Les voy a contar una anécdota personal sobre la recomendación deportiva del día de hoy. Se trata de Huracán Carter, película que vi en el cine cuando se estrenó en 1999. Yo tenía 13 años y fue la clásica salida de cualquier padre con dos hijos que se los llevan al cine y nos meten a ver una peli sin saber ni de qué va. Ha pasado bastante tiempo, no he vuelto a ver a Denzel Washington entre rejas, pero todavía me acuerdo de dos sensaciones. Por un lado, la emoción que tenía al salir del cine por la gran película que había visto y por otro, las risas con mi padre al ver a mi madre esperándonos fuera tras más de dos horas de película. Resulta que mi madre se marchó del cine porque "no le gusta el boxeo". Nos reíamos de ella porque solo hay una escena de boxeo, la primera. Mi madre sacó una conclusión precipitada y se perdió una magnífica película que luego vio en televisión aceptando su error más de una década después.
Con esto quiero demostrarles que Huracán Carter trata sobre un boxeador pero no sobre el boxeo. Rubin Carter era un púgil negro que, como la mayoría de los boxeadores de esa época, tuvo una infancia complicada. Refugiado en este deporte, consiguió convertirse en campeón del mundo pero su alegría dura tan solo unos minutos porque es injustamente acusado de un triple asesinato. Estamos hablando de 1966 cuando el racismo, las detenciones sin preguntas y los juicios rápidos con errores estaban a la orden del día. ¿Saben esa sensación de estar atrapados entre cuatro paredes, verdad? Qué les voy a contar. ¿Y no saben qué hacer con tanto tiempo? Pues a Rubin le dio por escribir su autobiografía, The Sixtenth Round (El décimo sexto asalto), un libro que atrajo la atención de Bob Dylan quien años más tarde le escribiría "Hurricane", una mítica canción por la que, en parte, sería ganador de un Premio Nobel de Literatura en 2016.
En la película sale la canción pero no mencionan a Dylan ni tampoco a otros famosos que durante esa época pidieron la excarcelación de Rubin. El director, Norman Jewison, se permite ciertas licencias y cambia a los famosos por otras personas anónimas que descubrirán en la película. La historia, si no fuera real, tampoco tendría más miga que la de una persona injustamente encarcelada pero el hecho de que todo fuera tristemente cierto, sumado al papelón de Denzel Washigton, nominado al Oscar por su interpretación, hacen de Huracán Carter una gran película.