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El partido entre Movistar Estudiantes y Cai Zaragoza, una maravillosa imperfección para la Liga Endesa

El duelo que cerró la jornada 9 fue un regalo para el espectador, con dos prórrogas y una locura final que lo convirtió en imprevisible.

El duelo que cerró la jornada 9 fue un regalo para el espectador, con dos prórrogas y una locura final que lo convirtió en imprevisible.
Movistar Estudiantes y Cai Zaragoza disputaron el partidazo de la jornada | ACB Photo

Probablemente no partía como el gran punto de interés de la jornada, pero el duelo entre Movistar Estudiantes y Cai Zaragoza terminó por convertirse en uno de esos clásicos que se recordarán con el paso de los años, algo de lo que no anda nada sobrada la Liga Endesa. Seguramente el aficionado tendría sus ojos puestos en la visita de Valencia a Sevilla, para ver si los de Pedro Martínez seguían siendo el único equipo invicto de Europa (lo son, tras vencer en tierras andaluzas por 67-81 en otro ejemplo de juego inteligente y coral), o en la de UCAM Murcia a la capital, con las miras sobre Campazzo y Augusto Lima, por su relación con el Real Madrid, y en la recuperación de sensaciones del equipo de Pablo Laso de cara a su finalísima de la Euroliga en Munich, donde media temporada estará en juego. Pero allí, pese a que en un momento los pimentoneros amagaron con dar un susto al vigente campeón, parece que lo más interesante estuvo posteriormente en la zona mixta, con el primer acercamiento de Florentino Pérez al pívot brasileño del UCAM, y un "nos vemos pronto" de lo más clarificador.

Pero no, el gran encuentro de la jornada apareció en un choque con tintes, si no dramáticos, si peliagudos. Estu y Cai llegaban a la cita con sólo un triunfo, probablemente un escenario no esperado por ninguno de ellos, muy especialmente en el caso de los maños. Así, el que saliera derrotado acompañaría al final de la jornada al Retabet GBC en puestos de descenso, con lo que se podía presumir un partido nervioso, poco dado al divertimento del espectador. Y nos topamos de bruces con todo lo contrario. Se cuajó un duelo de necesitados, pero que resumió a la perfección lo que un espectador necesita para quedarse ante la tele: imprevisibilidad, emoción, desconcierto. Y puntos, claro. Dos prórrogas, el CAI que, tras remontar, volvió a pegarse varios tiros en el pie para regalar un partido que tenía atado en un par de ocasiones, y casi rozando la tercera, y una sucesión de errores, algunos incomprensibles, otros por bien hacer o pillería rival, que sumieron al partido en el desconcierto, pero también en una diversión como sólo el baloncesto puede generar en el espectador.

Pero hubo más alicientes, con los partidazos de productos nacionales como el descarado Brizuela (25 puntos, 5 triples), un Joan Sastre que sigue creciendo a pasos agigantados este curso (23 tantos, siendo el líder maño al final), o un Jaime Fernández que dio vida a los madrileños con un robo genial que permitiría llevar el partido a la primera prórroga. Y entre todo eso, la imperfección fue característica, y bendita sea: tiros libres fallados y balones perdidos sazonados con canastas de enorme mérito, jugadores eliminados y tapados asumiendo los galones, generando un partido para grabar. El 110-116 final tras 50 minutos de brega coloca al CAI con dos victorias y deja tocados a los del Ramiro, tras, valga la redundancia estudiantil, un partido de patio de colegio, algo que, pese a que pueda parecer contraproducente, a nuestra querida ACB le viene de maravilla, entre tanto pick & roll, tacticismo, y juego previsible que nos invade, con honrosas excepciones. No está siendo un inicio sencillo para los de Diego Ocampo, pero si mantienen su apuesta por el talento nacional y se abonan al de sus nuevos valores, la apuesta dará sus frutos a medio plazo, no lo duden. Aunque para ello deba llegar un pasito adelante de sus foráneos. Es lo que más necesita el Estudiantes, recuperar su identidad, algo que sería gloria pura para la competición.

Del resto, cabe destacar la gran sorpresa que supuso el triunfo de un Iberostar Tenerife que poco a poco levanta el vuelo en Vitoria ante el Baskonia de Velimir Perasovic, donde Bourousis volvió a rayar a buen nivel (13 puntos, 7 rebotes), pero no pudo hacer sombra al renacido Blagota Sekulic, que tras un irregular arranque liguero se proclamó MVP de la jornada con tras cuajar un partido excelso en tan complejo marco, con 29 puntos y 7 rebotes providenciales para los de La Laguna. También meritorio triunfo del Unicaja en Badalona, con Kuzminskas y Edwin Jackson como estiletes, y que clarifica en buena medida el porvenir copero de los andaluces, que amenazaba con torcerse y lo habría hecho bastante de haber perdido ante la `Penya´.

Pero sin duda, esta jornada fue la del Estu-Cai. Cuando la imprevisibilidad venció a lo rutinario, y el descaro al pick&roll. Benditos errores, bendito talento, bendita diversión. Cuánto lo necesita nuestro baloncesto. Que sean muchos más.

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