Sergio Scariolo fue entrevistado en The Coaching Experience, el formato que analiza la situación del baloncesto actual con los mejores técnicos de Europa. El técnico bresciano, actualmente al volante de la Virtus Bolonia y la selección nacional, explica cómo se gestiona a uno de los equipos de referencia en la Eurocup y a una de las mejores selecciones del mundo prácticamente al mismo tiempo.
Una generación de oro liderada por un hombre: Sergio Scariolo. Para el italiano, dirigir ese grupo era un reto, pero también una gran satisfacción: "Era realmente bonito proponer cosas porque eran super receptivos y muchas veces, propositivos a la hora de sugerir matices que podían funcionar".
"Para mí, cada vez más, aprecias el proceso. Podría decir que me gusta más un entrenamiento que un partido, porque es una fase muy creativa. Ganar es una sensación de que un grupo de personas ha hecho un buen trabajo, te pones fuera de eso para admirarlo", explica Scariolo.
Ahora, Scariolo debe afrontar una nueva etapa en la selección. Pau Gasol y Felipe Reyes, de forma activa, y Marc Gasol y Sergio 'Chacho' Rodríguez, son las cuatro despedidas que remueven los cimientos del baloncesto español, acostumbrado a viajar en el vagón de los campeones en una última década gloriosa.
Pau Gasol
Pau volvió después de casi dos años de sufrir una lesión en el pie izquierdo, para ganar la Liga con el Barcelona y llegar a la final de la Euroliga, aunque su principal motivación fue despedirse de la selección en sus quintos Juegos Olímpicos. Después de dos medallas de plata, en Pekín 2008 y Londres 2012, y una de bronce en Río 2016, el adiós fue menos dulce al caer España en los cuartos de final ante Estados Unidos.
Tres Ligas y dos Copa del Rey con el Barcelona, dos anillos de la NBA con Los Angeles Lakers y tres medallas de oro en europeos, campeón del mundo y otras siete medallas más con la selección, son solo el escueto resumen de una brillantísima carrera de uno de los mejores jugadores de España, Europa y el mundo.
Felipe Reyes
Otro integrante de la increíble Generación de Oro, también dijo adiós al concluir la temporada 2020-21. Bajito para ser pívot y tosco y falto de técnica en sus inicios, el capitán del Real Madrid supo mejorar año tras año y gracias a su trabajo, ambición y ganas en cada partido ser alguien más que importante en su equipo y en la selección.
Los rebotes le buscaban, cualquiera que fuera la situación y la altura de los rivales y su inicial muñeca de madera se fue convirtiendo en un arma letal a cada vez mayor distancia del aro.
Campeón del mundo, tricampeón de Europa, subcampeón olímpico en dos ocasiones y medalla de bronce en otra, en 236 partidos con el equipo nacional, dejan clara su importancia. En el Madrid, dos Euroligas, siete Ligas y 6 Copas del Rey, como logros más importantes.
Marc Gasol
Siempre fue un jugador diferente y diferencial. A la sombra de su hermano Pau, la 'tanqueta', su apodo de los primeros años por su sobrepeso, se transformó en una figura mundial.
Campeón de la NBA en 2019 con Toronto Raptors, dos veces campeón del mundo, dos veces subcampeón olímpico y dos oros europeos con la selección española, entre otros logros, hablan de un jugador determinante. Pero Marc es mucho más que eso. Solo así se puede describir a un jugador capaz de pasar, en el mismo año, de Los Angeles Lakers al Basquet Girona del que es dueño y presidente.
El 'Chacho'
Otro de los genios que ha dado el baloncesto español en los últimos años. Intuitivo, impredecible, inquieto, certero y dominador fue curtiéndose en mil y una batallas en los dos lados del Atlántico.
Con 20 años dio el salto a la NBA, jugando en los Blazers, los Kings y los Knicks. De vuelta a Europa fichó por el Real Madrid y con 30 años volvió a la NBA a Philadelphia 76ers. CSKA y Milán le reclamaron a su vuelta y en la capital de Lombardía sigue impartiendo magisterio.
Campeón del mundo, de Europa y subcampeón olímpico, el Chacho siempre fue un jugador por el que los aficionados pagan una entrada para verle jugar.
Los cuatro, de una u otra manera, se han despedido, aunque su huella es tan profunda que siempre se les recordará. Los cuatro contribuyeron a que el baloncesto haya alcanzado los éxitos casi impensables hace apenas quince años.