El Real Madrid ha conseguido una cómoda victoria por 83-65 ante un flojo Panathinaikos sin argumentos que demostró el por qué sólo ha conseguido una victoria como visitante en la presente edición de la Euroliga.
La defensa fue el principal activo del Real Madrid en el inicio del partido, lo que le reportó las primeras diferencias favorables en el marcador, 6-2 (min. 3,20). El Panathinaikos también optó por esa opción y el juego fue poco vistoso y con poca continuidad en las acciones. Lo mejor fue la aportación del capitán Felipe Reyes, el jugador más entonado en ese inicio y autor de seis de los ocho primeros puntos de su equipo. Al término del primer cuarto, 20-14.
No hubo cambios de estrategias en el segundo período, más allá de la exploración del equipo griego con una defensa en zona que no tuvo más consecuencias. Con pequeños tirones en el marcador, el Real Madrid, esta vez de la mano de Rudy Fernández, cimentó su ventaja poco a poco hasta llegar al descanso con un tranquilizador 39-29.
El Panathinaikos, más allá de la visión de juego de Dimitris Diamantidis y del acierto exterior de James Gist, no mostró cualidades que hicieran temer por el resultado, justificando que en la actual temporada en Euroliga sólo haya ganado un partido fuera de Atenas. Ramplón en definitiva. La falta de acierto en el tiro, por parte local, y la exuberancia anotadora de AJ Slaughter en los primeros minutos del tercer acto estrechó el luminoso, 46-42 (m. 24,45).
Pablo Laso llamó a recapitular a sus jugadores en un tiempo muerto y estos dieron un paso al frente con un parcial de 6-0 en poco más de dos minutos, 52-42, ante la desesperación de Dusko Ivanovic, técnico ahora de los griegos. Restituido el statu quo del partido, el Madrid finalizó el tercer cuarto con cierta tranquilidad y media victoria en el bolsillo, 60-48, con Reyes como claro dominador de los tableros y autor de 18 puntos y 9 rebotes a estas alturas del partido.
La defensa que ordenó Laso hizo su efecto inmediato, 66-50 (m.32), dejando al Panathinaikos completamente desorientado y con pocos atisbos de poder reaccionar, más allá del posible acierto que tuviera desde la línea de 6,75 metros. A falta de 6 minutos, el Madrid instaló la veintena de puntos de diferencia, 72-52 y el público instó a los jugadores a disfrutar con el espectáculo.
Sergio Rodríguez, siempre proclive a estos menesteres, lo intentó con un par de alley-oops con Marcus Slaughter, pero el partido languideció hasta el 83-65 final, sólo alterado por un conato de tangana entre Campazzo y Diamantidis por un quítame allá esas pajas.
El Madrid continúa su programa de mejora en el juego, sobre todo en defensa, sigue sin tener pívots excepto Felipe Reyes y Panathinaikos no fue rival.