L D (EFE) Tras firmar un protocolo de acuerdo global con FIFPro, el sindicato mundial de jugadores, Blatter defendió el sistema 6+5, reflejado precisamente en el citado acuerdo, que obligaría a los equipos a jugar con al menos seis futbolistas seleccionables por su país como medida para fomentar la formación de jugadores, el trabajo de cantera y las raíces de identidad de los clubes. Es decir, los equipos españoles, por ejemplo, deberían jugar siempre con al menos seis futbolistas susceptibles de ser convocados por Luis Aragonés, en este caso; aunque no hayan nacido en España.
"Es algo que sólo ocurre en Europa", analizó Blatter en referencia a la presencia de jugadores extranjeros en los clubes, "por ejemplo, el Sao Paulo ganó el último Mundial de clubes con diez jugadores brasileños y un uruguayo". Según Blatter, el objetivo de esta medida, que de momento es tan sólo una declaración de intenciones, es fomentar el trabajo de cantera y la identificación del club con su ciudad, región o país. "La situación actual de contratar a jugadores ya formados en otros clubes impide que el club local forme futbolistas, ya que normalmente el entrenador prefiere un jugador que ya venga formado", valoró.
A juicio del máximo dirigente de la FIFA, "deberíamos utilizar el sistema de los 6+5, cada vez que un equipo salga al campo deberá contar con seis jugadores de ese país y cinco de otros países", explicó. Cuestionado sobre la posible incompatibilidad del método 6+5 con las leyes europeas y especialmente la 'ley Bosman', Blatter subrayó su tesis de la independencia normativa del fútbol. "No debemos tener miedo de tratar este tema con los políticos; ellos se dedican a la política y nosotros al deporte. Está claro que no podemos legislar cuestiones de derecho penal o laboral, pero todas las cuestiones de organización de competiciones y control disciplinario deben ser tratadas en el seno del fútbol", dijo.
En este sentido, Blatter aseguró que la FIFA aún debe discutir esta posible medida "con los clubes" en el grupo de competición de la FIFA que será dirigido por el presidente del Barcelona, Joan Laporta, y que se reunirá durante el mes de noviembre. Blatter también se mostró convencido de que la FIFA y los clubes alcanzarán un acuerdo sobre las posibles indemnizaciones sobre las lesiones de los jugadores con sus selecciones antes de que el juez que instruye el 'caso Charleroi' (el club belga solicitó una compensación a la FIFA por la lesión de un jugador de su plantilla, Abdemalmajid Oulmers, mientras jugaba un amistoso con Marruecos) emita una decisión definitiva.
En este sentido, Blatter recordó que durante la disputa del Mundial de Alemania "creamos un fondo especial para las lesiones durante el torneo y fue muy bien aceptado" y adelantó que la FIFA estudia "una solución de carácter universal en la que aún estamos trabajando". El presidente del órgano rector del fútbol, además, se mostró partidario de la profesionalización del arbitraje -"jugadores y entrenadores lo aceptarían como uno más de su profesión y se evitarían algunas tentaciones", justificó- y apuntó que la FIFA estudia introducir la tecnología para ayudar a resolver los goles fantasmas.
Blatter también negó que la FIFA se haya planteado la posibilidad de aumentar el tamaño de las porterías para favorecer el espectáculo y los goles porque "no importa la dimensión de las porterías, sino la filosofía del juego".
"Es algo que sólo ocurre en Europa", analizó Blatter en referencia a la presencia de jugadores extranjeros en los clubes, "por ejemplo, el Sao Paulo ganó el último Mundial de clubes con diez jugadores brasileños y un uruguayo". Según Blatter, el objetivo de esta medida, que de momento es tan sólo una declaración de intenciones, es fomentar el trabajo de cantera y la identificación del club con su ciudad, región o país. "La situación actual de contratar a jugadores ya formados en otros clubes impide que el club local forme futbolistas, ya que normalmente el entrenador prefiere un jugador que ya venga formado", valoró.
A juicio del máximo dirigente de la FIFA, "deberíamos utilizar el sistema de los 6+5, cada vez que un equipo salga al campo deberá contar con seis jugadores de ese país y cinco de otros países", explicó. Cuestionado sobre la posible incompatibilidad del método 6+5 con las leyes europeas y especialmente la 'ley Bosman', Blatter subrayó su tesis de la independencia normativa del fútbol. "No debemos tener miedo de tratar este tema con los políticos; ellos se dedican a la política y nosotros al deporte. Está claro que no podemos legislar cuestiones de derecho penal o laboral, pero todas las cuestiones de organización de competiciones y control disciplinario deben ser tratadas en el seno del fútbol", dijo.
En este sentido, Blatter aseguró que la FIFA aún debe discutir esta posible medida "con los clubes" en el grupo de competición de la FIFA que será dirigido por el presidente del Barcelona, Joan Laporta, y que se reunirá durante el mes de noviembre. Blatter también se mostró convencido de que la FIFA y los clubes alcanzarán un acuerdo sobre las posibles indemnizaciones sobre las lesiones de los jugadores con sus selecciones antes de que el juez que instruye el 'caso Charleroi' (el club belga solicitó una compensación a la FIFA por la lesión de un jugador de su plantilla, Abdemalmajid Oulmers, mientras jugaba un amistoso con Marruecos) emita una decisión definitiva.
En este sentido, Blatter recordó que durante la disputa del Mundial de Alemania "creamos un fondo especial para las lesiones durante el torneo y fue muy bien aceptado" y adelantó que la FIFA estudia "una solución de carácter universal en la que aún estamos trabajando". El presidente del órgano rector del fútbol, además, se mostró partidario de la profesionalización del arbitraje -"jugadores y entrenadores lo aceptarían como uno más de su profesión y se evitarían algunas tentaciones", justificó- y apuntó que la FIFA estudia introducir la tecnología para ayudar a resolver los goles fantasmas.
Blatter también negó que la FIFA se haya planteado la posibilidad de aumentar el tamaño de las porterías para favorecer el espectáculo y los goles porque "no importa la dimensión de las porterías, sino la filosofía del juego".