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El Unicaja gana al Panathinaikos y el Laboral Kutxa cae ante el Fenerbahce

Los malagueños suman su tercera victoria, mientras que los vitorianos encajan su quinta derrota.

El Unicaja borró la mala imagen de la Copa del Rey y derrotó al Panathinaikos, que se perdió en el último cuarto, con una efectividad excelente -quince triples- y dos jugadores que volvieron a mostrar su calidad, dos estadounidenses: el escolta Ryan Toolson y el ala-pívot Nik Caner-Medley, que con la veintena de puntos arrollaron a su rival.

En el primer periodo los tiradores de ambos equipos funcionaron, con cinco triples del Panathinaikos, dos del escolta Michael Bramos y tres del base estadounidense Ramel Curry, por tres del Unicaja, dos del ala-pívot estadounidense Nik Caner-Medley y uno del alero Zoran Dragic.

Era tal la igualdad que el único que desniveló la balanza fue Curry con los nueve puntos consecutivos que le dieron al conjunto griego una ligera ventaja 20-23. La situación no cambió en el segundo periodo, aunque el Panathinaikos bajó su efectividad en el triple cuando Curry, consiguió uno y falló dos lanzamientos más.

En cambio el Unicaja se mantuvo con otros cinco triples, tres del escolta estadounidense Ryan Toolson y dos más obtenidos por los bases Sergi Vidal y el uruguayo Jayson Granger. El Panathinaikos en la mejor época de Curry llegó a tener siete puntos de ventaja 23-30, minuto 12.

El Unicaja se rehizo desde la línea de 6,75 e incluso logró desmembrar la diferencia con un parcial de 8-0 (31-30), minuto 14. Los dos equipos tenían dificultades defensivas y ninguno imponía su ley en ambas zonas lo que llevó a una mínima ventaja local 44-42.

El conjunto malagueño salió más firme tras el descanso, fuerte atrás y expeditivo en el rebote. Eso le llevó a marcar las diferencias 52-46, minuto 23. El Panathinaikos, sorprendido por el ímpetu y la fuerza cajistas, guardaba su mejor esencia con el escolta Dimitri Diamantidis y el alero Jonas Maciulis, que mantenían a su equipo 54-57, minuto 27.

La sorpresa era infinita y solo la solventaban los triples, uno estratosférico de Caner-Medley 61-57, minuto 30, le daba vida y valor a un posible triunfo. Entre Toolson, 20 puntos, y Caner-Medley, 21 puntos, y la defensa agresiva, desbancaron al Panathinaikos que terminó por doblegarse ante un Unicaja muy efectivo 87-71.

Las lesiones merman al Baskonia

Laboral Kutxa trató de capear el temporal en la visita a Fenerbahce del Top 16 de Euroliga y encajó un contundente batacazo, 98-64, sin poder evitar una de sus mayores derrotas en el torneo. El duelo nació marcado por las múltiples ausencias en Fenerbahce y Laboral Kutxa que al final no pudo utilizar a Giuseppe Poeta, por unas molestias en la ingle, y contó con Fabien Causeur aunque muy disminuido por una gripe.

No tuvo más remedio Sergio Scariolo que conceder minutos a los canteranos Ilimane Diop y Devon Van Oostrum para disfrute de Fenerbahce que ahondó en la herida de la mala configuración del plantel vasco. Arrancó el Baskonia surtiendo de balones a Tibor Pleiss, 10 puntos en ocho minutos, para contener la primera andanada de los turcos, 24-24. Un mal minuto y medio final con errores y despistes permitió a los de Obradovic terminar con ventaja el primer acto, 30-24.

Golpeó Fenerbahce con un parcial de 15-0 en contra, hilvanado entre el final del primero y el inicio del segundo, que abrió un sideral socavón, 39-24 minuto doce, aprovechando la menor calidad de las rotaciones del Baskonia. Ahí terminó el partido para Laboral Kutxa, vapuleado durante siete minutos en los que encajó un parcial de 30-7 que despedazó el partido, 54-31 minuto 17.

El demoledor y contundente 59-38 del intermedió dejó patente el diferente potencial entre Fenerbahce y Baskonia y convirtió en estériles los segundos veinte minutos. Turcos y vitorianos saltaron a la cancha para cumplir el trámite, porque el triunfo no iba a escaparse de Estambul.

Fenerbahce disfrutó sobre la cancha mientras el Baskonia padeció una larga y terrible tortura de muchos minutos con marcadores de escándalo y humillantes, 94-59 minuto 36. La única incógnita del cuarto final residió en saber hasta dónde era capaz de estirar la paliza el equipo turco o si levantaba el pie y permitía adecentar los números a un desquiciado e impotente Baskonia que encajó una de sus mayores palizas europeas.

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