El Real Madrid remonta al Bauru en Sao Paulo y se proclama campeón intercontinental (91-79)
El club madrileño suma su quinto trofeo intercontinental, el primero tras 34 años. Sergio Llull fue el MVP de la competición.
El Real Madrid se proclamó en Sao Paulo campeón de la Copa Intercontinental por quinta vez en su historia, en el mismo escenario en que logró la última, en 1981. El vigente campeón de la Euroliga logró remontar la desventaja de un punto (91-90) que ostentaba el Bauru brasileño del partido de ida, y terminó imponiéndose tras abrumar a su rival bajo los aros (41-21 en rebotes), dando comienzo a la nueva temporada de la mejor forma posible.
Tras regalar una ventaja de 17 puntos en el primer encuentro, salió el equipo blanco huracanado. Las bajas de Rudy Fernández y Jeffery Taylor, que acortaban considerablemente su rotación en el perímetro, y el zarandeo final de los brasileños 48 horas antes, pusieron las pilas a los de Pablo Laso desde el salto inicial, dejando cinco minutos al rival sin anotar (12-0), pese al tempranero tiempo muerto de su entrenador, el mítico Guerrinha. Como era de esperar, el equipo de Sao Paulo entró en el partido a base de ese juego abierto tan inhabitual para un equipo europeo, dañando además las dificultades iniciales en el rebote de los blancos (15-11). Tuvo que ser uno de los más acostumbrados a aquellas latitudes, Andrés Nocioni, todo garra una vez más, quien apretara los dientes por enésima vez y mejorara las prestaciones bajo los tableros. Nueve puntos del argentino, con un triple descomunal sobre la bocina, dejaban a los suyos cómodamente por delante tras el primer cuarto (24-15).
La locura que buscaba el Bauru empezó a instalarse en el Gimnasio Iberapuera en el segundo parcial. El campeón de Europa comenzó a descentrarse excesivamente por algunas decisiones arbitrales, y el acercamiento americano hasta el 28-22 provocó la primera gran bronca de la temporada de Pablo Laso a los suyos. Empezó a encontrarse más cómodo Sergio Rodríguez, siempre un valor seguro en momentos de tensión, pero los brasileños ya habían conseguido enganchar a su grada, mucho más numerosa que en el primer duelo, y aprovecharon los buenos minutos de Mineiro, con Hettsheimeir desaparecido, para igualar las tornas (29-29). Para entonces, ya se había llevado una técnica Pablo Laso, que buscaba proteger las protestas de los suyos. Pero el Chacho Rodríguez no cejó y, tras una clara falta recibida, se llevó otra más. Posteriormente, tras anotar los tiros libres, cometió el error de dedicarle la canasta al dominicano Reynaldo Mercedes, que no dudó un instante en descalificarle, dejando a los españoles sin su líder en clarividencia y poniéndole las cosas realmente difíciles. Era la hora de ponerse el mono de trabajo, y Llull, Ayón, y un Carroll que sigue tocado por los dioses en esta pretemporada (17 tantos al descanso), lograron volver a estirar la diferencia antes del descanso (49-40).
El entusiasmo de los anfitriones, que tantos réditos le daría en el primer partido, no se vio mermado en la segunda parte, y de nuevo en un santiamén volvió la emoción (53-53). Fue el último acercamiento real del Bauru, pues a partir de ahí el Madrid tiró de profundidad y, pese los lesionados y la descalificación del Chacho, volvió a mostrar una vez más la ingente calidad de su plantilla, en la que cualquiera puede hacerle un descosido al oponente. Llull, Thompkins y Ayón se convirtieron en ese momento en los referentes, junto al pluscuamperfecto Carroll y un Luka Doncic que se comenzaba a curtir con minutos de calidad en un escenario hostil. De nuevo la renta se estiró hasta las nueve (57-66), a los treinta minutos.
Para entonces los problemas en el rebote habían desaparecido. Ayón (15 rebotes para el mexicano) y Thompkis cerraron la zona ante los kamikazes brasileños, cuyo porcentaje de triples empezó a menguar, todo lo contrario que en la otra canasta, donde Llull (MVP de la competición, uno más para él) y Thompkins no interrumpieron su verbena ofensiva. Tras tres lejanos encestes de la pareja madridista (68-80), la moral del equipo de Guerrinha dijo basta tras 78 minutos de fe pese a su patente inferioridad en calidad, y el Real Madrid cuadró por fin el círculo de convertirse en el mejor equipo del mundo fuera del universo NBA.
En todo caso, sería conveniente que la FIBA y la Euroliga se tomaran este torneo más en serio, pues puede merecer la pena a futuro si se cuida. Doble partido en el feudo de uno de los equipos, deficiente cobertura televisiva, varios fallos en el reloj de la mesa… Demasiadas carencias para una competición que se rescató hace tres años y que debería mimarse bastante más. Los aficionados lo agradecerían, a buen seguro.
Ficha técnica:
Real Madrid: 91, (24+25+17+25): Llull (21), Carroll (22), Maciulis (0), Reyes (4), y Ayón (5)–cinco inicial- Nocioni (9), Sergio Rodríguez (5), Thompkins (17), Doncic (4), y Hernangómez (4).
Bauru: 79, (15+25+17+22): Fischer (26), García (14),Day (3),William (0), y Hettesheimeir (17)–cinco inicial- Paulinho (2), Gui (0), Mineiro (8), y Meindl (9).
Árbitros: Christodolou (Grecia), Reyes (México) y Mercedes (Dominicana). Eliminaron por faltas personales al jugador del Bauru Robert Day y al del Real Madrid, Jonas Maciulis. Además, descalificaron de forma directa a Sergio Rodríguez por protestar.
Incidencias: partido disputado en el Gimnasio Ibirapuera de Sao Paulo.
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