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El Real Madrid, a eludir el maleficio del anfitrión en la Final Four de la Euroliga

Ningún equipo ha alzado el cetro continental en su feudo en los últimos siete años, y sólo tres desde la implantación de este modelo, hace catorce.

Ningún equipo ha alzado el cetro continental en su feudo en los últimos siete años, y sólo tres desde la implantación de este modelo, hace catorce.
El Panathinaikos fue en 2007 el último equipo en ganar la Euroliga en casa | Cordon Press

La Final Four de la Euroliga ya calienta motores en Madrid, donde este año se celebrará la gran fiesta del baloncesto continental, en una de las ediciones más igualadas de los últimos años. Algo que, tratándose del fin de semana más imprevisible del año, hace francamente complicado buscar una apuesta segura.

Así, la crítica internacional sitúa como ligero favorito al CSKA de Moscú, pero los precedentes recientes no juegan ni mucho menos a favor de los rusos. En segundo lugar de la opinión aparecería en tercera presencia consecutiva el Real Madrid, probablemente reforzado por jugar en casa, hecho que sin embargo ha distado mucho de garantizar el éxito en años precedentes.

Y es que, desde que en la temporada 2001-02, en Bolonia, se jugase la primera Final Four con formato Euroliga, sólo tres equipos han alzado el trofeo como locales en las catorce ediciones celebradas. En aquella primera ocasión, la Kinder de la ciudad italiana alcanzaría el duelo por el título, pero el descomunal partido de Manu Ginóbili no sería suficiente para evitar que el Panathinaikos de Dejan Bodiroga y Zeljko Obradovic se llevara el trofeo tras vencer por 83-89.

Las dos siguientes ediciones sí tuvieron ganador local. Maccabi de Tel Aviv, en la 2002-03, y aquel legendario Fútbol Club Barcelona de Jasikevicius, Navarro, Bodiroga, Fucka y Dueñas, en la 03-04, celebraron el título de con sus aficionados después de imponerse a sendos rivales italianos: Skipper Bolonia y una Benetton de Treviso donde militaba Jorge Garbajosa bajo el mandato de Ettore Messina.

Llegaría en la 2004-05 una sorpresa mayúscula, cuando en Moscú, el Tau Cerámica sería capaz de apear en la semifinal al todopoderoso CSKA, aunque los vitorianos cederían ante el Maccabi en la final. Un año más tarde, el club moscovita sí alzaría el cetro, pero hubo de ser en Praga. En la 2006/07 nuevamente los rusos se quedarían a las puertas, tras ceder en Atenas ante el Panathinaikos en un grandísimo partido que acabaría con 93-91, siendo precisamente un griego, Theo Papaloukas, el mayor opositor de los helenos en aquella tarde, que sería la última en que un anfitrión se convertiría en el mejor equipo del continente.

Porque en las siete últimas ediciones nunca lo logró el equipo representativo de la ciudad sede. Cuatro entorchados se fueron a Grecia, dos para Panathiaikos (2009 y 2011) y dos para Olympiakos (2012 y 2013), aunque la Final a Cuatro no volvería allí desde 2007. El Maccabi de Tel Aviv labró su meritorio camino hacia el título del año pasado en los cuartos de final, cuando volteó una eliminatoria complicadísima ante el Armani Jeans, evitándole que alcanzara el fin de semana decisivo en su propio feudo, y una vez allí los hebreos sorprendieron a CSKA y Real Madrid.

Antes, el Barcelona se había impuesto en 2010 en París en lo que es recordado sin duda como el mejor momento de Xavi Pascual al frente del banquillo culé, con un equipo en plena madurez y superando a sus rivales de forma rotunda. Un ciclo, por tanto, sin fiesta para el local, que empezó en el año 2008 precisamente en Madrid, en uno de los momentos más bajos para la entidad blanca, que no estuvo ni cerca de jugar la Final Four. Entonces se impuso el CSKA. Ahora el Real Madrid, en una situación bien diferente, quiere romper el maleficio del anfitrión, que precisamente se acrecentara desde el paso del fin de semana más importante del año por el Palacio de los Deportes de la capital de España.

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