A las puertas de una remontada histórica. El Real Madrid ha tirado de épica ante el Borussia Dortmund y a punto ha estado de lograr el ansiado 3-0 que le hubiera metido en la final del próximo 25 de mayo en Wembley. Después de un inicio arrollador en el Santiago Bernabéu, que vistió sus mejores galas y donde la afición arropó a los jugadores en un ambiente increíble, los blancos fueron de más a menos y no supieron hacer los deberes hasta el minuto 82, cuando Benzema, al fin, logró abrir la lata. Sergio Ramos hizo el segundo a dos del final del tiempo reglamentario para hacer soñar al madridismo con un tercer gol que finalmente no llegó. Los blancos han acabado muriendo en la orilla y maldecirán durante mucho tiempo el desastroso partido de ida en el Signal Iduna Park (4-1). Probablemente, si aquella película hubiera sido distinta, otro gallo nos cantaría hoy.
De nuevo con Modric en el once, relegando a Khedira al banquillo de los suplentes, y con Essien en el lateral derecho, lo que permitió a Ramos volver al centro de la defensa, los blancos salieron en tromba, con el cuchillo entre los dientes, y firmaron un primer cuarto de hora arrollador en el que dispusieron de hasta cuatro ocasiones claras. Higuaín, Cristiano por dos veces y Özil pudieron haber batido a Roman Weidenfeller en los primeros compases del encuentro, pero perdonaron y el sueño de la remontada poco a poco se iba alejando. A la chita callando, también el Borussia avisó con un remate de Lewandowski, el héroe de la ida con sus cuatro goles, que detuvo Diego López.
Pero la peor noticia para los alemanes, que jugaron con el mismo once que hace seis días en Dortmund –Piszczek pudo ser incluido finalmente en la partida pese a que llegaba a la cita con molestias–, fue la lesión de Mario Götze. El talentoso jugador, primer fichaje del Bayern de Múnich de Pep Guardiola para la próxima temporada, se lesionó a los quince minutos y tuvo que dejar su puesto a Grosskreutz, con lo que el Borussia perdió toque en el centro del campo pero ganó músculo.
El caso es que tampoco pareció importarle demasiado a los futbolistas de Jürgen Klopp, mucho mejor físicamente que los de un Madrid que parecieron acusar el esfuerzo del arreón inicial. Así, poco a poco los alemanes, con el talento de Gündogan y Marco Reus, unido a la peligrosa presencia arriba de Lewandowski, empezaban a llevar el partido a su terreno, imponiéndose en la batalla del centro del campo, donde, una vez más, Luka Modric alternaba aciertos con errores y no terminaba por encontrar su sitio.
Quien no tardó demasiado en aparecer fue Howard Webb, el ínclito colegiado de la final del Mundial de Sudáfrica que España ganó a Holanda, con un arbitraje demasiado permisivo. El inglés no quiso saber nada y dejaba jugar todas las acciones, demostrando que este partido, en el que el billete a Wembley estaba en juego, le quedaba muy grande.
Partido loco en la segunda mitad
El Madrid no lograba marcar y ya sólo tenía 45 minutos por delante para tratar de lograr la machada. No obstante, la vuelta de vestuarios dibujó un panorama peor, pues Lewandowski avisó en los primeros minutos de la segunda mitad con dos ocasiones consecutivas, primero al mandar al cielo de Madrid un remate dentro del área y luego, apenas unos segundos después, al estrellar un balón contra el larguero. Se mascaba la tragedia en el Bernabéu, pues a la difícil empresa de marcar tres goles, se le añadía otra no menos complicada de no encajar ninguno ante todo un señor equipo como es este Borussia.
Más clara fue, si cabe, la oportunidad que tuvo Gündogan al cuarto de hora de esta segunda mitad con un remate a bocajarro ante el que se lució Diego López con un paradón sencillamente espectacular.
Algo había que hacer y, para entonces, Mourinho reaccionó dando entrada en el campo a Kaká y Benzema por Coentrao y un errático, una vez más, Higuaín, con quien la tomó la grada. Lo cierto es que los cambios funcionaron porque el francés acabaría siendo el autor del primer tanto y el brasileño, que estuvo a un buen nivel, aportó frescura al ataque madridista. Es más, el exjugador del Milan gozó de una clara ocasión con un remate de espuela dentro del área con el que a punto estuvo de sorprender a Weidenfeller. Quien también lo intentó fue Cristiano Ronaldo, aunque no estuvo a su mejor nivel. De lo contrario, tal vez ya habría subido para entonces algún gol al marcador.
Lo que sí subió fue la cuota de protagonismo de Webb con una decisión bastante polémica al dejar sin sanción una clara mano de Mats Hummels en la misma frontal del área que debió acabar en roja. Mientras tanto, los nervios se apoderaron del Bernabéu, que veía cómo la remontada se escapaba. Pero no hay que dar nunca por muerto a este Madrid porque con él todo es posible. Y así lo demostró primero Benzema con el primer gol (m.82) y luego, seis minutos después, Sergio Ramos con el 2-0, al rematar con el alma un balón dentro del área pequeña. Se pasaba en un tris de la angustia a la euforia. El madridismo creyó más que nunca en el milagro y la afición se vino arriba, tratando de llevar en volandas a los jugadores.
Pero en el fútbol todo juega. Jürgen Klopp, viéndole las orejas al lobo, introdujo un par de cambios en los últimos minutos con el objeto de perder todo el tiempo posible con el único fin de frenar el vendaval madridista. Y los borussers acabaron logrando su objetivo de clasificarse para su segunda final de Champions tras la que ganaron a la Juventus en 1997. Mourinho y los suyos, por contra, se quedaron a las puertas de la remontada y la Décima tendrá que esperar. Otro año más.
Ficha técnica
Real Madrid, 2: Diego López; Essien, Varane, Sergio Ramos, Coentrao (Kaká, m.57); Xabi Alonso (Khedira, m.67), Modric; Di María, Özil, Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, m.57)
Borussia Dortmund, 0: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender, Gündogan; Blaszczykowski (Santana, m.90), Götze (Grosskreutz, m.14), Reus; y Lewandowski (Kehl, m.86)
Goles: 1-0, m.82: Benzema; 2-0, m.88: Sergio Ramos
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra). Mostró tarjeta amarilla a Coentrao (m.25), Higuaín (m.42), Ramos (m.78) y Khedira (m.80), del Real Madrid; y a Gündogan (m.43) y Bender (m.45), del Borussia Dortmund
Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 80.000 espectadores, entre ellos unos 8.000 seguidores alemanes. El Rey Juan Carlos presenció el partido en el palco