Enlazar diez triunfos de forma consecutiva en el inicio de una temporada con varios movimientos profundos en la plantilla, y también con nuevo técnico, debe ser tenido muy en cuenta. Aumentar esa cifra hasta diecinueve si incluimos la Eurocup, es más que meritorio. Y es lo que está logrando el Valencia Basket de Pedro Martínez, que se encuentra ya a sólo un triunfo de su mejor inicio histórico, con 20 partidos vencidos en 1999, y Miki Vukovic como entrenador. Ahora que tanta gente ha estado hablando de la sensacional racha de los Golden State Warriors en la NBA, rota este fin de semana por Milwaukee tras 24 victorias de los de la Bahía de Oakland, pasar por alto lo que está logrando el equipo taronja sería de necios. Valencia juega bien, muy bien a baloncesto. Venimos escribiendo desde el verano sobre lo bien confeccionada que está su plantilla, quizá menos exuberante en lo físico que las de Madrid o Barcelona, pero que desde luego no anda a la zaga a los dos grandes en lo que a inteligencia baloncestística se refiere. Ser capaz de, con su triunfo ante Fuenlabrada esta semana (100-84), llegar más allá que los históricos Warriors, que juegan más partidos por semana, no es más que una anécdota pero que pone en valor lo que se está cociendo en La Fonteta, donde se estila un baloncesto de muchísimos quilates esta temporada. Si las lesiones respetan a este equipo, quizá este año el dominio de los equipos futboleros no sea tan abusivo. Tiempo al tiempo.
Madrid y Barcelona, precisamente, no fallaron, aunque dejaran distintas sensaciones. Los de Pablo Laso siguen creciendo tras el punto de inflexión que supusieron las derrotas ante Khimki y Estrella Roja en Euroliga, y se sitúan ya segundos tras superar con comodidad en la segunda parte al Herbalife Gran Canaria (85-68). Si logran vencer a Estrasburgo esta semana, y se quitan de encima la pesada losa que ha supuesto la primera fase de una Euroliga a la que llegaron demasiado tarde, ganarán el margen suficiente para dar un nuevo empujón a un juego que, por otra parte, empieza a dejar luces. Jefferey Taylor es cada vez más importante, Luka Doncic sigue con su imparable crecimiento, y los `Sergios´ siguen tocando la batuta. Eso sí, el principal lunar a pulir debe ser el permanente obcecamiento con los árbitros. Esta jornada fue Carroll, santo varón habitual, quien se cortocircuitó en una protesta absolutamente desmedida que le costó una descalificación. Definitivamente, el Real Madrid debe templar su obstinación con el colectivo arbitral, que ya parece pasar de castaño a oscuro.
En lo referente al Barcelona, ejercicio camaleónico en Málaga: una primera parte colosal (24-47), y una torrija monumental que a punto estuvo de propiciar una remontada histórica, con los malagueños llegando a colocarse cuatro arriba a lomos de esa fuerza de la naturaleza que es Nemanja Nedovic. Al final, el ingente talento de Carlos Arroyo salvó las habichuelas a los de Pascual (77-81), pero rozaron un patinazo que hubiera sido absolutamente estrepitoso.
Ha sido esta una jornada completísima, con miga en todos los partidos, y que deja la lucha por la Copa del Rey con un escenario apasionante (del 6º al 15º sólo hay un partido de diferencia). UCAM Murcia demostró que el problema de Guipuzcoa no era del banquillo, sino que sencillamente el equipo da para poco más, y amargó el debut de Fisac como técnico donostiarra (67-76). La emoción se vivió en Bilbao y Sevilla, con remontadas locales tras prórroga ante Baskonia (89-83), y Fiatc Joventut (106-101), con un colosal Pierre Oriola en los andaluces por cierto (23 puntos, 9 rebotes, agua bendita cuando hablamos de un pívot español). ICL Manresa (¡Qué gran trabajo de Ibón Navarro!) asaltó el inexpugnable Fontes do Sar (71-79), y Movistar Estudiantes y CAI Zaragoza ahondaron en sus problemas, con derrotas ante Morabanc Andorra (75-82) e Iberostar Tenerife (82-78). Realmente, una jornada repleta de puntos de interés, en el mejor momento, con la canasta nacional lamiéndose las heridas tras el escandaloso asunto que merodea a la Federación Española de Baloncesto y a su presidente, José Luis Sáez.
Doncic, Oriola, Brizuela (emocionantes sus palabras tras la nueva derrota de su equipo), Hernangómez (los dos). Y por supuesto los `Sergios´, Navarro, Abrines y Ribas, o San Emeterio. Laso, Pascual, Plaza, Pedro Martínez. Y la gente. Esos son los argumentos de nuestro baloncesto. Todo lo demás es potencialmente mentira, aunque nos duela. Y como tal deberíamos de verlo.