El Real Madrid se medirá al Olympiacos en cuartos de la Euroliga

El Real Madrid jugó a pasar el rato, a no esforzarse demasiado en un partido en teoría sin retos. Pero la derrota (87-80) ante el Zalgiris le puede complicar el futuro en la Euroliga. Podía elegir rival, y eligió Olympiacos. Pero esa opción puede acabar costándole muy cara. Los atenienses, con Vasilis Spanoulis al mando de la nave, son los campeones de Europa los dos últimos años.

La derrota ante el Zalgiris puede provocar un terremoto, pero si se mantiene la calma no tiene porqué. Lo que sucede es que hay una sensación de nervios en el cuadro blanco porque el rival en cuartos, a pesar de llevar a favor jugar en casa, es un rival menos asequible que el Panatinaikos, muy irregular en esta Euroliga. Ha podido meterse en un lío el cuadro de Pablo Laso, y todo por un paupérrimo último cuarto.

Lo pasó mal el equipo blanco al principio con las ganas de agradar del Zalgiris Kaunas, que estuvo bien en la primera fase de la Euroliga pero fuera del nivel en este Top 16. Acertaron Llull y Sergio Rodríguez en la dirección, pero el partido estaba atascado.

Lo empezó a ver claro el Madrid en el tercer cuarto cuando entraron en juego Rudy Fernández e Ionais Bouroussis. Pero lo vio oscuro cuando el Zalgiris se puso a defender y casi nada entraba. Un parcial de 15-4 puso a los lituanos siete arriba en el marcador. Gracias sobre todo a dos ex ACB como Martynas Pocius, ex jugador blanco, y Robertas Javtokas, quien militó en el Valencia Basket. A dos minutos para el final, un triple de Llull que repelió el aro fue el último síntoma de aliento para los blancos.

Pierde el Real Madrid su tercer partido este año -antes, derrotas en Moscú y Múnich- y el martes comienza su reto ante el Olympiacos en la Euroliga, con los dos primeros partidos en el Palacio de Deportes, los dos siguientes en El Pireo y un quinto y definitivo -si lo hubiera- en la capital de España. Ya saben, el año pasado ambos se vieron las caras en el último partido de la competición, en el O2 Arena de Londres, y cayeron los blancos. Esperemos que esta vez no sea lo mismo.