Un gran Valencia obligó al Real Madrid, cansado y con poca necesidad, a lidiar con la primera derrota de la temporada en Liga, tras caer en el que parecía inexpugnable Palacio de Deportes por 105-110.
El cuarto partido de la semana, tras haber conseguido la clasificación para la Final Four de la Euroliga, la ventaja en la clasificación, y, sobre todo, el hambre de un Valencia que vino dispuesto a doctorarse en la pista del líder fueron los factores claves para la primera derrota del Real Madrid en Liga.
El partido comenzó como un auténtico homenaje al baloncesto ofensivo por parte de los dos equipos. Con acciones directas, sin apenas elaboración. Con velocidad. Con acciones espectaculares. Una auténtica gozada que finalizó con un demostrativo 27-26.
Pablo Laso tuvo que pedir tiempo muerto para llamar al orden a sus jugadores, que reaccionaron de inmediato con un parcial de 10-0 -liderado por Rudy y Llull- en poco más de dos minutos (15-14). A partir de este momento, Real Madrid y Valencia casi calcaron sus acciones, manteniendo una paridad total en el marcador que desembocó en el 27-26 citado.
Los primeros cinco minutos del segundo cuarto tuvieron el mismo corte, aunque las defensas comenzaron a apa recer y también los errores en los lanzamientos. Al descanso, 42-54.
En la reanudación, el Madrid colocó un parcial de 7-2 en los primeros 2 minutos, pero fue un espejismo. Sólo Rudy y Llull parecieron tener energía suficiente para intentar ganar el partido, mientras que otros como Bourousis o Mirotic parecieron más cansados y sin tanta motivación. El Valencia restauró la ventaja y la agrandó, 56-71 (min. 25.30), mientras que en el Real Madrid se iba apagando la llama de la victoria.
El partido se acabó de enmarañar con algunas decisiones arbitrales discutibles, que acabaron con técnicas a Rudy y a Reyes. El marcador siguió mostrando cómo la brecha se agrandaba y el tercer cuarto finalizó con un inaudito, esta temporada al menos, 66-86.
Laso instó a sus jugadores a realizar un último esfuerzo, pero ni el equipo estaba acertado ni enfrente había un equipo vulgar. Aún así pudo maquillar el resultado y meter miedo a un Valencia que sentó cátedra en Madrid, en donde no había ganado en sus últimas nueve visitas, y donde se impuso por 105-110.