L D (EFE) Una vez completados los nueve tramos de la primera etapa, Marcus Gronholm, sexto en el Mundial de pilotos, lidera la prueba con 38 segundos y una décima de ventaja sobre el estonio Markko Martin (Ford), 43.6 sobre el noruego Petter Solberg (Subaru) y 55.0 sobre el líder del campeonato, su compañero en Peugeot Richard Burns. Sainz, ganador a principios de marzo en Turquía, es octavo a un minuto, 47 segundos y 4 décimas del primero. Gronholm, ganador de este rally en 2002, ha arrasado en la primera etapa. El finlandés ha ganado siete de los nueve tramos cronometrados disputados sobre las carreteras de tierra neozelandesas y tan sólo ha cedido la batuta en dos especiales, en la que se ha impuesto su compañero Burns.
En la víspera de su 41 cumpleaños, Carlos Sainz no ha encontrado nunca el ritmo para luchar por las primeras plazas y tras los nueve primeros tramos ha pedido casi toda opción de victoria. Además, está en el límite de a zona de puntos (desde 2003 puntúan los ocho primeros), por lo que su prioridad es sumar. La posición de salida era uno de los inconvenientes que tenía que afrontar Sainz en la primera jornada, y eso ha marcado las diferencias en los cinco primeros tramos, donde cedió ya más de un minuto. La lluvia que cayó en algunos momentos palió ligeramente el inconveniente de salir en tercera posición.
A partir de la séptima especial Sainz, que al principio de la
jornada también tuvo problemas con el sistema de desempañado del
cristal delantero, fue el segundo en salir a la pista debido al
abandono de su compañero de equipo Colin McRae. "Al pasar por los charcos y algunos pequeños cauces el cristal se empañaba y era como tener la niebla dentro del habitáculo. Eso nos impedía ir al máximo durante unos kilómetros, por lo que hemos tenido que hacer los casi 50 kms. que sumaban las primeras especiales en esas condiciones. En la asistencia han solucionado el problema", comentaba el madrileño.
Para la segunda parte de la etapa, Carlos Sainz decidió cambiar algunos
reglajes en el Xsara, pero no surtieron el efecto deseado. "Pedí algunos cambios en el coche, pero no mejoró su comportamiento y perdí tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que las especiales estaban más limpias de gravilla, y debíamos de haber rodado más rápido, pero el comportamiento del coche no me permitió emplearme a fondo", comentaba al acabar la jornada.
La primera etapa se ha cobrado dos víctimas ilustres: el escocés Colin McRae, compañero de equipo de Sainz y segundo en el Mundial, tuvo que retirarse al dañar la suspensión de su Xsara WRC, mientras que el alemán Armin Schwarz apenas pudo recorrer unos kilómetros ya que sufrió una salida de pista en el primer tramo. Este sábado se disputará la segunda etapa, en la que están previstos siete tramos cronometrados.
En la víspera de su 41 cumpleaños, Carlos Sainz no ha encontrado nunca el ritmo para luchar por las primeras plazas y tras los nueve primeros tramos ha pedido casi toda opción de victoria. Además, está en el límite de a zona de puntos (desde 2003 puntúan los ocho primeros), por lo que su prioridad es sumar. La posición de salida era uno de los inconvenientes que tenía que afrontar Sainz en la primera jornada, y eso ha marcado las diferencias en los cinco primeros tramos, donde cedió ya más de un minuto. La lluvia que cayó en algunos momentos palió ligeramente el inconveniente de salir en tercera posición.
A partir de la séptima especial Sainz, que al principio de la
jornada también tuvo problemas con el sistema de desempañado del
cristal delantero, fue el segundo en salir a la pista debido al
abandono de su compañero de equipo Colin McRae. "Al pasar por los charcos y algunos pequeños cauces el cristal se empañaba y era como tener la niebla dentro del habitáculo. Eso nos impedía ir al máximo durante unos kilómetros, por lo que hemos tenido que hacer los casi 50 kms. que sumaban las primeras especiales en esas condiciones. En la asistencia han solucionado el problema", comentaba el madrileño.
Para la segunda parte de la etapa, Carlos Sainz decidió cambiar algunos
reglajes en el Xsara, pero no surtieron el efecto deseado. "Pedí algunos cambios en el coche, pero no mejoró su comportamiento y perdí tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que las especiales estaban más limpias de gravilla, y debíamos de haber rodado más rápido, pero el comportamiento del coche no me permitió emplearme a fondo", comentaba al acabar la jornada.
La primera etapa se ha cobrado dos víctimas ilustres: el escocés Colin McRae, compañero de equipo de Sainz y segundo en el Mundial, tuvo que retirarse al dañar la suspensión de su Xsara WRC, mientras que el alemán Armin Schwarz apenas pudo recorrer unos kilómetros ya que sufrió una salida de pista en el primer tramo. Este sábado se disputará la segunda etapa, en la que están previstos siete tramos cronometrados.