reloj. Agüero disparó a la red, Keylor Navas tuvo que hacer una salida arriesgada para despejar con la cabeza y, mientras tanto, Zidane apuraba los minutos sacando a Kovacic por Modric. Así estaba el patio.
El Madrid disputaba el partido más importante del año, el City el más importante de su historia en Europa y, sin embargo, parecía un amistoso típico de verano con el Madrid perdiendo tiempo cuando tienen equipo para golear. Al final no hubo moratazo y el Madrid estará en San Siro en la final de la Champions ante el Atlético de Madrid. Un éxito para el fútbol español y en el día de hoy, para el Real Madrid, un club que a finales de diciembre estaba pensando en un cambio de entrenador.
Ficha técnica
Real Madrid, 1: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Kroos, Modric, Isco (James, m.68); Bale, Cristiano Ronaldo y Jesé (Lucas Vázquez, m.56)
Manchester City, 0: Hart; Sagna, Kompany (Mangala, m.10), Otamendi, Clichy; Fernando, Fernandinho; Navas (Iheanacho, m.69), Touré Yaya (Sterling, m.61), De Bruyne; y Agüero
Gol: 1-0, m.20: Fernando, en propia meta
Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Mostró tarjeta amarilla a De Bruyne (m.30), Fernando (m.71) y Otamendi (m.90), del Manchester City; y a Lucas Vázquez (m.82), del Real Madrid
Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 80.000 espectadores, entre ellos unos 3.000 aficionados ingleses. Presenció el encuentro en el palco de honor el rey Felipe VI y la princesa Sofía. También asistieron los tenistas Rafa Nadal y Novak Djokovic