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Sergio Scariolo, ante el dilema de cómo evitar la fractura entre la primera y segunda unidad de España

La preparación del Eurobasket ha dejado patente la diferencia de importancia entre titulares y suplentes. Acortarla es el objetivo.

La preparación del Eurobasket ha dejado patente la diferencia de importancia entre titulares y suplentes. Acortarla es el objetivo.
Sergio Scariolo afronta un nuevo reto con España este verano | EFE

La selección española de baloncesto disfruta de sus últimas horas de descanso antes de llegar este miércoles 2 de septiembre a Berlín, donde a partir del próximo sábado, en el anteriormente conocido como O2 Arena (ahora Mercedes-Benz Arena por aquello de los modernos naming de las instalaciones deportivas), se empezará a jugar buena parte de su futuro.

Pero mientras, la cabeza del seleccionador, Sergio Scariolo, da vueltas permanentemente a una idea constante: cómo conseguir sacar partido al máximo número posible de los doce jugadores con los que contará. Y es que, si bien con los seis primeros (Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Rudy Fernández, Nikola Mirotic, Felipe Reyes y Pau Gasol) el italiano no tiene dudas a priori, encontrar la productividad necesaria para un torneo tan intenso en los seis hombres restantes es ahora mismo su gran caballo de batalla. Más aún, en un torneo que no tendrá espera, pues la primera fase ofrecerá cuatro partidos durísimos en seis días (Serbia, Italia, Turquía y la anfitriona Alemania), sólo un día de asueto, y un partido teóricamente sencillo frente a la meritoria Islandia.

Cómo sacar réditos a los teóricos `suplentes´es, pues, crucial para dar descansos efectivos a las mejores bazas de España, así como para aportar minutos de calidad en los días en que los primeros espadas estén menos afortunados. Y, especialmente, las dudas pueden venir en el juego exterior, sobre todo en la posición de alero. Por dentro, con Gasol, Reyes, Mirotic y Hernangómez como cuarto hombre, si las lesiones respetan, España podrá afrontar a cualquier rival. Y en el base, los minutos principales se repartirán entre Llull y el `Chacho´, dejando que Guillem Vives trate de hacerse un hueco, pero sabiendo Scariolo que, de no ser así, la pareja del Real Madrid le ofrece todas las garantías.

Así, parece que todos los quebraderos de cabeza se acumulan en los aleros. Desde la lesión de Álex Abrines, Rudy Fernández empieza a asumir que jugar como `2´es prácticamente imposible, y que volverá a ser pieza clave en el sistema defensivo, especialmente cuando existan aleros altos y físicos enfrente, por ejemplo ante Italia o Turquía en la primera fase. Además, la baja del escolta azulgrana dejó a España sin su mejor tirador puro, seguramente también el más efectivo lanzando tras bloqueo directo. Y el excesivo desgaste que sufrirá Rudy en defensa le afectará, por puro cansancio, a buen seguro a su rendimiento ofensivo, cuestión casi de pura matemática.

Por todas esas razones, muchas de las miradas, exigencias, y mimos del seleccionador recaen sobre Pau Ribas y Fernando San Emeterio. El primero, flamante fichaje del Fútbol Club Barcelona, debuta con la selección, y tendrá sí o sí minutos importantes. El ex de Valencia Basket es un valor seguro en minutos finales y, pese a tener un físico poco privilegiado, su depurada técnica individual le hace ser un jugador sobradamente válido si encuentra su rol en la rotación. Sin embargo, las dudas pueden venir porque el badalonés no tiene una gran experiencia internacional en el primerísimo nivel. Así, pese a su extenso bagaje en ACB, a haber jugado varias ULEB Cup y Eurocup (ganando la de 2008 con el Joventut y la de 2014 con Valencia), apenas tiene experiencia como jugador importante en Euroliga o, por supuesto, a nivel selecciones, lo que sin duda es un plus para asumir la responsabilidad en los campeonatos de este calibre. Por su parte, San Emeterio es un caso distinto, casi opuesto, con mucho más recorrido en Euroliga, siendo incluso primera espada en Vitoria, y amplio currículo como internacional español, aunque bien es cierto que, como compañero de la gran generación del baloncesto patrio, nunca tuvo un papel determinante con la selección, donde siempre fue un secundario. Sin embargo, su gran temporada en Baskonia, como referente del Laboral Kutxa, le ha vuelto a abrir las puertas de la selección, en un verano en que su aportación será, posiblemente, más importante que nunca durante sus años en la selección.

Más atrás quedarán hombres como Guillem Vives, del que un buen rendimiento permitiría a Llull reforzar la posición de `2´ más minutos, o Pablo Aguilar, que no gozará de demasiado tiempo por detrás de un Mirotic trascendental. Y, por supuesto, el gran misterio es un Víctor Claver que afronta la que quizá debiera ser su última gran oportunidad. Y es que si el valenciano, ante una rotación más corta que nunca en España, no demuestra en este torneo que puede tener la consistencia necesaria, dejará de ser la eterna promesa para convertirse en la permanente decepción.

Scariolo lo dijo claramente tras el primer amistoso con Macedonia. "Necesitamos encontrar nueve jugadores". Con seis de ellos grabados a fuego, la clave del éxito o fracaso español pasa, precisamente, por lo que sean capaces de hacer los que llegan por detrás. Y apunten a Ribas, San Emeterio, Claver y Hernangómez como claves en el esquema Scariolo. Si tres de esos cuatro dan la cara, España volverá a aspirar a casi todo en el Eurobasket.

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