Que el Real Madrid venciera al Valencia Basket y se metiera en la final de la Copa del Rey era algo que entraba en casi todas las quinielas. Pero quizá, que lo hiciera con la rotundidad con la que se fraguó el encuentro, al que prácticamente le sobraron quince minutos, no era ni mucho menos algo tan previsible tras el triunfo 'taronja' en el estreno ante el Barcelona. Sin embargo, los blancos ofrecieron una versión excelsa, con la columna vertebral formada por Campazzo, Deck, Randolph y Tavares como eje sobre el que orbitó el pase al duelo del domingo sin dar ninguna opción al equipo levantino.
"Hemos ejecutado el plan defensivo a la perfección, hasta el punto de que al descanso dominábamos por catorce puntos (34-20) y tenía la sensación de que el control era mayor", reconocía Pablo Laso en la rueda de prensa posterior al partido, visiblemente satisfecho tras la exhibición de los suyos, que se ajustaron perfectamente al plan de partido establecido. Continuó el vitoriano aclarando que ante "la previsible buena salida de Valencia en el tercer cuarto", su equipo fue capaz de, "jugando mejor en ataque que en defensa, consolidar la diferencia". La realidad es que los blancos pusieron un ritmo imposible para el rival, lo que se tradujo en que un equipo.
Quizá la única laguna del Madrid llegó en ataque y en el segundo cuarto, cuando se pasó siete minutos sin anotar y abusando en exceso del triple, con hasta ocho ataques consecutivos acabando en tiros desde el 6'75 sin anotar ninguno. A tal respecto, Laso no se mostró "preocupado en exceso" en esa fase del partido, porque, adujo, "pese a no anotar, creo que hemos jugado buenos ataques y si juegas bien acabas metiendo", expuso.
Y es que precisamente uno de los aspectos que llamó la atención de la gestión del encuentro de Laso fue la larga rotación inicial otorgada a Campazzo, Randolph y Tavares, que jugaron el primer cuarto completo y no se se sentaron hasta bien entrado el segundo. Algo no demasiado habitual en los tiempos que corren y que coincidió justo con la peor racha en ataque de los suyos. Cuestionado por esRadio/LD sobre si era una idea de partida o la decidió dado el devenir de los acontecimientos, el técnico vitoriano confirmó que "obviamente teníamos nuestro plan inicial, pero no siempre puedes ejecutarlo porque te ves obligado a hacer las rotaciones antes", expuso, aclarando como ejemplo que "si le hubieran pitado dos faltas a Campazzo nada más empezar, no habría podido seguir por ahí". En esta ocasión, la ejecución salió a pedir de boca de los blancos, tal y como confirmó el propio Laso exponiendo con media sonrisa que "eso es lo divertido de entrenar... o muchas veces no tan divertido".
Así es la vida del entrenador. Laso salió de la rueda de prensa olvidando el triunfo ante Valencia y pensando ya en el reto de la final. Caminaba satisfecho, pensando hacia adentro eso que diría el otro de "me encanta que los planes salgan bien". Pero eso no siempre es así, y nada asegura que en la final todo vaya a salir tan perfecto. Efectivamente, no siempre es tan divertido entrenar.