Amaya Valdemoro no se muerde la lengua y, al ser preguntada por el fracaso de la selección española de baloncesto en el pasado Mundial disputado en nuestro país -cayó en cuartos de final contra Francia-, lamenta que se hable principalmente del torneo a nivel deportivo y no tanto a nivel organizativo.
"A mí, que estaba en todos los lados, no paraban de comentarme de muchos países el pedazo de campeonato que ha organizado España, pero se habla más de lo otro", afirma Amaya Valdemoro, protagonista de los Desayunos Deportivos de Europa Press en un céntrico hotel de Madrid junto a Susana Pérez-Amor, responsable del programa Mujer y Deporte del Consejo Superior de Deportes (CSD), y a la exnadadora de sincronizada Raquel Corral, de la Fundación Madrid Olímpico.
Así, la exjugadora da la cara por la selección española y por Juan Antonio Orenga pese al fracaso en Madrid. "Siempre digo una cosa, cuando más he aprendido es cuando he perdido. Esta generación tiene el gen ganador, pero en el deporte es difícil estar en la cresta de la ola tantos años. Hemos tenido la mala suerte de que el día menos indicado hemos perdido", añade.
La madrileña, que se retiró de la competición hace un año y actualmente es embajadora del Proyecto Universo Mujer de la Federación Española de Baloncesto (FEB), entre otras ocupaciones, hizo hincapié en la figura de Orenga, que a mediados del pasado mes de septiembre dimitió de su cargo de seleccionador nacional. "Tienen un talento increíble y somos el modelo a seguir en muchos países. Hemos sido injustos con las selección y el seleccionador", añadía Amaya, haciéndose a continuación la siguiente pregunta: "¿Cuántos niños juegan al baloncesto por Pau Gasol o por Felipe Reyes?".
Con respecto al Mundial femenino de 2018, para el que España ha lanzado su candidatura, la exjugadora de Alcobendas dice que si se lo conceden "no van a ser sólo esas dos semanas". "Va a ser un trabajo de cuatro años con el legado de la Copa del Mundo 2014. Un legado social apoyando a las jugadoras para que estén preparadas con un deporte femenino que engancha", dice.
Valdemoro aseguraba entre risas que "el baloncesto femenino mola". "Mola porque, además, tenemos un nivel importante y en la final del Mundial competimos con Estados Unidos siendo plata y perdiendo por sólo 13 puntos, pero divirtiéndonos y enganchando al país", dice Amaya, que tenía como "ídolo" a Drazen Petrovic. "Entonces no había referentes femeninos, pero ahora tenemos a Alba Torrens, Laura Nicholls, Leticia Romero...", añadía.