Quince victorias consecutivas. Tres simples palabras que de sencillas no tienen nada. Tres palabras cuyo mérito es mayúsculo. Tres palabras que no deben pasar inadvertidas en esta crónica, pues el camino ha sido largo y complicado.
Todo comenzó hace más de dos meses, precisamente ante el Basilea (5-1), después de perder ante Atlético y Real Sociedad. Por aquel entonces Carlo Ancelotti pedía tiempo. "Daré con la tecla de nuevo", decía. Isco estaba en el banquillo y Ronaldo sólo había marcado dos goles. 72 días después, el Real Madrid ha igualado la mejor marca en la historia de este club con 57 goles a favor y nueve en contra. Ees el único equipo en la Champions que lleva 15 puntos.
Hay que recordar el camino porque si el aficionado se queda sólo con el último partido, la imagen puede estar equivocada. El partido del Madrid ante el Basilea ha sido gris. Pero gris muy oscuro. El gol de Ronaldo y poco más. Ritmo lento, pausado, dando la sensación incluso de desgana en algunos jugadores pero con la victoria en el bolsillo. Cristiano y nada más. Más bien el gol de Ronaldo, porque el luso tampoco tuvo su día.
Ancelotti sufrió más de lo esperado, pero el técnico fue el primer culpable de este mal partido. El italiano apostó por el mismo once ofensivo que ante el Eibar y, como a Bale no se le mete en la cabeza que tiene que defender, el equipo estuvo más partido de lo habitual. Los mejores minutos del Madrid no llegaron hasta mediada la segunda parte con la entrada de Illarramendi, un jugador que lleva casi un mes sin jugar.
No fue el partido del vasco lo que trajo el equilibrio, sino el cambio de sistema. Con cuatro centrocampistas, el Real Madrid ganó en estabilidad e hizo más ocasiones en diez minutos que en los 70 anteriores con dos disparos al palo. Primero Bale a pase de Isco y el segundo de Ronaldo a pase del galés, que o se mentaliza de que tiene que defender o va a dejar que el Madrid acabe sufriendo ante rivales más complicados.
A sufrir más, mejor dicho, porque el Basilea tuvo ocasiones de sobra para empatar. La más clara, la que salvó Keylor Navas en una jugada en la que estuvo listo y demostró tener reflejos y mucha agilidad para no tirarse al suelo en el mano a mano. En su último partido, el costarricense dio una imagen insegura; esta noche, justo lo contrario.
Isco, que ha jugado todos los partidos de la temporada, es indiscutible en este once. No por su calidad, que la tiene, sino porque es el jugador que más sacrificio muestra. Tiene físico y él sí que ha interiorizado su nuevo rol, el que le hace indispensable. No es el caso de James Rodríguez, cuyo trabajo no se nota si no hay goles o asistencias. Es decir, si no tiene su día.
Ronaldo y poco más... esta vez . Porque el valor de este equipo debe medirse por estos dos meses, no por un partido en el que poco había en juego. El Basilea tiene más trabajo que nombre. El gol de Ronaldo, que iguala a Raúl con 71 goles en Champions, rompe una racha de 618 minutos sin recibir goles que tenía el equipo suizo en competiciones europeas. Quince victorias consecutivas. Tres simples palabras que de sencillas no tienen nada.
Ficha técnica
Basilea, 0: Vaclik; Degen (Hamoudi, m.76), Schär, Suchy, Safari; Derlis González, Elneny, Frei (Díaz, m.84), Zuffi (Kakitani, m.87), Gashi; y Embolo
Real Madrid, 1: Keylor Navas; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos, Coentrao; Kroos, Isco (Nacho Fernández, m.92), James (Marcelo, m.89); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Illarramendi, m.71).
Gol: 1-0, m.35: Cristiano Ronaldo
Árbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonestó a Degen (m.45), Suchy (m.53) y Schär (m.80), del Basilea; y a Sergio Ramos (m.43) y Coentrao (m.48), del Real Madrid
Incidencias: Partido de la quinta jornada de Liga de Campeones, disputado en Saint Jakob Park ante 37.500 espectadores en las gradas. Lleno. En el minuto 89, varios aficionados invadieron el terreno de juego e interrumpieron el partido durante unos minutos