Enfundarse la camiseta, liarse la bufanda al cuello y vibrar con el equipo de tu vida en uno de los asientos del Estadio da Luz de Lisboa es algo tan inolvidable como caro. La cercanía de la ciudad elegida como sede de la final de Champions ha provocado un interés por parte de los aficionados que desborda cualquier previsión. Cumplir este sueño está costando muchos quebraderos de cabeza debido al siempre polémico reparto de entradas.
El recinto, con capacidad para 65.647 espectadores, es el estadio del Benfica, catalogado por la UEFA como de élite. Conseguir un asiento es el primer paso y también el más difícil. Real Madrid y Atlético disponen de 17.000 entradas cada uno para la final de la máxima competición continental del próximo 24 de mayo. El descontento es evidente puesto que esta cifra asignada no cubre apenas un 10% de las peticiones.
La UEFA se reserva 27.000 para sus compromisos, el 44% del aforo. Del total asignado a este organismo, puso porcentaje a la venta hasta el pasado 21 de marzo, cuando aún no se conocía a los finalistas. Este organismo dividió las localidades del Estadio da Luz en cuatro categorías en una horquilla de precios desde los 70 hasta los 390 euros.
El Real Madrid ya ha abierto el proceso de solicitud de entradas y será posible hacerlo hasta el próximo lunes 5 de mayo a las 20:00 horas. Las peticiones se realizarán exclusivamente a través de la oficina online de atención al socio en la página web del Real Madrid. En cada solicitud se podrán pedir hasta un total de seis entradas y cada solicitud tendrá asignado un número de referencia para que, en el caso de que se registren más peticiones que entradas disponibles, se proceda al sorteo de entradas el 6 de mayo.
Los rojiblancos, en cambio, premian la antigüedad. El club no se ha pronunciado de forma oficial sobre su procedimiento, pero se espera que sea similar al llevado a cabo en las últimas finales de Europa League a las que accedió. En estas ocasiones, el Atlético de Madrid decidió que los primeros en optar a las entradas fueran aquellos que dispusieran de un Abono Total y, de estos, tuvieron preferencia los que llevaban más tiempo afiliados al club.
Los que no puedan acogerse a estos procedimientos, aún tienen alguna posibilidad. La UEFA pondrá a la venta unas 5.000 entradas el mismo día del partido. Fuera de los cauces oficiales, la reventa se dispara por encima de los 1.000 euros.
Avión, tren o carretera
La primera final de la Champions con dos equipos de la misma ciudad conlleva como añadido el traslado de miles de personas desde un mismo punto, lo que puede llegar a colapsar la red de trasportes. Muchos aficionados, hasta el 75% según las previsiones, optarán por recorrer en carretera los 620 kilómetros que separan ambas capitales. Se trata de un trayecto de unas seis horas.
Asimismo, Renfe prepara un dispositivo especial y pondrá a la venta 2.000 plazas extraordinarias en trenes especiales para viajar entre las capitales de España y Portugal. Renfe sumará así a la oferta habitual del Trenhotel Lusitania entre Madrid y Lisboa otros trenes especiales en ambos sentidos para transportar a los aficionados entre ambas ciudades, tanto en las horas previas al partido como a la vuelta, tras finalizar el encuentro. Su coste rondará los 60 euros.
El aeropuerto lisboeta no es demasiado grande. A pesar de que Barajas está preparando una serie de vuelos chárter para trasladar a sus hinchas, no habrá plazas suficientes para todos los interesados. El viaje costará unos 400 euros.
Alojamiento, una utopía
Lisboa será el centro del fútbol europeo. Más vale que los hinchas vayan con ganas de festejar el triunfo de su equipo hasta el amanecer o se les quite el sueño si pierden, puesto que encontrar alojamiento es sumamente complicado. El precio medio por noche en habitación de hotel era de 2.000 euros hace unas semanas. Ya de eso no queda nada.
Hacemos la comprobación en un portal de reserva de habitaciones: día 24 de mayo, centro de Lisboa, hotel de dos estrellas...y el resultado deja a cualquiera con la boca abierta. Hasta 5.000 euros por dormir en una estancia que, en cualquier otra fecha, no superaría los 40 euros.
Los hostales, pensiones, albergues o camping, también han colgado tarifas desorbitadas y apenas hay disponibilidad.