El Real Madrid ha superado por 91-84 al Asvel Villerbaune en la jornada 12 de la Euroliga celebrada en el Wizink Center, gracias a un duro trabajo de orgullo, defensa y calidad ante un rival muy inspirado, que quiso revolcar con su ola al cuadro blanco pero se encontró con el portazo local que le afianza en zona de playoffs.
Los de Pablo Laso, después de la derrota ante el CSKA, reconducen su marcha arriba en la tabla con 7-5, aunque para ello tuvieron que sudar la gota gorda. El Asvel acribilló con triples en el primer tiempo y aguantó de pie hasta que el Madrid terminó manando en el Palacio con el último cuarto (30-14), desde la defensa y con Sergio Llull y Edy Tavares decisivos, ambos con 19 puntos.
El equipo galo venía enchufado y así quiso seguir. Después de ganar al Barça y fulminar a triples al Panathinaikos, el Asvel aplicó la misma medicina contra el Madrid. Hasta poco antes del descanso, su carta de tiro en esa distancia era un 9 de 10. El primer tiempo pareció hacerse largo a los visitantes, pero lo sujetaron para llegar 10 arriba al descanso (40-50).
Con todo, a los de Laso pareció pillarles despistados, sin una defensa que supiera parar esos lanzamientos. Amagó con la reacción el equipo blanco (15-13), pero siguieron lloviendo triples galos. La respuesta local con la misma medicina fue Llull, con tres aciertos seguidos en el segundo cuarto (32-35). Sin embargo, por dentro se colaba también Fall, pese a la lucha de Garuba.
Los de Laso no acertaron a tomar el mando en esa pausa del chaparrón rival que habían comandado Yabusele, Cole y Freeman. Con 10 abajo, el Madrid volvió picado en el orgullo, con el banquillo muy metido en animar y excitar a los suyos, y mejor en defensa. Tavares y Causeur fueron clave en ese paso adelante local, pero faltaba una inspiración mayor en ataque (53-60).
En esa búsqueda, el Madrid no pudo controlar todo y menos a un Asvel disfrutando como nunca en estos dos años de Euroliga. El cuadro galo supo esquivar a Tavares y volver a enchufar para guardar la renta hacia el último cuarto (61-70). Un triple de Llull maquilló esa desventaja, mientras Rudy entró para apuntalar otro poco más la defensa. Laso agotaba sus cartas con 10 minutos por delante.
La de Fernández puso a prueba también a los galos, cada vez más exigidos por una defensa local al límite y el partido empatado a cuatro minutos del final (79-79). La reacción de orgullo del Madrid, con un triple de Llull para confirmar el cambio de tercio, cerró el aro local. El mismo que habían visto como una piscina los galos, repelió los intentos de seguir en una gran pelea en el Palacio.