Muchas de las miradas del baloncesto español están puestas sobre él. Se le considera, junto a Carlos Alocén y Usman Garuba, la gran perla de la canasta nacional, muy especialmente tras su rutilante exhibición en el Eurobasket sub 18 del pasado verano, en el que guio a España hacia el oro y se convirtió en el MVP del torneo. Es Santi Aldama, jugador canario que este año ha debutado en la NCAA estadounidense en las filas de la Universidad de Loyola-Maryland, y que pasó este domingo por la sintonía de Tirando a Fallar, el programa sobre baloncesto de esRadio.
Aldama, hijo del que fuera internacional con la selección española del mismo nombre, lleva en España desde finales de marzo, una vez que toda la actividad en su universidad se paró a consecuencia de la pandemia del coronavirus. "La idea era volver tras los exámenes, se suspendieron las clases primero un mes y yo me iba a quedar, pero luego ya cancelaron el semestre y me viene cuanto antes para evitar la opción de que me impidieran hacerlo más tarde", contó en la entrevista. Las sensaciones de su primer curso en Estados Unidos han sido un tanto diversas, toda vez que una lesión de rodilla le obligó a pasar por el quirófano a comienzos de temporada. Por ello, cataloga su experiencia hasta ahora como "diferente a lo esperado por la operación pero muy positiva", y explica que "la cirugía fue un contratiempo pero te sirve para aprender". En todo caso, la operación parece que fue la mejor opción, porque pese a su gran nivel del pasado verano, llevaba ya tiempo arrastrando molestias en la articulación. "La rodilla empezó a dolerme con 14 años, aunque al final del Eurobasket de Grecia ya era demasiado y al ir a entrenar un día ya en Estados Unidos se me fue la rodilla y decidimos parar y que la operación era lo mejor", explicó. Tras el paso por quirófano, explica haber experimentado algo parecido a una liberación, tras tanto tiempo con molestias. "La sensación fue rarísima: jugar sin sentir dolor aunque la rodilla no estaba al 100%. He trabajado mucho y al final de temporada ya estaba cómodo. Creo que a futuro me va a ayudar bastante", señaló.
Finalmente, tras recuperarse, el canario apenas ha disputado diez partidos en su estreno en Loyola-Maryland. Sin embargo, ha mostrado un gran nivel de juego, alcanzando los 15’2 puntos y 7’6 rebotes de media en la temporada, si bien su equipo no pudo clasificarse para el torneo final (aunque este finalmente se canceló por la crisis sanitaria). Por ello, razona que ha sido una "toma de contacto" y ahora se encuentra con "muchas ganas para la temporada que viene". Además, su evolución física ha sido notoria, tal y como refleja su evidente ganancia de masa muscular. "No sé cuántos kilos he cogido, pero unos cuantos. Iba en tendencia ascendente pero ahora como no puedo hacer pesas la idea es mantenerme y cuando vuelva al trabajo ganar un par de kilos más", explicó. Sobre cómo puede afectar ese mayor peso a su estilo de juego, su objetivo es mantener la polivalencia que le permita jugar como ‘3’ y como ‘4’. "La idea es seguir trabajando como jugaba en el Eurobasket pero también añadir más juego interior y de ahí la ganancia de kilos".
Por otro lado, el español va evolucionando también en su fuerza mental. La rodilla no ha sido la única lesión que ha padecido este año. Tras haber jugado apenas tres partidos, sufrió una fractura en un dedo de su mano izquierda ante la que, sin embargo, evitó volver a la inactividad, ante el asombro del cuerpo médico de Loyola-Maryland. "Me dijeron que tenía para 6 semanas, pero tenía muy claro que tras lo de la rodilla no iba a parar. Por suerte no era la mano de tiro, aunque todo el balón que cogía me dolía", recordó en Tirando a Fallar.
Sobre el joven de 19 años se ha escrito y hablado mucho desde su gran irrupción hace ya casi un año. Él dice no hacer "mucho caso a lo que se dice" y aclara que "lo importante es el trabajo", si bien no oculta estar "lógicamente contento" y sabedor de lo que se dice sobre él. "Al final cuando tienes redes sociales te llegan las cosas", reconoció. Finalmente, sobre sus planes de futuro, explicó que su plan a corto plazo es "trabajar para el año que viene e intentar mejorar más", mientras no ocultó que "obviamente si se presenta en los próximos años la posibilidad de ir al draft la barajaré, porque mi sueño es jugar en la NBA". Cabe recordar que Aldama tiene tres años más por delante hasta que sea elegible en el draft de 2023, pero podría adelantar esa fecha si lo desea, llegado el momento. Respecto a los posibles contactos con equipos de la Liga Endesa, el grancanario señaló no haber recibido propuestas por el momento. "Respetan mucho mi decisión y no he tenido contacto con ellos", sentenció.