Aunque Luis Enrique ha negado haber aplicado castigo alguno a Gerard Piqué, lo cierto es que la situación del central del Barcelona se ha enquistado desde que las cámaras de televisión lo cazaron manipulando un teléfono móvil en el banquillo mientras el equipo disputaba la Supercopa de Cataluña.
El entrenador aseguró no haber visto las imágenes, pero lo cierto es que Piqué fue desterrado al palco en el partido ante el Celta de Vigo y se quedó en el banquillo este miércoles en el duelo de Liga de Campeones frente al Ajax en Amsterdam. Luis Enrique prefirió apostar la pareja formada por Mascherano y Bartra, que comenzó la temporada como cuarto central del equipo.
"No hay ningún castigo, ni nada que se lo parezca", afirmó Luis Enrique después del choque ante el equipo holandés. Detrás de las declaraciones ante la prensa, existe un malestar que no sólo se centra en el técnico si no también dentro del club azulgrana por un comportamiento que se ha agravado en los últimos meses.
Con una relación enfriada en las últimas semanas, el entrenador asturiano se enfrenat al reto de recuperar a un futbolista que sabe que es vital si quiere aspirar a todo. El pulso entre ambos acaba de comenzar.