L D (EFE) Después de 16 días en París, Carla se ha convertido en la gran revelación del torneo. Estuvo entre algodones tras ganar su acceso al cuadro principal por un problema en el intercostal, y de hecho salió de nuevo vendada este domingo por precaución. El doctor Ángel Ruiz Cotorro y el fisioterapeuta Julian Casanova se preocupan de ella, día a día.
Fiel a su estilo, la discípula de Xavi Budó, mantuvo su calma y con mucha cabeza supo contrarrestar la mayor experiencia de Pennetta, ganadora esta temporada de Viña del Mar y Acapulco, con seis títulos en su palmarés.
Ante la mayor experiencia de la tenista de Brindisi, Carla supo estar fría, consciente de lo que estaba logrando en la pista Suzanne Lenglen. Gracias a ese revés a una mano que está maravillando en París, y a una derecha que cada vez abre más ángulos, salvó seis puntos de ruptura, para romper el saque de la italiana en el octavo juego y confirmar la manga en 48 minutos. La reacción de la española fue tal que ganó cinco juegos consecutivos para situarse con 2-0 en el segundo set. Pennetta no se quiso ir así y presentó batalla, pero Carla hizo los cuatro últimos para mostrar sus credenciales y situarse ya en cuartos, con una amenazante personalidad.
Fiel a su estilo, la discípula de Xavi Budó, mantuvo su calma y con mucha cabeza supo contrarrestar la mayor experiencia de Pennetta, ganadora esta temporada de Viña del Mar y Acapulco, con seis títulos en su palmarés.
Ante la mayor experiencia de la tenista de Brindisi, Carla supo estar fría, consciente de lo que estaba logrando en la pista Suzanne Lenglen. Gracias a ese revés a una mano que está maravillando en París, y a una derecha que cada vez abre más ángulos, salvó seis puntos de ruptura, para romper el saque de la italiana en el octavo juego y confirmar la manga en 48 minutos. La reacción de la española fue tal que ganó cinco juegos consecutivos para situarse con 2-0 en el segundo set. Pennetta no se quiso ir así y presentó batalla, pero Carla hizo los cuatro últimos para mostrar sus credenciales y situarse ya en cuartos, con una amenazante personalidad.