(Libertad Digital) La gala celebrada en la Ópera de Zúrich ha tenido como asunto central el 250 aniversario del nacimiento de Mozart. "¿Qué futbolista sería hoy Mozart?", se preguntaba en la introducción de la gala el portavoz de la FIFA, Markus Siegler, y ésta le respondió, con los votos de los seleccionadores y los capitanes de los equipos, que el menos esperado. En la misma edición en la que se honraba la memoria de Giacinto Facchetti, con la distinción presidencial, otro defensa central ha sido el gran triunfador de la noche.
Cuando se esperaba que la sonrisa de Ronaldinho llenase el escenario, fue Cannavaro el que mostró su rostro complacido, en el momento culminante de una gala que intercaló composiciones de Mozart con imágenes de los premiados, por momentos, pareció pretenciosa. Tanto como el discurso del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que habló de "cambiar el mundo" y de "llevar la justicia al continente africano", en el próximo ciclo que concluirá con la disputa del próximo Mundial en Sudáfrica.
Raúl y Luis, de nuevo juntos
La entrega de premios ofreció, además, la oportunidad de ver juntos sobre el escenario a Raúl y Luis Aragonés, distanciados desde que el técnico de la selección española decidió prescindir del capitán y que subieron al escenario, en compañía de Ronaldo y de Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), con quienes compartieron del galardón al Juego Limpio en el Mundial.
Los protagonistas de Alemania 2006 también tuvieron su momento de gloria, salvo el italiano Gianluigi Buffon, Premio Lev Yashin al menos goleado, ausente en señal de luto por los dos juveniles de la Juventus de Turín ahogados en un lago del centro deportivo del club. Miroslav Klose, el máximo goleador, destacó que, más allá de la actuación de su selección, lo más importante fue el éxito de un Mundial que no tuvo ningún acto violento e involucró a todo el país.
Con la lírica de Mozart y la épica del momento, la brasileña Marta recoíaó el premio a la Mejor Jugadora del Mundo, entre sollozos después de dos intentos fallidos en las ediciones precedentes, y Cannavaro entró en el olimpo, para recoger el premio en presencia de Franz Beckenbauer, Lothar Matthäus, Edgar Davids y Blatter.
Pantomima de la FIFA en la rueda de prensa
Horas antes, la rueda de prensa oficial de la FIFA resultaba ser un curioso ejercicio de simulación. Simuló el portavoz de la Federación Internacional, que trató de explicar los problemas de agenda de Zidane para no acudir a su cita con los medios, pese a que era el único que no había jugado, mientras a Ronaldinho, por ejemplo, le dio tiempo a llegar desde Japón. Y simularon, sobre todo, los jugadores, a los que la FIFA impidió que se expresasen como ganadores o perdedores, para prolongar hasta la gala una emoción que se supone que debía de ir en el contrato de los derechos televisivos, pero que comenzó a diluirse el domingo por la tarde, cuando se filtró el resultado de la votación.
Así, Ronaldinho, que ha llegado "muerto" desde Japón y con la amargura de la derrota en la final del Mundial de Clubes y conocedor de que no iba repetir trofeo en Zúrich, tuvo que fingir la emoción que le supondría convertirse en el primer futbolista que lo lograse tres veces seguidas. De igual forma, a Cannavaro se le hizo muy cuesta arriba hablar en todo momento como finalista, cuando ya se sabe ganador. El italiano, no obstante, ha podido reivindicar su condición de defensa, su derecho a ser el mejor pese a que no levante tanta admiración como los otros dos finalistas. "Para un defensa es mucho más difícil, cuando se está al lado de jugadores como Zidane o Ronaldinho. Partimos de un punto de partida más difícil, pero yo he tenido suerte, porque gané el Mundial y eso me hizo llegar aquí", admite.
"Las críticas de la prensa fueron injustas"
Cannavaro destilaba satisfacción por todas partes. "Este año ha sido increíble. No puedo pedirle más a esta temporada. Para mí, es importante estar aquí, y espero que esto silencie a todos aquellos que me han criticado. Durante años, muchos dijeron que por qué no ganaba un premio un defensa y luego, cuando lo ha ganado, lo criticaron", indicaba. Luego, durante breves instantes tras la conferencia de prensa, destacaba que las críticas vertidas, "desde la prensa francesa y la española fueron injustas". "Es una especie de revancha, aunque no creo que se me criticase a mí en concreto, no soy tan antipático. Se criticó que se le diese el premio a un defensa puro, que lo que hace es defender. Pero también se puede dar el premio a un defensa, si ha sido el mejor esta temporada", indica.
En la rueda de prensa también ha tenido palabras de recuerdo para los técnicos que le han ayudado a conseguir el éxito y ha afirmado que los triunfos se puede lograr de muchas formas. "Seguramente, tengo mucho que agradecer a los entrenadores que he tenido, a Capello y Lippi. Cuando uno ve un partido del Barcelona es encantador, pero lo que hemos visto en el Mundial es muy importante: cuando un equipo sale al campo, se expresa el trabajo en grupo y las ganas de vencer y eso es importante, porque se puede conseguir el éxito de muchas formas. Ése es el fútbol que le gusta a Capello", añade.
Además, Cannavaro confiía en que el Real Madrid logre sobrepasar al Barcelona en la Liga. "Es difícil porque el Barcelona tiene grandes campeones, que están acostumbrados a ganar, pero nosotros vamos por el buen camino. Estamos formando un equipo sólido, para continuar ganando. Somos segundos pero confiamos en superarlos", añade.
Ronaldinho: "He dado lo máximo"
Ronaldinho, que es el oficioso tercer clasificado tras Cannavaro y Zidane, reconoce al italiano como "el mejor defensa del mundo" y afirma que seguirá haciendo lo que crea más positivo para el equipo, sin importarle si eso supone no ganar tantos premios como antes. "Cada uno tiene que hacer su trabajo dentro del campo. Él (Cannavaro) es el mejor defensa del mundo y tiene que defender. Yo procuro hacer lo mejor para mi equipo y trabajo para estar aquí todos los años, con los mejores del mundo", indica.
El jugador del Barcelona dice que el hecho de volver a Zúrich supone "la continuación de la trayectoria de felicidad" que ha sentido "en el pasado". "Para mí es una gran recompensa. Hago lo que puedo durante toda la temporada, y para mí es muy importante ser el jugador que quiero ser en todas las competiciones. He dado lo máximo", añadía el brasileño.