Filipe Luis y Fernando Torres fueron los únicos jugadores del Atlético de Madrid que comentaron ante los medios de comunicación lo que verdaderamente pensaban tras el partido ante el Barcelona. Filipe acusó a la UEFA de "proteger" al Barça y Torres se mostró indignado por la decisión de colocar para este partido a un colegiado que no diese el nivel de exigencia que merecía la cita.
En sala de prensa, Simeone se mordió la lengua y como él mismo reconoció tuvo que pensar más de la cuenta para no cometer ningún error con una declaración que incitara a la UEFA a sancionarle. El Cholo está harto de algunas decisiones del organismo continental y con declaraciones como las realizadas por Rummenigge, el director general del Bayern de Múnich, en las cuales se menospreció al Atlético de Madrid.
El club rojiblanco lleva tiempo pensando que hay ciertos clubes que tienen mucho poder e influencia en la UEFA como pueden ser Barcelona o Bayern. Este pensamiento se ha visto acrecentado por el menosprecio de Rummenigge y por las decisiones arbitrales de Felix Brych en el día de ayer. Un colegiado alemán que ya expulsó a Arda Turan ante el Real Madrid el curso pasado con una segunda amarilla parecida a la de Torres. Gil Marín, consejero delegado del Atlético, no se cortó a la hora de hablar de este poder.
"Queremos las mismas reglas del juego. Si lo de Torres es expulsión deben aplicar el mismo criterio con Luis Suárez. Rummenigge quiere unas semifinales entre los que él cree que mandan y terminará consiguiéndolo. El fútbol no es patrimonio de los ocho grandes clubes de Europa. El fútbol es de todos y debe ser así", sentenció Gil Marín tras el partido del Camp Nou.
El Atlético de Madrid no quiere hacer más declaraciones sobre lo sucedido ayer y el discurso a partir de ahora estará centrado en la Liga. El club es consciente de que aún queda el partido de vuelta y guardarán su sinceridad para más adelante. La entidad guardará silencio, pero no lo hará la afición del Atlético que ya calienta motores para el desenlace de cuartos en el Calderón.
El himno de la Champions es siempre pitado en la ribera del Manzanares por la decisión de Platini en el pasado de cerrar el estadio por los incidentes entre la Policía y los ultras del Olympique de Marsella en 2008. El ambiente estará muy caldeado el próximo miércoles y todos los ojos estarán puestos en los seis colegiados del choque. Las decisiones arbitrales, el emparejamiento por 3 años consecutivos con equipos españoles y los desprecios de dirigentes de clubes más potentes han desquiciado al Atlético de Madrid que ya no se fía de la UEFA.