El Real Madrid necesitó una prórroga para doblegar por 98-93 a un excelente Unicaja, que no dio nunca nada por perdido y que luchó hasta el final, y anotarse el primer punto en la serie de semifinales que se disputa al mejor de cinco partidos.
Las asistencias del Palacio de Deportes necesitaron casi media hora, en dos averías, para que funcionaran los relojes de encima de las canastas, y el Real Madrid necesitó todo el primer cuarto para meterse en el partido, porque salió igual de desenchufado y fallón que los cronómetros.
Tras el 2-0 inicial de Rudy y el primer parón de casi un cuarto de hora, el Real Madrid pareció dormido, con unos agujeros en defensa y poco acierto, por la poca tensión, en ataque que obligaron a Pablo Laso a parar el partido a los 3 minutos (4-10). No surtió efecto este primer aviso técnico, el marcador se disparó hasta un 6-14 (min. 4.42), momento en el que se estropeó el otro crono.
Un triple de Toolson, tras la reparación, todavía puso más cuesta arriba el partido para los locales, 6-17 (min. 6.30). En ese momento, el Madrid vio las orejas al lobo y comenzó la reacción que concluyó con un 20-19, tras un parcial de 14-2 en poco más de 3 minutos y la tercera personal del Nick Caner-Medley. El primer parcial concluyó con 20-21.
Un 0-6 de salida del Unicaja complicó nuevamente la vida a un Real Madrid que, pese a dar entrada a Felipe Reyes, Carroll y Sergio Rodríguez, no encontró buenas sensaciones ni argumentos para frenar a un Earl Calloway que fue una pesadilla con sus lanzamientos exteriores. Y eso que el capitán, 8 puntos, y el Chacho funcionaron dentro de los registros habituales.
El Unicaja, arriba al descanso
Un motivadísimo Carlos Suárez fue un gran escudero del base estadounidense que resultó fundamental para que los malagueños se marcharan a los vestuarios con un 41-52 merecido. El parcial del segundo cuarto, 21-31, no habla demasiado bien de la defensa de los capitalinos y sí de la gran avería de su defensa.
Los operarios arreglaron definitivamente los relojes en el descanso, mientras Laso trataba de hacer lo mismo con sus jugadores. Lo que logró de inmediato fue implicar a sus jugadores en defensa. El Madrid comenzó a agobiar a sus rivales, que siguieron teniendo buenos porcentajes de acierto.
Los de Laso volvieron a acercarse en el marcador, a echarle el aliento en el cogote al Unicaja, (58-60, min. 26.30), guiado por un Llull casi en estado puro, pero uno de los relojes volvió a estropearse.
Apareció el Chacho
El Madrid también se atascó, pareció volver a las andadas, pero un robo, carrera y bandeja del Chacho en el último instante, cerró el tercer cuarto con un incierto 67-68, devolviendo el Real Madrid a los malagueños el parcial de diez puntos, 26-16 en el cuarto.
A falta de seis minutos y medio el Madrid consiguió empatar el partido tras dos tiros libres de Rudy, tras muchos minutos atrás en el luminoso. 'Chacho' y Rudy, tirando de galones, le dieron a su equipo la mayor renta en todo el partido, 74-70 (min. 34.20), haciéndole sentir al Unicaja el vértigo de la derrota por primera vez.
Con el Madrid ya a un nivel aceptable, la tensión del final de partido creciendo en proporción a la importancia de la victoria, el Unicaja siguió luchando y superó momentos difíciles. Al final 83-83 y partido a la prórroga para dilucidar los mayores méritos de uno de los contendientes.
Dos triples de Mirotic y un tapón estratosférico de Marcus Slaughter pesaron más en la balanza que dos mates de Fran Vázquez. El Madrid se anotó el primer punto de la serie por la vía del sufrimiento.