Se cumplieron los pronósticos en la última jornada del Top 16 en lo que a los favoritos se refiere, y se presentan de forma inminente unos apasionantes cuartos de final de la Euroliga, paso previo a la Final Four de Madrid, la fecha que sin duda marca la temporada para todos los que aspiran a dominar Europa, el momento al que los tiranosaurios del basket continental quieren llegar con el punto de máximo rendimiento. Lo que pase a partir de ahí, ligas domésticas incluidas, les importa bastante menos. No hay más que ver la debacle del Real Madrid hace un año tras perder la Euroliga en Milán.
Serán precisamente los de Pablo Laso los que tengan, a priori, al camino más despejado hacia `su´ Final Four. El Anadolu Efes (o incluso el Baskonia, si no hubiera dejado escapar la oportunidad de oro que tuvo en la última jornada) era el rival que tanto los blancos como el Barça querían, y de ahí que ambos apretaran por el primer puesto de su grupo, que se garantizaron los madrileños salvando el average en su visita a su eterno rival en la penúltima fecha. Los duelos ante el decrépito Galatasaray de los catalanes y frente al humilde Zalgiris del Real Madrid no parecían tener el suficiente riesgo de cara a la fecha definitiva, como así lo demostraron las rotundas victorias de ambos. Ahora, el equipo del vitoriano se mide a un rival que ya logró batirle esta temporada en tierras otomanas, bien es cierto que cuando los madrileños arrancaron la temporada a medio gas, muy lejos de las sensaciones del pasado curso. Con el estado de forma actual de los blancos, todo lo que no sea una clasificación del anfitrión para la Final Four en tres o cuatro partidos debería ser considerado como una sorpresa.
Otra película debería ser la del Fútbol Club Barcelona frente al Olympiakos griego, campeón del torneo de forma sorprendente en 2012 y 2013. Hace un año el Real Madrid, también con factor cancha a favor como tendrán los catalanes a partir de este miércoles, supo lo que era jugar un playoff en la guarida del equipo liderado por Vassilis Spanoulis, acaso el jugador más dominante de Europa en la actualidad junto a Sergio Rodríguez. Los cinco partidos de aquella eliminatoria cayeron del bando local, y ese es probablemente el camino a seguir por los catalanes. Favoritos, por supuesto, pero más les valdría asegurarse un 2-0 favorable en los primeros encuentros en casa, o si no la cosa se pondría francamente cuesta arriba en la visita a Atenas. Será interesante ver si Xavi Pascual, ahora que llega la hora de la verdad, da un poco de rienda suelta a ese talento caníbal llamado Mario Hezonja que no para de crecer, y al que el técnico sólo muestra a pequeñas dosis por el momento, no vaya a ser que en la NBA se den cuenta de quién es y dé el salto este mismo verano.
No debería pasar problemas el CSKA de Moscú frente a Panathinaikos. Aunque suene a gran duelo continental, que lo es a nivel histórico, la diferencia de potencial a día de hoy entre unos y otros es notoria. Los rusos han sido probablemente el mejor equipo del torneo hasta la fecha, y la reciente adquisición de Kirilenko no debería sino aumentar su potencial, aunque la adaptación del polivalente alero hasta el momento no haya sido la mejor. Sin embargo, sus 14 puntos y 7 rebotes en la última jornada en Milán indican que `AK47´ ya está llamando a la puerta. Y de ser así, nada podrá impedir que el CSKA acuda un año más a su tradicional cita con la Final Four, ahora con el pujante griego Itoudis en el banco. Enfrente, el equipo de Dusko Ivanovic bastante hace con mantenerse como uno de los ocho mejores equipos del continente un año más. Diamantidis y la pizarra de Dusko serán las únicas opciones de un milagro heleno ante el ejército ruso, que debería vencer por KO técnico, probablemente por la vía rápida.
Finalmente, Fenerbahce y Maccabi dirimirán una pelea con muchos alicientes. Los de Obradovic son, al fin, la gran esperanza para que un equipo turco se plante, con opciones reales de triunfo, en la lucha final por la Euroliga. Años y años de despilfarro económico, de fichajes de campanillas, pero de equipos que a la hora de la verdad fracasaban podrían tener su fin esta temporada. Tuvo que llegar `Mister Euroliga´ Obradovic al banquillo, y ni siquiera en su primer año triunfó, pero este año, y con factor cancha a favor, la cosa parece ir en serio. Pero ojo, enfrente está el equipo de la vida eterna, aquel que siempre parece dar un paso más cuando nadie los espera. El Maccabi post David Blatt, pese a la eterna sensación de ser un poquito más flojo que el año anterior, se salvó ganando a última hora con mérito en Berlín y ahora, pese a ser el vigente campeón, sabe que la presión será del Fenerbahce. Si los hebreos arrancan un triunfo en Estambul, cuidado, aunque por plantilla y desde el papel, esta eliminatoria debiera caer del lado turco.