Noche mágica en el Vicente Calderón. Noche de emociones fuertes, de poco fútbol, pero de épica. Así es el Atlético de Madrid, capaz de lo mejor y de lo peor. No logró el pase remontando en noventa minutos, ni tampoco en 120, sino que tuvo que recurrir a los penaltis. Con Oblak bajo palos, con Torres marcando el quinto cuando todos sus críticos le señalaban como el que iba a fallar. Pero no lo hizo el 19, no cayó el Atlético.
Con las revoluciones al máximo arrancó el partido en el Vicente Calderón. Ruido es lo que pidió Diego Simeone y un infierno sonoro es lo que ofreció la hinchada rojiblanca desde el primer minuto. El equipo salió con doble fuerza debido al apoyo de la afición, pero no logró agobiar a su rival tanto como hubiese deseado. Las energías se transformaron en precipitación y la misma en más nervios de cara a jugar el balón. Todo ello lo aprovechó un eléctrico Bayer para montar sus contras. Juega muy bien el equipo de Leverkusen, y más con el resultado a favor.
No empezaron bien las cosas para los del Cholo, que veían muy lejos los rechaces, no llegaban a los balones divididos y, para colmo, se lesionaba su portero a los 20 minutos de juego. Moyá por Oblak, el portero que no recibe goles en Europa en el Calderón y el guardameta que aún tiene muchas dudas que despejar.
El paso de los minutos enfrió a la grada y llegó el turno de los jugadores. Ellos debían reactivar el choque y lo hicieron gracias a Mario Suárez. No suele marcar el de Alcobendas muchos goles, no es titular habitual, pero tiene algo en los partidos grandes, incluso la fortuna se pone de su parte porque un disparo con disfraz de cordero se convirtió en el peor de los lobos tras tocar en Toprak y despistar a Leno. Gol, eliminatoria igualada antes de la media hora y panorama más despejado.
Con 1-0 en el marcador y con el estadio nuevamente activado, el Atlético intentó buscar el segundo. Lo tuvo Mandzukic, pero su lentitud a la hora de morder en el remate llevó el gol al limbo. Antes del descanso, el Bayer tuvo alguna opción aislada, pero no se movería el marcador. Los rojiblancos no tuvieron fútbol aunque sí gol. Lo mejor, el resultado.
Mucha intensidad, poco fútbol
Nuevo acto por empezar, cambio de Raúl García por Cani y mismas sensaciones. El Atlético se volcó en busca del 2-0, pero no lo hizo a base de fútbol, lo hizo a base de coraje. El Bayer defendía con más o menos tranquilidad para luego salir con todo y con todos. Los locales consiguieron recuperar rápido esas contras y volver a generar peligro aunque faltaban ocasiones. Koke y Arda eran los únicos capaces de domar un balón que debían controlar y mover rápido porque de otra forma, avalancha alemana y perdida.
El conjunto alemán empezó a notar que el campo ya estaba demasiado inclinado hacia la portería de Leno y empezó a perder tiempo. El 1-0 ni les valía ni les dejaba de valer, pero con un gol aunque fuese en un despeje estaban con pie y medio en cuartos. Raúl García y Arda tuvieron el gol en sus botas con sendos remates dentro del área y el navarro pidió penalti en una jugada posterior que el árbitro no estimó oportuno pitar. La épica empezaba a asomarse por el Manzanares, no quedaba otra.
En la recta final, Torres al campo por un Mandzukic aplaudido por la grada y por Simeone. Había que soñar con un gol salvador y con el Niño en el campo, la afición lo veía más claro. No llegó en los noventa minutos y lo buscarían en el tiempo extra. La gasolina estaba justa en ambos equipos, sobre todo en los alemanes que estuvieron más tiempo del debido en el suelo. Estrategia y paliza física, los germanos querían los penaltis.
En el tiempo extra ambos tuvieron sus opciones, pero la épica rojiblanca es la épica rojiblanca. Llegaron los penaltis, llegó el carrusel de emociones y apareció el Atlético campeón liderado por Oblak. Sólo paró uno de los penaltis aunque fue el más psicológico de todos. Falló Raúl García el primero y el esloveno paró el siguiente. Ahí estuvo la primera clave. La segunda estuvo en un fallo de Koke cuando el Atlético estaba en ventaja y la tercera, el gol de Torres con toda la presión bajo sus hombros. El Niño no falló en el quinto con todo empatado y dejó la presión a Kiessling que sí erró y dio la gloria al Atlético. Están en cuartos, lo hicieron sufriendo, pero el subcampeón de Europa seguirá buscando lo que Lisboa no le otorgó.
Ficha técnica
Atlético de Madrid, 1 (3): Moyá (Oblak, m.20); Juanfran, Miranda, Giménez, Gámez; Arda Turan, Mario Suárez, Koke, Cani (Raúl García, m.46); Griezmann y Mandzukic (Torres, m.83)
Bayer Leverkusen, 0 (2): Leno; Hilbert, Toprak, Spahic, Wendell; Castro, Bender (Papadopoulos, m.104); Bellarabi, Çalhanoglu, Son Heung-Min (Rolfes, m.77); y Drmic (Kiessling, m.69)
Gol: 1-0, m.27: Mario Suárez
Penaltis: 0-0: Raúl García, fuera; 0-0: Çalhanoglu, para Oblak; 1-0: Griezmann, gol; 1-1: Rolfes, gol; 2-1: Mario Suárez, gol; 2-1: Toprak, fuera; 2-1: Koke, para Leno; 2-2: Gonzalo Castro, gol; 3-2: Torres, gol; 3-2: Kiessling, fuera
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Giménez (m.30), Gámez (m.72), Mario (m.75) y Fernando Torres (m.110), del Atlético de Madrid; y a Spahic (m.26), Toprak (m.65), Çalhanoglu (m.78), Wendell (m.90), Kiessling (m.102) y Papadopulos (m.113), del Bayer Leverkusen
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores, entre ellos unos 1.500 seguidores alemanes