
Con la apasionante conclusión de la temporada regular de la Liga Endesa, algunas conclusiones empiezan a ponerse sobre la mesa. Aunque alguna podría dinamitarse con lo que ocurra en los inminentes playoffs, es un buen momento para recordar que el Real Madrid menos brillante en años se las ha apañado para acabar primero y tener factor cancha durante todo lo que venga a partir de ahora, hecho que puede ser diferencial. Por cierto, con la rumorología de fichajes desatada tras la ‘Final 4’, y olvidado ya el objetivo de un Vasilije Micic renovado por un pastizal en Turquía, mal harían los blancos en no atar cuanto antes a Fabien Causeur y Jeff Taylor, necesidad casi tan imperiosa como la que ya es un secreto a voces de reforzar la posición de base.
En Barcelona, si los culés no ganaran esta liga, alguien debería pedir explicaciones por su último mes. La derrota en Badalona se justificó por tener el foco en el cruce de Euroliga, pero caer en el Palau ante Baskonia y Valencia les costó la primera plaza y cerca estuvo de costarle la segunda. En un año donde la sensación de haberle comido buena parte de la tostada al Real Madrid es evidente, los de Pesic se han pegado un tiro en el pie dejando escapar inexplicablemente el primer puesto. Justo es reconocer a Baskonia y Valencia, los vascos por lidiar con multitud de lesiones toda la temporada y quedarse muy cerca de los intocables Barça y Madrid y los segundos por su fantástico momento tras la Copa del Rey que les permite, con la Euroliga asegurada y poquísima presión, ser un caramelo envenenado en el playoff.

En el capítulo de decepciones, hay que empezar por Unicaja. Los malagueños, pese a acabar quintos, no han enganchado a nadie este curso, en el que las semanas que estuvieron sin Jaime Fernández y Alberto Diaz fueron un equipo fantasmagórico. Eso sí, Luis Casimiro, que ya fue capaz de darle la vuelta a una temporada cogida con alfileres el año pasado con el Gran Canaria, tiene la oportunidad de volver a hacerlo en Málaga. Si no, quedará tocado. Añádase aquí al Iberostar Tenerife, sorprendentemente fuera de las eliminatorias por el título pese a tener sobrada plantilla para ello. Los aurinegros miraron a la cara siempre a los grandes, pero flojearon demasiado ante rivales de la zona baja. Europa y la Copa salvan bien la temporada, pero su curso en la ACB ha quedado muy lejos de las expectativas.
En el lado opuesto están aquellos capaces de competir muy por encima de lo a priori esperando. Divina Seguros Joventut, Tecnyconta Zaragoza y sobre todo el Baxi Manresa se llevan esta medalla. Trabajo de equipo fantástico para entrar los tres en el playoff, y reconocimiento individual a tres entrenadores nacionales que lo han bordado: Carles Durán, Porfirio Fisac y Joan Peñarroya, que debería ser el entrenador del año. Apunten también algunos nombres en la cancha: Carlos Alocén, base maño, es la mejor noticia de la cantera española en una década. Gabriel Lundberg, escolta danés del Manresa, ha tirado abajo la puerta de la elite llegando desde la ACB como la mayor revelación de la liga. Y sobre Nico Laprovittola hay pocas palabras: máximo anotador y segundo mejor asistente, ¡Qué barbaridad!, para dejar en playoff a una ‘Penya’ a la que llegó con el equipo camino del descenso hace más de un año. Extraordinario, y MVP indiscutible de no mediar una clara injusticia.

Aunque si de nombres se trata, hay que recordar a dos tipos que se lo han merecido. Dos escoltas cuya carrera toca a su fin con los que Europa ha gozado durante década y media, aunque su forma de ser sea como el agua y el aceite. Marko Popovic deja el baloncesto como una leyenda continental indiscutible, tras una carrera descomunal cerrada con un triple desde nueve metros en su último partido y dos tiros libres llorando a moco tendido mientras Fuenlabrada, que tantísimo va a echar de menos ese corazón enorme, se rendía a sus pies como no podía ser de otra manera. Otro que podría no volver a jugar es Brad Oleson, manteado por sus compañeros en Murcia, pero que de momento no confirma su retirada, intuida ya hace un año en entrevista con LD. El de Alaska, frío como un témpano, bien podría ser la némesis de Popovic. Si en unos días anuncia que no sigue no será sorpresa. Simplemente querrá irse sin hacer ruido, todo el que ha hecho en las canchas tras llegar a España a jugar en el Rosalía de Castro de LEB Plata para acabar siendo uno de los mejores defensores exteriores del continente. Casi nada.
Por lo demás, volvió a decepcionar Estudiantes, aunque esto suene ya casi a algo habitual. Quizá tanta decepción simplemente indique que se le pide más de lo que puede dar. Pero, salvados sobre la bocina pese al temporadón de ese talentazo llamado Darío Brizuela, los colegiales no han sabido aprovechar, tantos años después, tener un gran anotador español, lo que debió ser un filón. A la LEB se van Breogán y Gipuzkoa Basket, pero con sensaciones diferentes. Los lucenses se inmolaron cuando priorizaron tener un técnico gallego sobre todo y pusieron a debutar en los banquillos ACB a Tito Díaz a sus 70 años, decisión arriesgadísima que se ha demostrado errónea. Por su parte, la plantilla donostiarra fue señalada, y no sin razón, como la más débil de la Liga Endesa desde el primer día, pero se aferraron con orgullo y un gran baloncesto a una permanencia quimérica en los dos últimos meses, estando a punto de culminar una remontada que terminó de cercenar una canasta del mexicano Paco Cruz en Fuenlabrada y un calendario durísimo en las tres últimas jornadas. Sin embargo, en San Sebastián deberían irse con la cabeza muy alta.