Cómoda victoria del Real Madrid ante un decepcionante Lokomotiv Kuban que deja a los blancos líderes de su grupo del Top 16 de la Euroliga. La resistencia rusa apenas duró diez minutos, lo que permitió al conjunto de la capital de España dar un paso de gigante en sus aspiraciones sin necesidad siquiera de pisar el acelerador.
El equipo de Pablo Laso saltó a la pista conocedor de la sufrida victoria del CSKA ante el Galatasaray (86-85 en la prórroga), que le permitiría ser líder de grupo venciendo por apenas tres puntos de diferencia. Enfrente, los rusos también se jugaban muchísimo, pues su triunfo, unido a la derrota de los turcos en Moscú, les habría dejado muy cerca de los cuartos de final. Sin embargo, desde el salto inicial el Real Madrid se mostró mucho más enchufado al juego que su rival, y en apenas tres minutos ya marcaba ciertas diferencias, tras el primer triple de un Sergio Llull que sigue en estado de gracia (9-2).
A partir de ahí, pareció engancharse algo al partido el cuadro de Krasnodar, pero los buenos minutos finales de un Dani Díez que sigue llamando a la puerta cada vez más, y del siempre eficaz Felipe Reyes, dejaron a los merengues ya por encima de los diez al final del primer cuarto (19-8).
A partir de ahí, la historia tantas veces contada en este Real Madrid volvió a suceder. Sergio Rodríguez entró en cancha y revolucionó el encuentro por enésima ocasión. A lomos del canario, los blancos continuaron ahogando una vez tras otra el ataque de los rusos, merced especialmente a los fantásticos minutos del tunecino Salah Mejri, con tres tapones casi consecutivos de esos que desmotivarían al más pintado.
Y así, de un 22-12 el marcador del Palacio de Goya pasó a mostrar un 40-14 tras un escandaloso parcial de 18-2 en apenas cuatro minutos y medio donde la afición blanca volvió a disfrutar como en los mejores días. Un tapón de Mejri por aquí, Llull y Reyes anotando consistentemente por allá, Sergio Rodríguez dirigiendo a su antojo, y hasta Mejri encestando un triple que puso patas arriba el palacio. Una canasta, por cierto, que curiosamente fue lo último que hizo un enchufadísimo Salah antes de irse al banquillo. Es un hecho en las últimas semanas que algunos detalles del africano no convencen mucho a Pablo Laso, como su reciente gesto en un mate en Bilbao, o esa licencia para lanzar un triple que no pareció convencer al vitoriano. Y así, con dieciséis asistencias al descanso, una auténtica barbaridad, el Real Madrid ya dominaba por 46-24, y se asentaba en el primer puesto de su grupo del Top 16.
La habitual presencia de Dontaye Draper de salida tras el descanso no dotó, quizá por menos necesario que otros días, del habitual plus de intensidad que el de Baltimore suele aportar a su equipo. Entre ello, el verse tan arriba el Madrid, y que el Lokomotiv -pese al pésimo día de su estrella Derrick Brown- comenzó a parecer demostrar ser un buen equipo de Euroliga, los visitantes lograron igualar el tercer periodo, pese a los buenos minutos de Rudy Fernández -en el día de su veintinueve cumpleaños- y un Felipe Reyes que vuelve a demostrar que posiblemente sea el jugador que mejor ha envejecido de la gloriosa generación de 1980 en España (63-41).
Y con la diferencia estabilizada en el entorno de esos veinte tantos el choque discurrió casi hasta el final. No fue el día más descollante de los blancos en ataque, pero los chispazos de siempre del Chacho Rodríguez permitieron ver un alley oop espectacular para Marcus Slaughter que volvió a poner en pie a la afición blanca, bajo cuyo influjo dio el Madrid un nuevo estirón hasta casi los treinta puntos (81-53). Llegado a ese punto, incluso el joven Jonathan Barreiro tuvo minutos, aunque el gallego estuvo menos acertado que en otros encuentros, y se cerró el partido con una diferencia que deja al Madrid muy líder (81-55).
Así las cosas, los blancos cuentan con veintitrés puntos de ventaja en el average con el CSKA. Ello representa que, en caso de victoria del Madrid en Kaunas ante el colista Zalgiris el próximo viernes, los de Ettore Messina tendrían que vencer en Tel Aviv a todo un Maccabi por veinticuatro más de lo que lo hicieran los de Laso en Lituania. El Real Madrid acaricia ya por ende el primer puesto de grupo que le permitiría, caso de superar a Olympiakos o Panathinaikos en los cuartos de final, evitar al Barcelona en la semifinal de la Final Four, donde su rival saldría de la eliminatoria entre Emporio Armani Milán y el citado Maccabi de Tel Aviv. Por tanto, sin duda, la de este viernes ha sido una noche redonda para la afición blanca.
Ficha técnica
Real Madrid, 81 (19+27+17+18): Llull (13), Rudy Fernández (9), Darden (1), Mirotic (8), y Bourousis (4) -cinco inicial-, Reyes (15), Díez (8), Rodríguez (13), Mejri (8), Slaughter (2), Draper (0) y Barreiro (0)
Lokomotiv Kuban, 55 (8+16+17+14): Kalnietis (7), Simon (0), Jasaitis (0), Brown (4), y Hendrix (17) -cinco inicial-, Williams (9), Likhodey (0), Zubkov (2), Maric (12), Ponkrashov (2) y Grigoryev (2)
Árbitros: Ryzhyk (Ucrania), Gkontas (Grecia), y Dozai (Croacia). Sin eliminados
Incidencias: Partido disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid