El Málaga no quiere que el sueño de la Champions League termine nunca. Al menos, no todavía. Los octavos de final es una ronda decente para un buen equipo, pero el cuadro de Pellegrini ha demostrado esta noche que no es sólo eso. Es un gran equipo.
Y lo es sobre todo porque pareció un habitual de las grandes competiciones pese a ser su primera vez. Porque el ambiente vivido en La Rosaleda era el de las citas más especiales. Y porque ha sido capaz de remontar la eliminatoria a todo un Oporto, mostrándose muy superior al conjunto portugués, y uniéndose así a Real Madrid y Barcelona en los cuartos de final de la Copa de Europa. No suena nada mal.
Manuel Pellegrini sorprendió con la inclusión del brasileño Julio Baptista en el once inicial, recién superada una pequeña rotura fibrilar, y del argentino Javier Saviola, que en el estadio del Oporto no jugó un solo minuto.
En los primeros compases quedaron de manifiesto los nervios del Málaga, incapaz de dar dos pases seguidos. A punto estuvo de aprovecharlo el Oporto, pero le faltó puntería dentro del área. Y eso, en Europa, se paga. Y a medida que fueron pasando los minutos, el choque se fue igualando.
La jugada polémica del partido llegó en el minuto 40, cuando el colegiado Rizzoli anuló un gol a Saviola por presunta falta de Baptista a Helton, al que se le había escapado el balón. Pero poco importó, porque sólo dos minutos después llegó el tanto de Isco. El golazo de Isco. El malagueño recogió un balón en la frontal y, sin pensárselo, soltó un derechazo que se coló por la escuadra del Oporto.
Movió fichas Vitor Pereira tras el descanso, pero de inmediato se quedó mermado tras la expulsión por doble amarilla del centrocampista Defour. A partir de ese momento, el partido fue un monólogo del Málaga. Aunque no fue hasta el minuto 76 cuando llegó el tanto decisivo. Fue obra de Roque Santa Cruz, quien acababa de entrar en el campo. El paraguayo remató de manera inapelable un saque de esquina.
Los últimos minutos fueron de nervios, de tensión. Pudieron caer goles en ambos bandos. Sobre todo, en el del Oporto, que logró dos tantos, pero vio cómo se los anulaban. Ambos, todo sea dicho, bien anulados. Pero el sufrimiento bien valió la pena. Porque La Rosaleda terminó viviendo una fiesta por todo lo alto. No era para menos, su equipo acababa de clasificarse para los cuartos de final de la Copa de Europa. No todos pueden decir eso.
Ficha técnica
Málaga, 2: Caballero; Gámez, Demichelis, Weligton, Antunes; Joaquín (Camacho, m. 87), Toulalan, Iturra, Isco; Baptista (Santa Cruz, m. 73) y Saviola (Piazon, m. 78)
Oporto, 0: Helton; Danilo, Otamendi, Mangala, Alex Sandro (Atsu, m. 69); Fernando, Lucho González, Defour, Varela (Maicon, m. 57); Moutinho (James Rodríguez, m. 46) y Jakson Martínez
Goles: 1-0, m. 42: Isco; 2-0, m. 76: Santa Cruz
Arbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Mostró tarjeta amarilla a los malaguistas Demichelis (m. 28), Gámez (m. 32) y Toulalan (m. 63), y a los jugadores del Oporto Otamendi (m.17) y Mangala (m.83). Expulsó a Defour por doble cartulina amarilla (m. 48)
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones diputado en el estadio de La Rosaleda ante 30.000 espectadores