Corría el año 1987 cuando Arrigo Sacchi cambió el Parma por el Milan. Hasta ese momento, en lo futbolístico, Italia siempre había vivido abrazada a un término: ´catenaccio´-reticencias ofensivas y acumulación de jugadores por detrás del balón eran las señas de identidad de todo buen equipo italiano-. Sacchi, un mago en el arte de entrenar, implantó en su nueva escuadra unos conceptos novedosos que dieron una vuelta de tuerca al estilo italiano. Asfixiante presión alta, defensa en zona y la ocupación de los espacios eran su ABC particular. Esta nueva forma de plantear los partidos revolucionó para siempre el fútbol italiano, dejando aparcado el termino 'catenaccio'.
Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus, quiere esta noche disfrazarse de Arrigo. Sabe el de Palermo que poner el autobús en el Bernabéu sería un suicidio, y sobre todo, contraproducente; arriba el Madrid está generando mucho, pero atrás concede mucho también. Sin volverse loco, con las líneas muy juntitas y cerrando espacios interiores, con un 4-3-1-2 de inicio, con Pirlo de medio centro, Pogba -volante izquierdo- y Marchisio -volante derecho- de escuderos de 'Il Professore', y Vidal de enganche, la idea es salir a mojar la oreja al Madrid, intentar quitarle la posesión -sin Modric y con Pogba es posible- hacer un gol -argumentos no le faltan con Tévez, Morata, la llegada desde segunda línea de los Marchisio, Vidal y Pogba, el balón parado de Pirlo-, y en cierto momento de partido, hacer como en Turín: tocar corneta, retaguardia, Barzagli al campo y poner la línea de 3 centrales.
Cuore, concentrazione, intensità, mente fredda, son las señas de identidad de una Juve que llega crecida al choque de esta noche en el Bernabéu. Los de Allegri, con el Scudetto ya en el bolsillo, aún tienen opciones de hacer un triplete histórico. Además de estar a un paso de Berlín, se jugará la Coppa de Italia en la final que disputará en junio ante la Lazio.
Doce años después de su última aparición en una final de la Copa de Europa, la Vecchia Signora sabe que, con el 2-1 de la ida, está ante una oportunidad muy jugosa para viajar a Berlín y luchar por intentar levantar su tercera orejona. Conjurada y mentalizada, al contrario que un Real Madrid revuelto -se ha hablado más en los días previos de Casillas y de las palabras del agente de Bale que de la Juve- lleva tiempo centrada en este 13M. Allegri ha motivado a su plantel con vídeos de la final de 1998 de Amsterdam, donde el Madrid tumbó a los bianconeros con aquel mítico gol de Mijatovic que terminó con 32 años de sequía del equipo blanco en la máxima competición continental.
Físicamente más descansado que un rival que tuvo una dura batalla frente al Valencia -Allegri dio oxígeno a todas sus piezas titulares a excepción de Marchisio el pasado sábado frente al Cagliari, cita que sirvió para el retorno de un Pogba que sorprendió a su propio entrenador con un gran rendimiento durante los 62' que estuvo sobre el césped y que culminó con un gol- y con jugadores como Vidal, Morata, Bonucci o Marchisio en el mejor momento de la temporada, la Juve llega en un estado 'ottimale' al partido.
Si los intangibles -físico, estado de forma y la moral- están a tope, futbolísticamente los turineses tienen argumentos suficientes -como ya se vio en el Juventus Stadium- para comprometer a cualquiera. Uno por uno el Madrid es superior, pero en conjunto, en equipo, la Juve funciona como un reloj suizo. Es una escuadra muy rocosa que tan sólo ha recibido dos goles o más en tres partidos esta temporada: nadie se libera en tareas defensivas; su estrella, Tévez, es el primero en dejarse el alma en la presión, saben manejar muy bien los tempos del partido, su segunda línea ofrece muchísima llegada, y encima recuperan a Pogba -uno de los interiores más determinantes del mundo, una 'bestia' que abarca muchísimo terreno, tremenda llegada y bastante calidad-. No está a tope el galo pero el sábado demostró que puede dar 60 minutos de calidad.
Se siente cómoda tanto con el balón como sin él, ya que con espacios es un equipo peligrosísimo. Es un conjunto muy versátil, muy trabajado, táctico y competitivo al máximo. Ojo al balón parado, con Pirlo poniéndolas donde quiere, tanto en faltas laterales, frontales, como en saques de esquina, la Juve saca petróleo.
Arriba, Tévez y Morata firman una dupla temible para cualquier defensa. El Capo argentino -lleva 29 goles esta temporada- tiene libertad de movimientos y siempre encara de afuera hacia adentro. El madrileño, que vuelve a casa, es el complemento ideal para Carlitos
Allegri, que llega con las bajas de Asamoah, Cáceres, Marrone y Rómulo, todos ellos lesionados, ya le ganó la partida táctica a Carlo en el partido de ida, y espera, con su disfraz de mago Gli Immortali di Sacchi, hacer un jaque mate a Ancelotti esta noche.
Alineación probable:
Buffon; Lichtsteiner, Bonucci, Chiellini, Evra; Pogba, Pirlo, Marchisio; Vidal; Morata, Tevez.