L D (EFE) "A estas alturas de mi vida ya no me pongo nervioso por casi nada, pero me preocupan las dunas por mi inexperiencia, aunque espero compensar esta carencia con la presencia de mi copiloto, Andreas Schult, que lleva miles de kilómetros en Africa y que ha ganado dos veces el Dakar", asegura Carlos Sainz.
El piloto español, doble campeón mundial de rallys, mantiene su discurso de perfil bajo. "Mi objetivo es llegar a Dakar y hacerlo en la mejor posición posible. La experiencia me dice que donde piensas que puedes ir bien casi seguro que tendrás problemas y viceversa. Estoy preparado para cualquier tipo de situación", dice. Sainz explica que se ha preparado a conciencia para esta nueva aventura: "He trabajado mucho el aspecto físico. En lo psicológico siempre he sido fuerte y no he hecho nada especial, porque estoy acostumbrado a la presión de la competición".
El madrileño, de 41 años, es consciente de que se va a encontrar con cosas completamente nuevas para él. "Nunca he corrido sobre dunas y me preocupa. La ausencia del GPS en determinados momentos será estresante, por la posibilidad de perderte. Desde los 12 ó 13 años no he vuelto a dormir en una tienda de campaña y en un saco. Van a ser muchas novedades", afirma. "Tengo una gran pasión por el mundo del motor y eso es lo que me ha empujado a meterme en este reto fantástico. Una vez que pruebe el Dakar haré una valoración y veré si me compensa o no. No tengo nada preestablecido de antemano", continuaba.
Carlos Sainz sabe que es un auténtico novato y que viene a aprender. "Creo que nadie puede decir que vengo al Dakar sacando pecho, sino con mucha humildad y dispuesto a aprender. Soy uno más. Muchos tienen esperanzas de que pueda hacer un gran papel. Yo también las tengo y espero hacerlo lo mejor posible", explica. "Al final es un coche y se trata de conducirlo lo más rápido posible y eso si lo he hecho durante muchos años", sigue.
El ex campeón mundial de rallys todavía no ha decidido si esta participación en el Dakar será una experiencia única o tendrá continuidad. "Primero tendré que valorar esta primera experiencia y después ver las posibilidades que tengo. Está claro que una competición de esta envergadura hay que afrontarla con un equipo puntero, porque si no sería ir a hacer turismo y yo, turismo lo hago con mis hijos", recalca. Uno de los problemas del nuevo Volkswagen Tuareg es saber si serán competitivos en el desierto. "Se ha trabajado mucho en el coche y pensamos que llegamos al Dakar con una buena máquina, pero la hemos probado poco en el desierto y no sabemos cómo va a responder. Esa es una de las incógnitas que vamos a despejar", dice.
En cuanto a los favoritos, Carlos Sainz lo tiene claro: "Tienen que estar entre gente del equipo Mitsubishi y del equipo Volkswagen. Si hablamos de personas, el vencedor del año pasado, Peterhansen, siempre tiene un plus añadido". Con respecto a su copiloto, Andreas Schult, dice que la compenetración era buena y contó una divertida anécdota al respecto. "Aquí, en el Dakar, no hay notas previas, pero en el prólogo de Portugal que sí las había, Schultz iba apurado en una curva y me la cantó en alemán en vez de en inglés. Creo que me dijo algo así como Rightfung y me imaginé que no debía ser muy mala por el nombre", concluyó Carlos Sainz.
El piloto español, doble campeón mundial de rallys, mantiene su discurso de perfil bajo. "Mi objetivo es llegar a Dakar y hacerlo en la mejor posición posible. La experiencia me dice que donde piensas que puedes ir bien casi seguro que tendrás problemas y viceversa. Estoy preparado para cualquier tipo de situación", dice. Sainz explica que se ha preparado a conciencia para esta nueva aventura: "He trabajado mucho el aspecto físico. En lo psicológico siempre he sido fuerte y no he hecho nada especial, porque estoy acostumbrado a la presión de la competición".
El madrileño, de 41 años, es consciente de que se va a encontrar con cosas completamente nuevas para él. "Nunca he corrido sobre dunas y me preocupa. La ausencia del GPS en determinados momentos será estresante, por la posibilidad de perderte. Desde los 12 ó 13 años no he vuelto a dormir en una tienda de campaña y en un saco. Van a ser muchas novedades", afirma. "Tengo una gran pasión por el mundo del motor y eso es lo que me ha empujado a meterme en este reto fantástico. Una vez que pruebe el Dakar haré una valoración y veré si me compensa o no. No tengo nada preestablecido de antemano", continuaba.
Carlos Sainz sabe que es un auténtico novato y que viene a aprender. "Creo que nadie puede decir que vengo al Dakar sacando pecho, sino con mucha humildad y dispuesto a aprender. Soy uno más. Muchos tienen esperanzas de que pueda hacer un gran papel. Yo también las tengo y espero hacerlo lo mejor posible", explica. "Al final es un coche y se trata de conducirlo lo más rápido posible y eso si lo he hecho durante muchos años", sigue.
El ex campeón mundial de rallys todavía no ha decidido si esta participación en el Dakar será una experiencia única o tendrá continuidad. "Primero tendré que valorar esta primera experiencia y después ver las posibilidades que tengo. Está claro que una competición de esta envergadura hay que afrontarla con un equipo puntero, porque si no sería ir a hacer turismo y yo, turismo lo hago con mis hijos", recalca. Uno de los problemas del nuevo Volkswagen Tuareg es saber si serán competitivos en el desierto. "Se ha trabajado mucho en el coche y pensamos que llegamos al Dakar con una buena máquina, pero la hemos probado poco en el desierto y no sabemos cómo va a responder. Esa es una de las incógnitas que vamos a despejar", dice.
En cuanto a los favoritos, Carlos Sainz lo tiene claro: "Tienen que estar entre gente del equipo Mitsubishi y del equipo Volkswagen. Si hablamos de personas, el vencedor del año pasado, Peterhansen, siempre tiene un plus añadido". Con respecto a su copiloto, Andreas Schult, dice que la compenetración era buena y contó una divertida anécdota al respecto. "Aquí, en el Dakar, no hay notas previas, pero en el prólogo de Portugal que sí las había, Schultz iba apurado en una curva y me la cantó en alemán en vez de en inglés. Creo que me dijo algo así como Rightfung y me imaginé que no debía ser muy mala por el nombre", concluyó Carlos Sainz.