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Hushovd conquista el infierno del norte en el Tour

El suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) es el nuevo líder del Tour de Francia tras disputarse la tercera etapa, de 213 kilómetros entre la localidad belga de Wanze y la francesa Arenberg Porte du Hainaut, en la que se ha impuesto el noruego Thor Hushovd (Cervélo).

El suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) es el nuevo líder del Tour de Francia tras disputarse la tercera etapa, de 213 kilómetros entre la localidad belga de Wanze y la francesa Arenberg Porte du Hainaut, en la que se ha impuesto el noruego Thor Hushovd (Cervélo).

Hushovd ha conquistado el infierno del norte y Cancellara ha recuperado el liderato tras una emboscada de su equipo, el Saxo Bank. En la tercera etapa Alberto Contador ha cedido 1.13 minutos respecto a Andy Schleck y Cadel Evans, aunque el español le ha ganado 58 segundos a Lance Armstrong.

El noruego, de 32 años y campeón de su país, se soldó a la rueda de Cancellara en el momento que el suizo arrancó la moto al mando del Saxo Bank, con Andy Schleck a su lado, y en un esprint entre seis corredores impuso su fuerza final. Pasó la meta con un tiempo de cuatro horas, 49 minutos y 38 segundos, en una jornada rápida que ha marcado una media de 44 kilómetros por hora.

El campeón nórdico se impuso por delante del británico Geraint Thomas (Sky) y del australiano Cadel Evans (BMC), compañeros de un viaje que completaron el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin), Cancellara y el menor de los Schleck, triunfadores de la jornada. El rejonazo del Saxo Bank afectó a Alberto Contador, que con problemas en una rueda acabó "contento dentro de lo que cabe" a 1.13 del ganador y de Andy y Evans, rivales directos por el primer escalón del podio en París. Peor le fue a Lance Armstrong, que tuvo la desgracia de pinchar y llegó a 2.08 minutos, junto a Samuel Sánchez y poco después que Luis León Sánchez. A 2.25 terminaron Ivan Basso y Carlos Sastre.

No hubo "carnicería" en el mar de adoquines del norte francés, tal vez una fina charcutería en la que Cancellara, esta vez sin montar paros, aunque hubo caídas, recuperó el jersey amarillo. Geraint Thomas es segundo a 23 segundos y tercero Cadel Evans, el campeón mundial que se adaptó bien al pavés, a 39.

Sylvain Chavanel no resistió la prueba, y además también sufrió pinchazos. La gloria le duró un día al francés. Andy Schleck se aupó a la sexta plaza a 1.09 minutos. Quien se lo iba a decir. Un día antes pudo quedar eliminado si no es por la "gestión solidaria" de Cancellara. Contador se desplazó a la novena plaza a 1.40 del líder y a 29 de Andy. Armstrong se aleja a la decimoctava a 50 segundos del madrileño y 2.30 del líder.

Siete corredores lanzaron la carrera del miedo, la más esperada de la primera semana, camino de la "carnicería" que vaticinó días antes Lance Armstrong. Se apuntaron Hesjedal (Garmin), Brutt (Katusha), Kluge (Milram), Rolland (Bouygues), Erviti (Caisse d'Epargne), Auge (Cofidis) y Cummings (Sky). De todos ellos solo Erviti y Kluge habían temblado en alguna ocasión en el pavés de la París Roubaix, en el caso del pamplonés hasta 4 ocasiones.

No hizo falta llegar a la zona pedregosa para empezar a contar las caídas. En el kilómetro 113 a alguno se les ocurrió subirse a un bordillo y al volver a la carretera aterrizaron como pudieron. El francés Lelay se fue directamente a casa, y el español Dani Moreno siguió magullado. Entonces los escapados se entendían de forma generosa, y por detrás el Quick Step tomó las riendas del grupo para que le desventaja no pasara de los 3 minutos. Todo atado.

Ormeignies (km 128), el primer tramo adoquinado, de apenas 400 metros, sirvió de ensayo general. El Garmin y el Sky pasaron a la cabeza del pelotón, con el Radioshack de Armstrong ojo avizor. Nerviosismo fugaz. Otra historia fue en el siguiente sector, Hollain (Km 169, 1.200 metros), donde los escapados pasaron con 1.20 minutos de ventaja sobre un pelotón gobernado por el Saxo Bank, que imponía un ritmo insoportable. Había comenzado la guerra de colocación. En una zona cementada algunos se incrustaron contra los setos del borde de la calzada, como el italiano Damiano Cunego, abonado fijo a las caídas.

Se terminó la calma a 50 kilómetros de meta, tocaba bailar la danza del adoquín. Los hombres de Cancellara, doble rey de la París-Roubaix y cabecilla del plante en la víspera, enseguida fracturaron el pelotón en varios grupos. Los favoritos delante, con las orejas tiesas, pendientes del posible latigazo del Saxo Bank, o del Cervélo de Carlos Sastre, que para eso llevan en sus filas al potente noruego Thor Hushov.

Armstrong veía de cerca cualquier maniobra, siempre acompañado por sus chicos, como él dice. Cerca, Contador, los Schleck, Cadel Evans, todos los favoritos. Ninguno de ellos dejó de inspeccionar la etapa la pasada primavera. Había algo más que respeto por la etapa que tomó prestados 13 kilómetros de pavés al "infierno del norte". Todos bien pertrechados para la ocasión: ruedas con más radios y ruedas menos hinchadas para disminuir el impacto con la piedra, tubulares más anchos, y sobre todo muchas preguntas a los grandes expertos en clásicas.

El paso por Sars-et-Rosières (Km 185, 2.400 metros de pavés) enseñó las uñas con toda virulencia. El Saxo Bank perdió a Frank Schleck, retirado con fractura de clavícula en el fragor de la batalla. El campeón luxemburgués quedó tendido en la polvorienta cuneta mientras Cancellara y Andy Schleck, con Evans, Hushovd y Geraint Thomas dirigían el tren en cabeza sin Armstrong, en un segundo grupo con diez corredores 42 segundos y sin Contador, en un tercero a 1.45. De la fuga inicial solo quedaba el canadiense Hesjedal.

Destrozo a la vista. El oleaje de adoquines trituraba a los menos fuertes. Armstrong pinchó y tuvo que dejarse la piel en la persecución, por el asfalto y por el prado, que de eso tiene experiencia en el Tour. El contratiempo permitió a Contador, en un grupo con Denis Menchov, adelantar al texano, con un minuto de ventaja a 10 kilómetros de meta. Hesjedal fue cazado a 7 kilómetros de meta, superado la última dificultad adoquinada, en Haveluy (2.300 mts.). Cancellara circulaba a 38 segundos del grupo de Cancellara y Armstrong a 1.50, sumergido en una monumental polvareda, en un esfuerzo solitario. Sin equipo para montar la carnicería.

"Espartaco" se empeñó de hacer buena la escapada y en recuperar el maillot amarillo. Esta vez el suizo no mandó parar a nadie. Encendió el motor de clasicómano para llegar al antiguo poblado minero de Arenberg y discutir la victoria al esprint con sus cuatro compañeros de escapada. En la localidad donde se rodó "Germinal", la película basada en la novela de Emile Zola donde se refleja la revuelta minera, no hubo revolución en el Tour, pero sí algo más que una protesta. Sin Cancellara en el guión. Hushovd fue la estrella. Se apuntó su octava etapa en el Tour y ya apunta hacia su tercer maillot verde.

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