Aparte de por el evidente premio deportivo para el ganador, que se clasificará para la Final 4 de Belgrado, la eliminatoria de la Euroliga entre Real Madrid y Panathinaikos ha venido marcada por dos hechos principales. En primer lugar, el retorno a la actividad tras más de 8 meses de un Sergio Llull que este miércoles, con motivo de la disputa del tercer encuentro de la serie, retornará a una convocatoria de Pablo Laso y, salvo inesperada sorpresa, disputará sus primeros minutos oficiales después de que su rodilla se quebrara en Tenerife. Pero además, subyacerá el último órdago a la Euroliga de Dimitris Giannakopoulos, dueño del equipo ateniense, que hace unos días anunciaba su intención de abandonar la principal competición europea para que el Panathinaikos, 6 veces campeón continental, dispute a partir del próximo año la FIBA Champions League, hecho que, en pleno cisma por el control del baloncesto europeo entre Euroliga y FIBA, podría suponer un nuevo y serio problema para la estabilidad del deporte de la canasta en el Viejo Continente.
Varios son los motivos que generan el enorme enfado heleno con la cúpula directiva de la Euroliga, encabezada por un Jordi Bertomeu del que Giannakopoulos pidió su salida como gestor de la competición en una reciente reunión celebrada en Madrid. Así, según ha podido saber Libertad Digital de fuentes muy próximas a la directiva del equipo verde, la gran queja actualmente de los griegos sobre la gestión de la Euroliga radica principalmente en dos motivos, uno económico y otro deportivo. En el monetario, se considera en el Panathinaikos que existe actualmente una "falta de transparencia financiera, ocultándose información a los clubes", mientras que sobre la cancha, desde Atenas se muestran iracundos con "arbitrajes extraños de los que no solo nos quejamos nosotros, sino que durante los playoffs hemos visto ya varias quejas de distintos equipos y entrenadores". Una situación que lleva a afirmar desde la capital griega que la junta de propietarios de la Euroliga "actualmente no es para nada consistente y, de hecho, presenta múltiples fracturas".
La postura de Panathinaikos, sin duda uno los clubes más poderosos y con mayor tradición de Europa, no puede pasar desapercibida. Sabedores de su peso específico en el baloncesto actual, están dispuestos a forzar la máquina. Así, las fuentes consultas por LD afirman que "si nos vamos de la Euroliga, esta tendrá enormes problemas de fiabilidad, que provocará una reacción en cadena por parte de patrocinadores e incluso de otros clubes" y de hecho, apuntan a un posible éxodo de más clubes sentenciando que "la puerta de salida está abierta y no solo para el Panathinaikos". En la misma línea, recuerdan que la competición precisa de cara a encontrar sus patrocinios "de un excelente reconocimiento de marca, algo que será imposible si sigue habiendo tantas voces contra el arbitraje, se mantiene la oscuridad financiera y, además, una marca como el Panathinaikos está fuera de la competición".
Cabe recordar, eso sí, que la entidad helena firmó un contrato por 10 temporadas con la Euroliga, a partir de la 2016/17, que le otorgaba una Licencia A, la garantía de participar en la competición sin necesidad de clasificarse en su competición local. Sin embargo, las voces a las que ha tenido acceso LD lanzan un mensaje enormemente rotundo, desde la misma sede del OAKA: "Panathinaikos no va de farol. Estamos trabajando en marcharnos de la Euroliga", aseveran. Y no convendría olvidar que a Dimitris Giannakopoulos no le duelen prendas en tomar decisiones radicales. Si no, que se lo pregunten a sus jugadores cuando la temporada pasada les hizo volver de Estambul a Atenas en autobús tras cancelar su vuelo al caer eliminados en los cuartos de final a manos del Fenerbahce de Zeljko Obradovic.
Además, la última noticia en este enfrentamiento no parece destinada a apaciguar las aguas, pues la Euroliga anunció ayer mismo que volvía a multar al presidente griego con 6.000 euros después de las críticas de Giannakopoulos al arbitraje del esloveno Damir Javor en el último derbi griego ante el Olympiacos. Entonces, el mandamás del club verde señaló que el colegiado había "seguido las órdenes recibidas por parte de la Euroliga, seguro que se ha ganado un puesto en la Final 4". No cabe duda que la guerra de los helenos con el estamento dirigido por Jordi Bertomeu no ha hecho más que empezar.