Benítez reprende públicamente a la plantilla del Valencia en la víspera del partido ante el Inter

L D (EFE) El técnico madrileño se mostraba muy molesto tras la derrota del pasado sábado en Valladolid, que ha supuesto que el equipo salga de la zona de Liga de Campeones, y asegura que está harto de que dentro del vestuario se reconozcan las carencias y luego en el terreno de juego se cometan una y otra vez los mismos errores. "La ilusión hay que renovarla cada día y si no, hay que preguntarse si se quiere seguir aquí. Son muchas jornadas hablando de lo mismo y dándole la vuelta al calcetín y la conclusión es parecida. Cuando jugamos bien ganamos justito y cuando no, perdemos. Ese algo que nos falta lo reconocen los jugadores, pero luego no se plasma en el campo", explicaba.

"Tengo muchas ganas de seguir en el Valencia los dos años que me quedan y algunos tienen que demostrar si quieren seguir y si sirven para estar aquí. Si la situación no mejora sólo hay dos soluciones, o se cambia al entrenador o se cambia de jugadores", subrayaba. Benítez ha indicado que en el vestuario ya les había dicho a los jugadores lo que pensaba, aunque explica que si bien éstos reconocían qué es lo que faltaba, luego a la hora de la verdad no lo demostraban en los partidos o entrenamientos. "El vestuario tiene gente muy válida, a nivel profesional y personal, pero cuando algunos no empujan se contagia al resto. No tiene que quedarse todo en palabras, hay que entrenar bien y cuidarse", señalaba el técnico.

"El problema arranca de principio de temporada y quizás ahí soy yo el culpable. No me estoy lavando las manos, soy igual de culpable por no haber forzado en determinados momentos. Hay cosas que debieron hacerse y no se hicieron. Si algunos jugadores reconocen que hay falta de hambre, a lo mejor lo que hay que hacer es traer más gente para comer y así tener que luchar más para tener tu trozo", destaca. Benítez insiste en este asunto al apuntar que si algunos fichajes no fueron buenos, se debía de haber prescindido de esos jugadores. "Estoy molesto porque creo que tenemos muchas cosas positivas y cerca de nosotros, pero las dejamos escapar. Todas las plantillas se dividen en grupos y los resultados son los que cohesionan y unen. Ahora, cuando no ganas, es muy fácil mirar al otro lado, al entrenador o al consejo. Nos quedan dos meses de aguantarnos, y o damos lo máximo o no merecemos estar entre los cuatro primeros de la Liga", subrayaba.

El técnico se ha mostrado confiado en que el equipo puede reaccionar en este tramo final de temporada. "Si queremos ser un equipo campeón tenemos que exigirnos mucho. O le metemos la intensidad del año pasado o no podemos luchar por los títulos. Lo malo se contagia enseguida y un equipo como el Valencia, con menos presupuesto que otros, tiene que trabajar y motivarse más que el resto", reseñaba.