Tras el triunfo del Real Madrid en el primer partido, este domingo se disputa, a partir de las 12:30, el segundo encuentro de la final de la Liga Endesa, con la presión en aumento para un Fútbol Club Barcelona que necesita como el comer el título nacional para salvar la temporada y evitar un curso tiránico de su eterno rival.
Con la duda sobre el estado físico de Juan Carlos Navarro, lesionado el viernes en su maltrecha planta del pie, la situación plantea una encrucijada importante para Xavi Pascual: seguir forzando a Navarro o entregarse al talento de sus jóvenes, Mario Hezonja, el mejor de los catalanes en la inauguración, y un Álex Abrines venido a menos con el paso de la temporada. Sin embargo, a poco que Navarro esté aceptablemente bien, hay pocas dudas de que el entrenador de Gavá volverá a tener al escolta internacional como una de las piezas claves de su ataque.
En todo caso, juegue el capitán culé o no, el favoritismo de los blancos no tiene duda. El balance esta temporada en los duelos entre ellos es notoriamente favorable a los blancos por 5 triunfos a 2, y sólo cayó ante el eterno rival en los duelos, de liga y Euroliga, celebrados en el Palau Blaugrana. Pese a la gran plantilla de la que dispone el Barça, en ningún momento de la temporada ha parecido verdaderamente al nivel del equipo de la capital de España, donde la madurez de los Sergios, Rodríguez y Llull, y Rudy Fernández, ha hecho crecer a un grupo al que los fichajes de Andrés Nocioni,Gustavo Ayón, y Jonas Maciulis, sentaron de fábula para paliar algunos defectos del pasado.
Así pues, con el arbitraje de García González, Pérez Pérez y Bultó, el Real Madrid buscará en la matinal del domingo asestar un golpe casi definitivo a la liga. Un triunfo blanco convertiría en una epopeya el título para los azulgranas, que se aferrarán a la necesidad para igualar las tornas ante los de Laso, superiores toda la temporada y también el viernes. Además, con 2-0, pensar en tres derrotas consecutivas de los de blancos sería casi descabellado, especialmente con el hipotético quinto partido de nuevo en su feudo. Empero, un triunfo catalán lo cambiaría todo, y haría reverdecer los fantasmas del año pasado cuando, también con factor cancha favorable a los madrileños, se alzaron con el triunfo los de la Ciudad Condal. Así pues, sin duda, el segundo partido va a ser clave en el devenir de la eliminatoria.