Con autoridad y una enorme convicción en lo que hace, el Bayern de Múnich logró encarrilar el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones con un sólido triunfo (0-2) ante un Arsenal, que vio cómo todo su plan se desbarataba con la expulsión de su portero Szczesny antes del descanso.
Porque hasta que llegó esa roja, los londinenses fueron capaces de plantarle cara al Bayern. Conscientes de que los alemanes iban querer tomar las riendas desde el pimer momento, los ingleses optaron por plantear un choque eléctrico en los primeros compases. Y durante los primeros minutos el plan les salió bien. Con Sanogo en la punta de ataque -en lugar de Giroud y Podolski- y Oxlade-Chamberlain y Cazorla en las bandas, los de Arséne Wenger consiguieron desarbolar a su rival al comienzo del choque.
Las continuas entradas por las bandas comenzaron a generar un peligro constante. Neuer intervino en un disparo de Sanogo y, en medio del agobio local, Boateng derribó en el área al exmadridista Özil. El partido había cumplido paso a paso el guión previsto por Wenger y su equipo tenía la oportunidad de adelantarse. Sin embargo, Neuer intuyó el disparo centrado de Özil y el golpe de fallar la pena máxima contagió demasiado a los jugadores del Arsenal.
Porque a partir de ese momento, el Bayern recuperó el pulso de un choque, que no había conseguido controlar hasta entonces. Se hizo con el balón e imprimió el ritmo que más le convenía. Lejos de estar incómodo, el Arsenal no vio con malos ojos la posibilidad de poder robar y salir al contragolpe. Pero el domino de los de Pep Guardiola les hizo avanzar metros, asentar su campamento en el campo de su rival y empezar a generar peligro. Alaba empezó a aparecer con frecuencia en el área londinense y, en el momento en el que Robben, Kroos y Götze empezaron a aparecer el peligro se hizo latente.
Expulsión decisiva
Un balón a la espalda de los centrales del Arsenal sobre Robben provocó la mala salida de Szczesny, que derribó al holandés. Nicola Rizzoli no lo dudó. Penalti y expulsión, con la consiguiente salida del campo de Cazorla para dar entrada a Fabianski. Pero el despropósito a la hora de lanzar desde los once metros también se apoderó de Alaba, especialista consumado, que estrelló el baló en el poste antes del descanso.
Lejos de verse espoleado por el fallo de su oponente, la luz del Arsenal se apagó con diez jugadores y la segunda mitad se convirtió en un monólogo del Bayern. Los ingleses dieron dos pasos para atrás, convencidos de poder detener a los alemanes, pero perdieron toda su capacidad para atacar.
Plenamente cómodos sobre el terreno de juego, los visitantes pusieron en práctica su mejor repertorio de juego, se armaron de paciencia y esperaron a que las ocasiones llegasen fruto de una insistencia desde el primer hasta el último minuto de la segunda mitad. Apareció Robben, en dos ocasiones que solventó el guardameta, y Kroos abrió el marcador con un golazo desde fuera del área que se coló por la escuadra. La moral de los londinenses cayó por los suelos y, después de varios avisos, Müller cabeceó picado un centro perfecto del Lahm para fulminar a un Arsenal zarandeado por el poderío del Bayern.
Ficha técnica
Arsenal, 0: Szczesny, Sagna, Mertesacker, Koscielny, Gibbs (Monreal, m.31), Flamini, Wilshere, Oxlade-Chamberlain ((Rosicky, m.74), Özil, Cazorla (Fabianski, m.39), Sanogo.
Bayern Múnich, 2: Neuer, Lahm, Boateng (Rafinha, m.45), Dante, Alaba, Thiago (Pizarro, m.79), Javi Martinez, Robben, Kroos, Gotze, Mandzukic (Müller, m.64).
Goles: 0-1, m.54: Kroos. 0-2, m.88: Müller.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Boateng y Mandzukic (Bayern), y a Sanogo (Arsenal). Expulsó a Szczesny (Arsenal).
Incidenicas: Partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Emirates Stadium (Londres).