Río de Janeiro necesita añadir a su capacidad hotelera entre 8.000 y 10.000 nuevas habitaciones con vistas al Mundial de fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016, según el secretario de Turismo del Estado de Río de Janeiro, Ronald Ázaro, que ha participado esta semana en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR).
En declaraciones a Efe, Ázaro ha explicado que, para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos hoteleros, se ha flexibilizado la legislación y actualmente hay tres hoteles en construcción.
El tirón que supondrán dichas citas deportivas para el turismo de Brasil ha animado a expandirse a cadenas internacionales como Hilton, Accor y la española Sol Meliá, además de algunos grupos locales. La compañía mallorquina tiene previsto poner en marcha nuevos proyectos hoteleros urbanos no sólo en Río de Janeiro, sino también en otras ciudades sedes del Mundial de fútbol, como Porto Alegre, Belo Horizonte, Fortaleza, Manaus o Recife.
Asimismo, está previsto que se utilicen como hoteles durante la celebración de los Juegos hasta siete barcos de cruceros, para lo que es necesario acondicionar un área denominada Porto Maravilha. Esta posibilidad sólo se contempla en el caso de que no se incremente suficientemente la oferta hotelera.
Los preparativos para el Mundial y los Juegos incluyen inversiones en las demás infraestructuras, especialmente en las del transporte o áreas de ocio, porque se espera que el flujo de turistas siga aumentando una vez concluidos los Juegos Olímpicos.
Ázaro ha agregado que las autoridades han tomado como referencia los Juegos de Barcelona'92 y los estudios indican que más del 60 por cietno de quienes visitaron la capital catalana con motivo de los Juegos continuaron viajando a ese destino en los años posteriores.
Hasta 2016, se calcula que cada año se crearán 120.000 nuevos puestos de trabajo en Río, después de que el pasado año consiguiese ser por primera vez en su historia el estado que más empleo generó entre los 27 en los que se divide Brasil, con 150.000 puestos.
Ázaro ha destacado asimismo la sensación de tranquilidad que se respira en Río de Janeiro desde la pacificación de algunas favelas conflictivas y aseguró que los índices de violencia se han reducido casi por completo en la ciudad, después de la intervención de las fuerzas militares.