L D (EFE) Visiblemente decepcionado, Sainz acudió al doctor para que le atendiera de problemas en los brazos, puesto que la obligación de conducir sin dirección asistida durante casi 300 kilómetros le reavivó una contractura en el hombro. "Esos kilómetros sin dirección fueron imposibles, peligrosísimos. Me he destrozado las manos, los antebrazos, tengo ampollas por todos los lados, pero había que llegar como fuese", aseguró.
Sainz lamentó de que la avería llegó en el momento en el que mejor estaba rodando, cuando había superado problemas iniciales, en los que se atrancó dos veces, y había adelantado a buena parte de sus rivales. La dirección se rompió justo cuando trataba de rebasar al francés Stéphane Peterhansel, que terminó segundo de la etapa por detrás del sudafricano Giniel de Villiers.
"No sé como sucedió. Anoche cambiaron todo, la bomba, la cremallera,... y hoy me da un problema. No se sabe como acertar", dijo el madrileño, que ya notó problemas al principio de la especial. "Además, la avería llegó en una etapa muy virada, que me iba muy bien", se lamentó.
Sainz lamentó de que la avería llegó en el momento en el que mejor estaba rodando, cuando había superado problemas iniciales, en los que se atrancó dos veces, y había adelantado a buena parte de sus rivales. La dirección se rompió justo cuando trataba de rebasar al francés Stéphane Peterhansel, que terminó segundo de la etapa por detrás del sudafricano Giniel de Villiers.
"No sé como sucedió. Anoche cambiaron todo, la bomba, la cremallera,... y hoy me da un problema. No se sabe como acertar", dijo el madrileño, que ya notó problemas al principio de la especial. "Además, la avería llegó en una etapa muy virada, que me iba muy bien", se lamentó.