Le debía una el fútbol al Bayern de Múnich. Después de las finales perdidas en 2010 y 2012 ante el Inter de Milán y el Chelsea, respectivamente, por fin los bávaros han podido levantar la quinta Copa de Europa de su historia. A costa de un gran Borussia Dortmund, al que han derrotado en Wembley gracias a un gol de Arjen Robben en el último suspiro, cuando la final alemana parecía abocada a la prórroga.
Se redime así el jugador holandés, señalado por sus fallos en los momentos clave y al que muchos califican de "gafe" por las finales que ha perdido, entre ellas la del Mundial de Sudáfrica 2010 ante la selección española con aquel gol de Iniesta, en el minuto 116, que será imposible borrar de nuestras retinas. Y también por sus fallos, como el mano a mano errado ante Iker Casillas en aquella noche de Johannesburgo. Pero esta vez Robben dio en el clavo, llevándose la pelota en el área y batiendo a Weidenfeller en el momento de la verdad.
Ritmo frenético desde el inicio
La de Wembley fue una gran final, la mejor de la Champions en los últimos años. El Bayern pudo jugar con su once de gala, mientras que el Dortmund acudía con la baja de Mario Götze, quien en las últimas semanas ha levantado ampollas entre sus todavía aficionados tras conocerse que la próxima temporada jugará en el cuadro muniqués, el eterno enemigo, a las órdenes de Pep Guardiola. Su lugar en el once lo ocupó Kevin Grosskreutz, que actuó por la banda izquierda y desplazó a Marco Reus a la media punta.
El Dortmund salió más enchufado que un Bayern un tanto dormido y rápidamente le metió el miedo en el cuerpo con claras ocasiones de dos de sus futbolistas polacos: Robert Lewandowski -el héroe de la ida de semifinales ante el Real Madrid con sus cuatro goles- y Jakub Blaszczykowski. Reus, el mejor de los suyos en la primera mitad, se sumó al vendaval ofensivo con una clara oportunidad desbaratada por Manuel Neuer. Pese a su superioridad en la posesión del balón, al campeón de la Bundesliga, atorado, le costaba horrores salir de su campo y durante la primera media hora de partido el encuentro marchaba en una sola dirección.
Pero el Bayern, como campeón que es, supo quitarse el corsé y poco a poco empezaba a llegar con claridad a los dominios de Roman Weidenfeller. Avisó primero Mandzukic con un cabezazo en el segundo palo, dando muestras del peligro que tiene el conjunto muniqués por arriba, y enseguida empezaría a hacer de las suyas Robben, presente en casi todas las acciones de ataque del conjunto rojo. Hasta tres oportunidades claras dispuso el holandés en la primera parte -entre ellas un remate a bocajarro en el mano a mano con Weidenfeller que éste salvó con la cara-, acrecentando así su leyenda negra.
El partido se jugaba a un ritmo altísimo, con rápidas transiciones de un área a otra y ocasiones inmejorables, pero el gol seguía sin subir al luminoso de Wembley al intermedio.
Mandzukic abrió el fuego
Los dos equipos parecieron dar un pequeño paso atrás después del paso por vestuarios y el encuentro empezó a trabarse, con constantes interrupciones. Hasta que por fin, a punto de llegarse a la hora de partido, Mandzukic decidió romper el hielo con el gol que ponía al Bayern con ventaja. Ribéry se marchó con velocidad por la izquierda y conectó dentro del área con Robben. El internacional oranje apuró hasta la línea de fondo y sirvió un medido balón al ariete croata, quien sólo tuvo que empujarla para establecer el 0-1.
El conjunto de Jupp Heynckes parecía tener controlada la situación, pero Dante quiso darle emoción a la cosa con un penalti absurdo sobre Marco Reus. En una acción de lo más infantil, el central brasileño dio alas a su rival y se jugó la expulsión porque ya arrastraba una amarilla. Gündogan pidió la pelota y transformó con maestría desde los once metros.
Lejos de hundirse, el tanto espoleó a un Bayern que decidió meter una marcha más e ir a por todas, gozando de buenas ocasiones para haber desnivelado la balanza, como sendos disparos de David Alaba y Schweinsteiger desbaratados por un enorme Weidenfeller, o un balón sacado por Neven Subotic en la misma raya de gol cuando Robben, tras un envío raso de Müller desde la derecha, se preparaba para empujarlo a gol.
Cuando la final parecía abocada al tiempo extra, apareció Arjen Robben, el hombre de la noche, para acabar siendo decisivo, mandando callar a los que le tildan de gafe y quitándose un enorme peso de encima. Ribéry controló de espaldas dentro del área y el holandés apareció como una auténtica exhalación desde atrás para marcharse de dos defensas y engañar, esta vez sí, a Weidenfeller, a quien batió con un sutil remate raso con la zurda. Una obra de arte que valía una Copa de Europa, la quinta en la historia del Bayern.
Gran artífice del éxito bávaro ha sido Jupp Heynckes, que ha ganado dos Champions con dos equipos distintos tras haber dado la Séptima al Real Madrid en 1998 en el Amsterdam Arena. Tres finales y dos títulos, no está nada mal. La herencia que el veterano técnico de Mönchengladbach deja a Pep Guardiola en el banquillo muniqués es, cuanto menos, para agarrarse los machos.
Y la primera gran cita europea para Guardiola al frente del Bayern será en la Supercopa frente a un Chelsea que, casi con total seguridad, volverá a dirigir José Mourinho. Otro duelo Mou-Pep, ahora al frente de equipos diferentes. Si la presente temporada acaba por todo lo alto, el comienzo de la que viene promete emociones muy fuertes...
Ficha técnica
Borussia Dortmund, 1: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender (Sahin, m.90), Gündogan; Blaszczykowski (Schieber, m.90), Reus, Grosskreutz; y Lewandowski
Bayern de Múnich, 2: Neuer; Lahm, Dante, Boateng, Alaba; Javi Martínez, Schweinsteiger; Robben, Müller, Ribéry (Luiz Gustavo, m.91); y Mandzukic (Mario Gómez, m.93)
Goles: 0-1, m.59: Mandzukic; 1-1, m.68: Gündogan, de penalti; 1-2, m.89: Robben
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Mostró tarjeta amarilla a Dante (m.28) y Ribéry (m.73), del Bayern; y a Grosskreutz (m.73), del Borussia Dortmund
Incidencias: Final de la Liga de Campeones 2012/13 disputada en el estadio de Wembley (Londres) ante 86.298 espectadores. Presidió el partido, en el palco de autoridades, la canciller alemana, Angela Merkel