L D (EFE) Además de quedarse a las puertas del 'top ten', Carlos Sainz fue el que más etapas se adjudicó: un total de cuatro, dos de ellas en Europa. A quienes le acusan de que no conoce bien el espíritu del Dakar, el madrileño les dice que, pese a su corta experiencia, luchaba por los puestos de cabeza cuando sucedieron los dos problemas mecánicos y les avisa de que repetirá planteamiento.
"La estrategia del año pasado iba bien hasta que pasó lo que pasó. Y este año espero que todo vaya igual y espero estar luchando para estar en los puestos de cabeza, no perder mucho tiempo, no atascarme en ningún lado, no perdernos, no chocar. Es lo que hace todo el mundo, no es algo novedoso", afirma. Aunque ya no es un debutante, Sainz reconoce que aun puede ganar experiencia y, sobre todo, kilómetros de pilotaje en las dunas africanas, su principal punto débil del año pasado. "Este año hay más desierto y eso me perjudica porque es el terreno en el que estoy menos acostumbrado a conducir. Pero si quieres ganar un Dakar tienes que aprender a ir por las dunas, forma parte de esta carrera", indica.
Los cambios introducidos en el recorrido a causa de la amenaza terrorista en Mali, con modificaciones en la décima y undécima etapas, no tendrán influencia en la clasificación final, a juicio del bicampeón mundial de rallys. La llegada de su ex rival en el Mundial de rallys Ari Vatanen al equipo Volkswagen ha aportado "mucha experiencia, solidez y garantías de cara al resultado final", según Sainz, que alaba al cuádruple vencedor del Dakar.
Pese a la presencia del finlandés, el madrileño ha sido la estrella de la presentación del equipo en Lisboa, donde han sometido sus vehículos a las verificaciones técnicas previas al inicio de la prueba el próximo sábado. "Agradezco mucho el apoyo de la gente y por eso quiero conseguir un buen resultado. Soy consciente de que es una aventura difícil, en el Sáhara puede pasar cualquier cosa. Pero que la gente piense que puedo hacerlo bien es un apoyo importante y espero no defraudar", indicaba el piloto, que no siente una presión suplementaria por ser el centro de todas las miradas.
A la hora de señalar su rival a batir, Sainz apunta a Mitsubishi, "el favorito, el ganador", que se presenta con un nuevo Montero y al que espera complicar las cosas con su Touareg mejorado. Personalmente no se marca otra meta que no sea mejorar y sin perder de vista el primer puesto del podium del Lago Rosa. "Tengo un año más de experiencia, aunque sigo siendo el que menos tiene. Afronto la carrera con ilusión y con ganas de mejorar mi posición del año pasado y seguir aprendiendo", reitera.
"La estrategia del año pasado iba bien hasta que pasó lo que pasó. Y este año espero que todo vaya igual y espero estar luchando para estar en los puestos de cabeza, no perder mucho tiempo, no atascarme en ningún lado, no perdernos, no chocar. Es lo que hace todo el mundo, no es algo novedoso", afirma. Aunque ya no es un debutante, Sainz reconoce que aun puede ganar experiencia y, sobre todo, kilómetros de pilotaje en las dunas africanas, su principal punto débil del año pasado. "Este año hay más desierto y eso me perjudica porque es el terreno en el que estoy menos acostumbrado a conducir. Pero si quieres ganar un Dakar tienes que aprender a ir por las dunas, forma parte de esta carrera", indica.
Los cambios introducidos en el recorrido a causa de la amenaza terrorista en Mali, con modificaciones en la décima y undécima etapas, no tendrán influencia en la clasificación final, a juicio del bicampeón mundial de rallys. La llegada de su ex rival en el Mundial de rallys Ari Vatanen al equipo Volkswagen ha aportado "mucha experiencia, solidez y garantías de cara al resultado final", según Sainz, que alaba al cuádruple vencedor del Dakar.
Pese a la presencia del finlandés, el madrileño ha sido la estrella de la presentación del equipo en Lisboa, donde han sometido sus vehículos a las verificaciones técnicas previas al inicio de la prueba el próximo sábado. "Agradezco mucho el apoyo de la gente y por eso quiero conseguir un buen resultado. Soy consciente de que es una aventura difícil, en el Sáhara puede pasar cualquier cosa. Pero que la gente piense que puedo hacerlo bien es un apoyo importante y espero no defraudar", indicaba el piloto, que no siente una presión suplementaria por ser el centro de todas las miradas.
A la hora de señalar su rival a batir, Sainz apunta a Mitsubishi, "el favorito, el ganador", que se presenta con un nuevo Montero y al que espera complicar las cosas con su Touareg mejorado. Personalmente no se marca otra meta que no sea mejorar y sin perder de vista el primer puesto del podium del Lago Rosa. "Tengo un año más de experiencia, aunque sigo siendo el que menos tiene. Afronto la carrera con ilusión y con ganas de mejorar mi posición del año pasado y seguir aprendiendo", reitera.