Es la garra y el corazón del baloncesto femenino español, la máxima anotadora del equipo nacional y la que más partidos ha jugado (258). El motor de España. Con su inconfundible cinta en el pelo y el número 13 a la espalda, Amaya Valdemoro Madariaga (Alcobendas, Comunidad de Madrid, 18 de agosto de 1976) es todo un mito del deporte español.
El palmarés de Amaya es sencillamente impresionante: tres anillos de la WNBA con las Houston Comets, campeona en ocho ocasiones de la liga española con varios equipos y en nueve de la Copa de la Reina, además de haber conquistado la Euroliga con el Dorna Godella. Una trotamundos del baloncesto, que, además de en Estados Unidos, también dejó su impronta en Turquía, Rusia y Brasil.
Pero si por algo es recordada esta alero madrileña, que colgó las botas hace cinco meses tras 22 años de una exitosa carrera, es por sus partidos con la selección. Su "verdadero equipo", como ella misma relata. "Vestir la camiseta nacional, jugar un campeonato de Europa o del mundo, eso no está pagado. Es mi equipo y tengo suerte de que la gente me identifica con la selección", afirma Amaya Valdemoro, que el pasado mes de septiembre se proclamó campeona del Eurobaket en Francia, tras haber ganado varias medallas con el equipo nacional.
En contra de lo que se pueda pensar, muchos exdeportistas llevan una vida más ajetreada una vez alejados de la competición que en activo. Y ése es el caso de nuestra protagonista, que trabaja para la Federación Española de Baloncesto (FEB) y es colaboradora de Canal Plus como comentarista de los partidos de la Euroliga, además de dedicarse al campus que lleva su nombre y que desde hace unos años se celebra en Águilas (Murcia).
Entre tanto quehacer, Amaya consigue arañarle un hueco a su apretada agenda y se cita en un céntrico parque de su Alcobendas natal con los redactores de Libertad Digital. Llegamos tarde, pero ella, comprensiva, nos espera con una sonrisa para, rápidamente, ponernos manos a la obra e iniciar la entrevista...
Entrevista a Amaya Valdemoro
Pregunta: Llevas casi toda la vida en esto del baloncesto, aunque antes empezaste en el atletismo...
Respuesta: Desde pequeñita siempre me gustó mucho el atletismo. Empecé aquí y mi padre me apuntó en el Club de Atletismo Popular de Alcobendas. Yo ya sabía que iba a ser deportista. El atletismo siempre ha sido mi deporte preferido. Desde luego es el deporte que más veo por televisión junto con el baloncesto. Siempre que hay una Golden League, me siento frente al televisor y disfruto de las pruebas.
P: Incluso fuiste campeona de Madrid de lanzamiento de peso, ¿no?
R: Sí, aunque en realidad hacía de todo. Tú no puedes tener una sola disciplina deportiva concreta. Yo me apuntaba a altura, a peso, a vallas, a todo para lo que tuviera mínima... y gané en el campeonato de Madrid. Pero no hacía un entrenamiento concreto de lanzamiento de peso.
P: Luego diste el salto al baloncesto. ¿Cómo y cuándo se produjo?
R: De pequeña ya veía la NBA, pero un día, viendo jugar a mi hermana en el colegio, en el otro equipo vieron que faltaba una chica y me me puse a jugar con ellas. Me vio una chica federada y me dijo que si quería hacer una prueba. Fui a hacer la prueba, y hasta hoy...
P: ¿Ayudaron tus centímetros? (175 con 14 años por los 182 actualmente)
R: No, no tiene nada que ver. No soy muy alta para el baloncesto.
P: Dices que veías la NBA. ¿Quiénes eran tus ídolos?
R: Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan. Eran los mejores.
P: Y desde esa prueba hasta hoy, aunque con 16 años ya jugabas en Primera División...
R: Sí, me lo pasaba muy bien y disfrutaba muchísimo, como cualquier chaval que hace deporte a esas edades. Con mucha ilusión.
P: Tu primer equipo fue el Tintoretto...
R: Sí, el Tintoretto. Pero desapareció y luego nos fuimos todas al Complutense en cadete. Y de ahí a Salamanca.
P: ¿Fue duro salir fuera siendo tan joven?
R: Mis padres me preguntaron y yo dije que sí. Son ellos los que toman la decisión y me dejan ir. Valoraron los pros y los contras y decidieron que era lo mejor para mí en ese momento.
P: Ya pronto empezaste con el ajetreo...
R: Bueno, es el ajetreo de una chica joven que está persiguiendo su sueño y jugando al baloncesto. He sido muy afortunada porque en España sólo he jugado en tres clubes, entre Madrid, Salamanca y Valencia. Básicamente mi carrera ha estado dividida entre Salamanca y Valencia. El Pool Getafe se cambió de sede durante unos años, lo que era el Ros Casares. El otro club ha sido el Rivas Ecópolis, donde he jugado los dos últimos años de mi carrera. Pero bueno, como se dice, sarna con gusto no pica... (Risas)
P: Con 21 años cruzaste el Charco y te fuiste a la NBA para jugar en las Houston Comets...
R: Durante la temporada 97/98 me llaman y me preguntan si quiero ser seleccionada para el draft. Yo digo que sí y me draftean (puesto 30). Voy para allá y me encuentro con un cambio muy grande, de diferencia de juego, de vida... pero siempre muy ilusionada. Allí aprendí muchísimo y disfruté muchísimo. Todo lo que me ha aportado esa experiencia en la WNBA ha sido bueno. La liga profesional estaba a años luz de la liga española, a nivel organizativo y en todos los aspectos. Me quedo con todo lo que pude absorber de cómo se vive el deporte en Estados Unidos. Y encima ganamos, así que fenomenal. Fueron años francamente buenos.
P: Cinco temporadas en Houston y tres anillos de campeona, que no está nada mal...
R: En el deporte has de tener ese puntito de suerte y yo la he tenido. Me drafteó el mejor equipo en aquel momento. Jugué menos minutos de los que podría haber jugado en otro equipo, pero esa experiencia no la cambio por nada. Me ayudó muchísimo en mi carrera, fueron momentos inolvidables.
P: ¿Cuáles eran los equipos más fuertes y las mejores rivales a las que te has enfrentado en la WNBA?
R: En cuanto a equipos, los Phoenix Mercury y Los Angeles Sparks. ¿Jugadoras? Diana Taurasi, que para mí ha sido la mejor; luego Lisa Leslie, Tamika Catchings, Maria Stepanova... hay muchísimas. Lo bueno era coger lo mejor de cada una e intentar hacerlo tú. Muchas veces, cada jugadora que veía me parecía la mejor del mundo.
P: Después de tu aventura por las Américas, vuelta a España…
R: Sí, de nuevo al Salamanca Halcón Viajes. Para mí Salamanca es como estar en casa, así que allí estaba siempre muy contenta.
P: Estuviste unas cuantas temporadas en el Ros Casares y después volviste a probar experiencia en el extranjero, en países tan distintos como Rusia, Turquía o Brasil...
R: Sí, he tenido la oportunidad de poder vivir culturas totalmente diferentes. Me ha aportado mucho a nivel deportivo y personal. El deporte me ha dado muchísimo: poder conocer mundo y conocer a mucha gente, aparte de poder desarrollar mi actividad profesional. No me puedo quejar, he tenido mucha suerte. Uno se enriquece mucho cuando se te lejos porque eres tú el que se tiene que buscar las habichuelas.
P: De esos tres países, ¿con cuál te quedas?
R: Me gusta mucho Brasil, son muy parecidos a nosotros. Todos los sitios en los que he estado, para bien o para mal, me han aportado muchísimo. En Rusia me lo he pasado fenomenal. Estuve allí durante tres años, encantada de la vida, y seguro que volvería a repetir experiencia.
P: Ya en los últimos años de tu carrera, con el Rivas Ecópolis, tuviste una mala caída en un partido de la Euroliga y te rompiste las dos muñecas. Supongo que sería uno de los momentos más duros...
R: He tenido muchas lesiones, pero eso forma parte del deportista. Hay deportistas que tienen la suerte de no sufrir muchas lesiones a lo largo de su carrera, pero yo las he tenido. De todas formas, la gente se piensa que las muñecas ha sido mi lesión más grave. Ha sido la más aparatosa, pero lo que a mí realmente me ha dado problemas ha sido el gemelo, no las muñecas.
P: ¿Cómo fue la recuperación de aquella lesión en las muñecas?
R: La verdad es que me recuperé rápido. En un primer momento me dijeron que iba a tener que dejar de jugar, pero trabajé muchísimo, haciendo mucha fisioterapia, y al final el hueso se arregla y se solidifica. Las muñecas no ha sido lo que me ha retirado.
P: Tengo entendido que has sido algo supersticiosa...
R: Un poco sí, pero sólo al principio. Luego me quité las supersticiones porque lo único que que hacen es condicionarte. Cuando eres joven tienes un montón de manías.
P: Pero en un campeonato jugaste todos los partidos con los mismos calcetines, ¿no?
R: Sí, es verdad. Pero que conste que fue sólo al principio, ¿eh? (Risas)
P: Una figura fundamental en tu carrera ha sido tu madre (falleció cuando Amaya tenía 18 años a causa de un cáncer fulminante)...
R: Antes de morir me dijo: 'Siempre que metas una canasta acuérdate de mí'. Eso sin duda te marca. Te viene a la memoria en muchos momentos de los partidos.
P: Capítulo aparte merece la selección española, con la que tú debutaste muy joven (17 años). ¿Qué es para Amaya Valdemoro?
R: Siempre he dicho que ha sido mi verdadero equipo. Ese momento de vestir la camiseta nacional, jugar un campeonato de Europa o del mundo, eso no está pagado. Es mi equipo y tengo suerte de que la gente me identifica con la selección. Muy poca gente puede jugar por su país y en ese sentido yo soy una privilegiada. Con eso se dice todo. He estado jugando muchos años con España y encima he sido capitana, dejándome la piel en los campeonatos. Es un orgullo poder jugar con la selección y, sobre todo, que la gente te reconozca por la selección y no por ningún club.
P: Has ganado varias medallas con la selección (un oro, una plata y cuatro bronces), pero imagino que te quedas sobre todo con el oro logrado en el último Eurobasket de Francia...
R: Pues sí, había conseguido platas y bronce, pero se resistía el oro. Este verano pasado lo ganamos en casa ajena, con el pabellón lleno y un ambientazo tremendo. Fue un campeonato inolvidable de principio a fin. Si ya de por sí sabes que va a ser tu último campeonato, pero encima acabas ganando el oro, pues todavía más aún. Es curioso, pero cuando echo la vista atrás, los recuerdos más bonitos que tengo no son de celebración de medallas, sino de partidos concretos.
P: Donde no has podido lograr medalla es en los Juegos Olímpicos, aunque las experiencias serían increíbles...
R: Ser olímpica es lo más bonito del mundo, es algo con lo que sueña todo deportista. Ir a las Olimpiadas para competir por tu país, hacerlo bien y disfrutar... no tiene precio. Vives mil anécdotas. He tenido la suerte de poder participar en dos Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Pekín 2008), y eso es algo en mi currículum de lo que puedo presumir.
P: Dices que mil anécdotas. ¿Alguna en concreto con la que te quedes?
R: Ninguna en concreto y muchas. Quiero decir... vas andando por la Villa Olímpica y te encuentras a Michael Phelps, Gebrselassie. ¡Es una villa llena de deportistas! Tuve la suerte de hablar con Djokovic. Hay mil historias y todas son fenomenales.
P: Alguien especial en tu vida es Elisa Aguilar...
R: Elisa es mi compañera, mi amiga, mi hermana. Siempre me ha apoyado, me divierto muchísimo con ella. Todo lo que te puede ofrecer una persona, Elisa me lo da. Hemos vivido un montón de etapas juntas y nos hemos ayudado mutuamente muchísimo.
P: ¿Alguna jugadora más con la que te quedes?
R: Compañeras tengo un montón. Todas me han ayudado a crecer como jugadora y como persona, pero lo que se dicen amigos, los cuentas con dedos de una mano. Amiga, amiga, amiga es Elisa. Con las demás me llevo muy bien y tengo un trato fenomenal, sí, pero ya te digo que me quedo con Elisa.
P: ¿Algún entrenador que te haya marcado especialmente en tu carrera?
R: Miki Vukovic. Fue él quien me hizo ver lo que podía llegar a ser en el baloncesto.
P: ¿Y en la selección española?
R: Todos me han ayudado.
P: ¿Qué te dice la fecha del 17 de diciembre de 2013?
R: El día de mi retirada, un día inolvidable. Fue muy bonito. Lo recuerdo con pena, pero también con alegría. Con toda la gente que estuvo allí, fue un día maravilloso.
P: Desde entonces ha pasado medio año y no has parado. Mucha gente piensa que la vida de un deportista es mucho más tranquila una vez que se retira, pero en tu caso no es así. ¿Cómo es la vida de Amaya Valdemoro tras su paso por las canchas?
R: Con mucho jaleo, trabajando como comentarista en Canal Plus y en la Federación Española. Tengo que desarrollarme y reinventarme...
P: ¿Y no te ha picado el gusanillo de volver a las canchas?
R: Sí, echo de menos jugar pero no puedo. Pero como te digo, tengo una agenda que no me la creo ni yo. Me falta tiempo para aburrirme (Risas)
P: Y además de eso, el Campus Amaya Valdemoro...
R: Sí, en verano. Este año se cumple la octava edición y será en Águilas (Murcia) del 6 al 12 de julio. Este año no sé si voy a poder estar todos los días con los chavales, como otros años, porque entre todos los actos de promoción del Mundial... Algunos días desde luego que sí estaré. Me lo paso fenomenal con los chicos. Convivo todo el día con ellos y eso es al fin y al cabo lo que más aprecian, que estés con ellos.
P: ¿Algún plan más para el futuro?
R: ¿Si te parece poco? Bastante tengo ya, ¿no? (Risas)