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El Real Madrid buscará repetir título en la Euroliga más competida de los últimos años

Los grandes favoritos volverán a estar ahí, y varios equipos suben su nivel. Será una Euroliga de exigencia máxima desde el inicio.

Los grandes favoritos volverán a estar ahí, y varios equipos suben su nivel. Será una Euroliga de exigencia máxima desde el inicio.
Nocioni tapona a Bryant Dunston en la final de la pasada Euroliga | Cordon Press

El partido entre el Pinar Karsiyaka y el Barcelona Lassa de este jueves 15 de octubre dará inicio a una nueva edición de la Euroliga, la que ya es sin discusión considerada como la competición más importante fuera de la NBA. No en vano, la Final Four, su momento cumbre, y que esta temporada se celebrará en Berlín entre el 13 y el 15 de mayo, pasa por ser sin duda la fecha en que los grandes equipos europeos aspiran a estar en su momento más álgido del año, pese a que las ligas nacionales se decidan un mes más tarde. Pero de una época a esta parte, realmente todo gira alrededor de la Euroliga.

No tendrá ni mucho menos fácil el Real Madrid repetir su título de hace unos meses, gesta sólo conseguida, bajo la denominación de Euroliga, por el Olympiakos (2012 y 2013) y el Maccabi de Tel Aviv (2004 y 2005). Veintitrés de los mejores equipos del panorama baloncestístico continental, en los que sólo a unos pocos se echa en falta (Valencia Basket podría ser el principal ausente), pelearán como lobos hambrientos por arrebatárselo a los de Pablo Laso, logrando el trofeo que corona el trabajo de todo un año, y el que justifica prácticamente todo, aunque las cosas no salgan del todo redondas en los respectivos países. Y más allá de eso, el que otorga el billete para jugar la Copa Intercontinental, competición que desde que fue rescatada en los tres últimos años sólo han disputado precisamente Real Madrid, Maccabi y Olympiakos, ganándola sólo los españoles y los griegos en lo que a europeos se refiere.

El Real Madrid de Sergio Llull (D) venció la última Euroliga derrotando a Olympiakos de Spanoulis

Sin embargo, parecería quimérico decir que los veintitrés equipos aspiran a reinar en Berlín en mayo, por más que el creciente nivel del baloncesto europeo haga que cualquier plantilla sea competitiva en esta Euroliga, quedando lejos épocas no tan lejanas en que algunos ejercían como meras comparsas. Pero no es ninguna disparate aventurarse a decir que existen hasta nueve plantillas con el suficiente potencial como para alcanzar la Final Four, y unas cuantas por detrás capaces de dar muchos sustos.

Pero sólo hay cuatro plazas en esa Final Four, y ocho en los cuartos final. Difícil será que se den sorpresas y algún pez gordo caiga en la primera fase (cuatro grupos de seis), no alcanzando el durísimo `Top 16´, con dos liguillas de ocho equipos a partir de navidad. Pero, echando cuentas, es fácil deducir que tras ello algunos hablarán de fracaso, pues no caben nueve en los cuartos de final, y siempre hay que reservar un sitio a los aspirantes, pues alguno meterá la cabeza a buen seguro.

Contar con Real Madrid, Barcelona Lassa, CSKA de Moscú, Fenerbahce y Olympiakos como los grandes favoritos sería el pronóstico más lógico, tras lo ocurrido hace un año. El equipo de Pablo Laso, por plantilla, tendencia de las tres últimas temporadas, y puro respeto al campeón, no puede bajarse de las quinielas, como el CSKA de Moscú, el gran transatlántico continental aunque tenga esa inexplicable tendencia a quedarse a la orilla de forma estrepitosa últimamente. Olympiakos volverá a tener su guarida en esa doble mentira que es la Paz y la Amistad de El Pireo, y su valor seguro en la pareja infernal Spanoulis-Printezis. Fenerbahce, por su parte, en el año tres de Obradovic, ha terminado de montar un plantillón descomunal a base de talonario. A lo que ya tenía el año pasado ha unido muchos kilates: Datome, Pero Antic, Sloukas o Kalinic para hacer olvidar a Bjeliça y Goudelock, principalmente. Los otromanos podrían ser la plantilla más descollante del torneo, acaso favoritos de primer nivel, una vez que ya lograron al fin que un equipo turco jugara la Final Four en Madrid.

Así las cosas, de ese primer pelotón la mayor apuesta casi podría ser el remozado Barcelona, pero la solvencia que mostró desde la Supercopa Endesa hace pensar que este nuevo equipo de Xavi Pascual, con Carlos Arroyo a los mandos, quizá un Navarro menos importante, y pívots físicos (Lawal, Samuels) supliendo la gran carencia de la pasada campaña, debería, como no puede ser de otra manera, exigirse llegar a Berlín.

Printezis (Olympiakos) y Tomic (Barcelona), dos de las grandes estrellas de la Euroliga

Pero atención a lo que viene por detrás. Panathinaikos, tras muchos años empobreciendo su plantilla, esta vez sí ha dado un salto importante. No sólo llega Sasha Djordjevic a su banquillo, sino que ha balcanizado en buena medida su escuadrón. Raduljica y Kuzmic formarán una más que sólida pareja en el `5´, y Calathes será un perfecto compañero en la dirección en el último año de Diamantidis. Tras varias ediciones en las que alcanzar los cuartos casi era el objetivo máximo, los atenienses verdes vuelven a mirar de cara a la Final Four. Igual podría ocurrir con el Maccabi, apesadumbrado por la salida de David Blatt hace un año, y aún y todo competitivo. Jordan Farmar, Tylor Rochestie, o Vitor Faverani son refuerzos de campanillas para volver a hacer de La Mano de Elías un fortín.

Tylor Rochestie (I), uno de los grandes fichajes del Maccabi de Tel Aviv

En ese mismo furgón debería estar Efes, rival del Madrid en los cuartos hace un año, eterno aspirante turco que siempre se queda a medio camino, pero una vez más fichando bien: Jayson Granger, pletórico, abandona la Costa del Sol por el Bósforo, formando una sensacional pareja de bases con otro ex ACB, Thomas Heurtel. Por dentro, talento y físico, como estila el basket europeo: Derrick Brown, Alex Tyus o Bryant Dunston, muchos dólares bajo los aros. Y aún faltaría un noveno invitado capaz de casi todo, el más sorprendente por historia, que no por plantilla: Khimki. Los rusos, primer rival del Real Madrid, y vigentes campeones de la Eurocup, han mantenido lo mejor del equipo que derrotó al Granca en la segunda competición continental (Tyrese Rice, Paul Davis, James Augustine, Petteri Koponen), y lo han reforzado de lujo, con nombres como Marko Todorovic, Zoran Dragic o Alexey Shved. Una plantilla sensacional que pone a los de la periferia de Moscú al mismo nivel de los grandes dinosaurios del continente.

A partir de ahí, sería sorprendente ver a cualquier otro nombre en la Final Four, pero a buen seguro que alguno se colará en los cuartos de final. Unicaja, con su plantilla mejorada, el opulento proyecto de Armani Milano, el Bayern de Munich que no termina de llegar al primer nivel, el flamante Laboral Kutxa de Perasovic y Bourousis que tan bien ha arrancado la Liga Endesa, el Lokomotiv Kuban de Víctor Claver, o especialmente la millonaria apuesta turca (otra más), del Darussafaka Dogus, capaz de arrebatarle a Marcus Slaughter al Real Madrid, o de armarse a base de internacionales otomanos de primer nivel (Preldzic, Erden, Savas, Arslan). Todos ellos son equipos con las mimbres suficientes para dar más de un problema.

Y en resto, no faltarán alicientes, como ver de qué es capaz Sofoklis Schortsanitis en Estrella Roja, supliendo al gigantón Boban Marjanovic, ahora en los San Antonio Spurs. A buen seguro, la mejor Euroliga de siempre, seguramente la más competida y en la que alcanzar un billete para Berlín se va a vender verdaderamente caro. El reto es de aúpa. Para el espectador, toca disfrutarlo.

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