El FC Barcelona se bajó del tren con destino a Lisboa ante el Atlético de Madrid. Los del Tata Martino dijeron adiós a uno de los tres títulos a los que optaban esta temporada ante un conjunto luchador, que sacó a relucir aspectos del Barça que lo distinguen del equipo que lo ganaba todo.
Los cuartos de final de la Liga de Campeones era un partido muy exigente y, sin embargo, uno de los pilares principales del Barcelona apenas tuvo presencia. Lionel Messi suele ser la referencia del equipo, aparece cuando se le necesita y resuelve con acierto, pero ayer no se le vio.
No se trata de apreciaciones, la UEFA aportó uno de datos que más claramente evidenciaba su poca participación. Messi recorrió 6,8 kilómetros en los 93 minutos que duró el choque del Vicente Calderón, tan solo un más que su guardameta Pinto. Comparado con delanteros rivales, sorprende aún más: Koke recorrió 12,2 kilómetros, casi el doble; o Gabi y Raúl García, que corrieron 11,7 y 11,6 kilómetros, respectivamente.
Martino lo justifica
Martino no se mostró sorprendido cuando se le preguntó por esta cuestión. El técnico blaugrana dio a entender que fue premeditado y lo justificó: "No nos interesaba que Messi tuviera mucha participación en el juego. Era más el uno contra uno en el lado derecho lo que queríamos. Buscábamos que Cesc fuese falso 9. Messi en el extremo derecho y sin tanta participación con el marcaje que sufre contra el Atlético tuvo dos opciones de gol. No era prudente tanta participación y tampoco lo basamos todo en Messi".
Messi, que se movió entre la posición de extremo derecho y falso 9, solo disparó una vez a puerta en todo el partido. Cuando Iniesta se fue del campo, el internacional argentino aún se perdió más.
Las señas de identidad
Este fue otro de los puntos a destacar del encuentro: la sustitución de Iniesta a quince minutos para el pitido final. El manchego se mostró sorprendido y aseguró que fue "una decisión del entrenador". "Sí me sorprendió, pero es decisión del entrenador", dijo Iniesta, una vez que aseguró que ya miran hacia el futuro. "Tenemos una final muy cerca y nos jugamos la Liga", recordó el centrocampista.
Iniesta, seña de identidad del equipo, no estuvo cómodo. Pasó inadvertido en el centro del campo y no fue el jugador desequilibrante que acostumbra. Algo parecido le sucedió a Xavi, al que le costó entrar en el juego. Solo se notó su aportación cuando los de Simeone se metieron atrás.
Cuando unes tantas desapariciones, el equipo no carbura igual. Hace meses que desde el Barcelona niegan por activa y por pasiva un cambio de ciclo, pero que "interese" un Messi "sin mucha participación en el juego", se sustituya a Iniesta cuando las cosas no marchan bien y Xavi se muestra incapaz de generar juego... es nuevo. Al menos, es la versión de un equipo que ya no da tanto miedo.