23 años de carrera a sus espaldas, con dos títulos mundiales WKA y seis campeonatos de España en kickboxing, K1 y muay thai como principales éxitos. El currículum de Juan Martos (Castellbell y Vilar, Barcelona, 14 de julio de 1979) es sencillamente impresionante. Estamos ante uno de los mejores luchadores de nuestro país que el próximo sábado, a partir de las 19:00 horas, disputará en el evento Golden League, en la localidad barcelonesa de Canovelles, su pelea profesional número 100.
Su rival será el congoleño Sedrick da Silva. "Un portento físico, un tío fuerte que va a un solo golpe", dice Martos, más conocido como La Avispa, soldador de profesión, sobre su próximo oponente en declaraciones a Libertad Digital.
El peleador barcelonés, a punto de cumplir los 42 años y en los estertores de su carrera, siente un gran orgullo de llegar a las cien peleas y anuncia que habrá "unas cuantas más, posiblemente 105", antes de colgar los guantes "entre este año y el que viene". No ha puesto fecha concreta a su retirada la Avispa, pero lo que sí sabe es que cada vez que sube al ring lo hace "con la misma energía y alegría que cuando empecé" allá por 1998, durante el servicio militar.
"Ahora afronto los combates de otra manera. Cuando eres joven tiras más de casta y coraje, ahora de veteranía e inteligencia porque ves cosas que antes no veías", apunta Martos que, como es habitual, volverá a tener en su esquina al entrenador Manuel García Barrio, más conocido como Lolo, y contará con el apoyo de su promotor, el director ejecutivo de la promotora Unlimited Global Challengers (UGC), Antonio Ricobaldi, que a su vez representa al mítico exboxeador Poli Díaz, ocho veces campeón de Europa.
De las 99 peleas disputadas hasta la fecha –con un impresionante balance de un 75% de victorias–, Juan Martos se queda con los títulos conseguidos al poco de nacer sus tres hijos: Ian, Alex y Romeo. "Mi primer título de España fue en 2008 al mes de nacer Ian. Luego gané otro título de España de muay thai con Alex y con Romeo mi primer título mundial, cuando vivía en Talamanca del Jarama (Madrid). Así que se puede decir que todos mis hijos han venido no con un pan, sino con un cinturón bajo el brazo", apunta a LD.
"Más que los cinturones, el cariño de la gente"
Pero más que con los cinturones y todos los títulos, Martos destaca de estos 23 años de carrera "el apoyo y el cariño de la gente, que es mucho, además de todos los lugares en los que he estado". "Me quedo con mi viaje a Lituania, donde peleé con un grande del K1 como era Remigijus Morkevicius –asesinado en diciembre de 2016 en Kaunas a los 34 años de edad–. Ha sido sin duda uno de los combates más difíciles de mi carrera. Luego estuve peleando en el Max Muay Thai en Tailandia, fue una experiencia muy bonita. O en Fuerteventura, donde logré mi sexto cinturón de España. Después de esa pelea me sentí invencible", afirma la Avispa.
Con una mención especial a Madrid porque "cada vez que peleo allí se me pone la piel de gallina. Tengo un hijo en Madrid, grandes amigos en Madrid y me casé con una chica de Madrid. Además, soy del Real Madrid. Me siento catalán, español y del mundo".
Y, por supuesto, Martos también tiene palabras de agradecimiento hacia su entrenador, García Barrio, y Antonio Ricobaldi, a quien describe como "una magnífica persona porque muy pocos hacen lo que hace él. UGC es una promotora que nos cuida y consigue que todos los luchadores nos sintamos importantes". Sin olvidar a otros entrenadores que ha tenido el púgil centenario –a falta de la pelea del sábado en Canovelles–, como Juan José Abad y Óscar Biel, además de "toda la gente que siempre ha estado conmigo".