L D (EFE) "Los mejores momentos como jugador los pasé en Valencia, un lugar hermoso donde me trataron muy bien. Me alegra la actual situación del equipo, creo que con Aimar se han colocado a la altura del Real Madrid", señalaba el internacional argentino en una entrevista a Efe Radio.
Burrito Ortega, quien vive ahora en familia "demasiado tranquilo", señala que le resulta imposible poder pagar la sanción de la FIFA y que la situación actual del fútbol es económicamente complicada, por lo que decidió abandonar las canchas de juego. "El fútbol mundial desde hace tres años ha cambiado. Hoy en día no se pagaría la cantidad que me piden ni por un jugador joven. Aún puedo dar mucho al fútbol, pero con esta sanción no me queda otra salida que dejarlo", explica.
El jugador admite que no se adaptó al fútbol turco: "Se me hizo difícil por el idioma y porque me sentí muy aislado, sin la familia. Después negociamos el club y yo, llegamos a un acuerdo y luego cambiaron. No tuvieron voluntad de solucionar el problema", afirma. El ex jugador del Valencia, quien señala a Pablo Aimar y Javier Saviola como los mejores jugadores argentinos en España, dice que pretende orientar su futuro hacia el fútbol base: "Quiero trabajar con los chicos, hacer una escuela. Aún no he digerido esto, pero quiero estar tranquilo y luego veremos".
La FIFA ratificaba recientemente su fallo a favor del Fenerbahce, que reclama a Ortega una indemnización de 11 millones de dólares por "incumplimiento de contrato". Fuentes cercanas al futbolista han indicado que el club turco bajó sus pretensiones de once a seis millones, pero que el Burrito Ortega no está dispuesto a pagar esa cantidad de dinero para continuar en activo.
Ortega, que disputó con la selección argentina los últimos tres mundiales, jugó para el Fenerbahce por última vez el 12 de febrero pasado y pocos días después viajó a Argentina con la decisión de no volver a Turquía porque, dice, no se adaptaba a ese país. Por su fichaje, el Fenerbahce pagó en mayo de 2002 unos 15 millones de dólares, de los cuales el jugador recibió ocho. El resto lo cobraron el River Plate argentino y el Parma italiano.
Burrito Ortega, quien vive ahora en familia "demasiado tranquilo", señala que le resulta imposible poder pagar la sanción de la FIFA y que la situación actual del fútbol es económicamente complicada, por lo que decidió abandonar las canchas de juego. "El fútbol mundial desde hace tres años ha cambiado. Hoy en día no se pagaría la cantidad que me piden ni por un jugador joven. Aún puedo dar mucho al fútbol, pero con esta sanción no me queda otra salida que dejarlo", explica.
El jugador admite que no se adaptó al fútbol turco: "Se me hizo difícil por el idioma y porque me sentí muy aislado, sin la familia. Después negociamos el club y yo, llegamos a un acuerdo y luego cambiaron. No tuvieron voluntad de solucionar el problema", afirma. El ex jugador del Valencia, quien señala a Pablo Aimar y Javier Saviola como los mejores jugadores argentinos en España, dice que pretende orientar su futuro hacia el fútbol base: "Quiero trabajar con los chicos, hacer una escuela. Aún no he digerido esto, pero quiero estar tranquilo y luego veremos".
La FIFA ratificaba recientemente su fallo a favor del Fenerbahce, que reclama a Ortega una indemnización de 11 millones de dólares por "incumplimiento de contrato". Fuentes cercanas al futbolista han indicado que el club turco bajó sus pretensiones de once a seis millones, pero que el Burrito Ortega no está dispuesto a pagar esa cantidad de dinero para continuar en activo.
Ortega, que disputó con la selección argentina los últimos tres mundiales, jugó para el Fenerbahce por última vez el 12 de febrero pasado y pocos días después viajó a Argentina con la decisión de no volver a Turquía porque, dice, no se adaptaba a ese país. Por su fichaje, el Fenerbahce pagó en mayo de 2002 unos 15 millones de dólares, de los cuales el jugador recibió ocho. El resto lo cobraron el River Plate argentino y el Parma italiano.