En enero de 2011, cuando fue despedido por el Unicaja, Aíto García Reneses salió del pabellón Martín Carpena con sus cosas dentro de una bolsa de basura. El ambiente entre el laureado técnico madrileño, la afición costasoleña y hasta la propia directiva cajista se había vuelto, sencillamente, irrespirable, y aquella imagen queda como la que mejor define la tumultuosa salida del entrenador. Aíto había llegado en 2008 a Málaga tras dirigir a España en los Juegos Olímpicos de Pekín y su misión era mantener al Unicaja en lo más alto tras la gloriosa época de Sergio Scariolo, con una Copa del Rey y una Liga ACB incluidas en el palmarés cajista.
Pero nada salió como deseaban las partes. Tras dos cursos y medio, perdiendo una final de Copa en Madrid ante el Baskonia y quedándose a las puertas de acceder a otra final ACB, el Unicaja despedía a García Reneses, con el objetivo, en palabras públicas de la propia entidad, de "liberar la tensión existente". Ahí es nada. Su última decisión como preparador malagueño fue un polémico tiempo muerto ante el Gran Canaria en el Martín Carpena, con 19 abajo a 3 segundos del final. Nadie lo entendió y el ambiente explotó. De ahí a la imagen de la bolsa de basura apenas pasaron 24 horas. Cada retorno al pabellón malagueño, como técnico del Cajasol o del propio Gran Canaria, fue desde entonces una garantía de pitada para Aíto. Ocho años más tarde, y aunque el propio técnico reconoció haberse "quitado una espina" tras participar en un acto en la Copa del Rey de 2017 en Vitoria que conmemoraba los 40 años del club malacitano, las cosas no han cambiado del todo. Al menos en lo ambiental, como se ha podido demostrar en la eliminatoria de la Eurocup, segunda competición europea que, caprichos del destino, ha emparejado al Alba Berlín, primera experiencia fuera de España de García Reneses, precisamente con el Unicaja.
De hecho, cuando Aíto saltó el pasado viernes al Martín Carpena minutos antes del inicio del segundo partido de la eliminatoria, la pitada fue notoria, pese a que aún quedaban muchos huecos por ocupar en el recinto malagueño. Se las prometían felices los hinchas locales, tras la heroica remontada de los de Luis Casimiro en el primer duelo en la capital alemana (90-91), certificado con un palmeo en mate de Mathias Lessort tras una primera parte espantosa de los malagueños (58-39). Sin embargo, el altísimo acierto teutón desde el triple, 13 de 23 para un excelso 56'5%, evitó una victoria andaluza por la vía rápida. Con el ex ACB Sikma, el lituano Giedraitis y el islandés Hermannsson como estiletes, Aíto se salió con la suya y devolvió la eliminatoria a Berlín (81-101).
Y fue este miércoles, en el tercer encuentro, cuando García Reneses dio un nuevo paso en su obra alemana mano a mano con Himar Ojeda, director deportivo berlinés. Devolver al Alba a la Euroliga es el reto. Ganar la Eurocup o ser el mejor equipo en la Bundesliga sin contar a un Bayern de Munich con plaza asegurada desde el próximo curso, los dos caminos posibles. Con el Alba quinto en la Bundesliga, la ruta europea parece más corta, aunque no menos compleja, por más que la ventaja de Unicaja por 65-73 a 6 minutos del final del partido decisivo pareciera hipotecarla. Sin embargo, ahí Aíto volvió a ser el Aíto de los días grandes. Colocó una zona 2-3 que desarboló a los andaluces, capaces de anotar sólo dos puntos de ahí hasta el final. Y de nuevo llamó a filas a Sikma, Hermannsson y Giedraitis, que no le fallaron para voltear el marcador y meter al Alba en semifinales. Allí se medirán al sorprendente Morabanc Andorra de Ibón Navarro, en otro duelo de 'Don Alejandro', como le llamaba el desaparecido Andrés Montes, ante un equipo de Liga Endesa.
El tiempo muerto ante el Gran Canaria. La zona casi suicida ante un Unicaja que acariciaba la semifinal. La vida del entrenador es tomar decisiones. Por mucho que algunas parezcan estrafalarias a ojos del aficionado, otras son igualmente brillantes. Aíto se tomó con una de ellas su particular 'venganza' ante los pitos del Carpena.