El Laboral Kutxa ha sufrido una dolorosa derrota (85-84) en la quinta jornada de la Euroliga, en un partido disputado a domicilio ante el Lokomotiv Kuban que los vascos tenían controlado a falta de 40 segundos para el final. Ganaban por cinco puntos de diferencia, pero acabaron siendo insuficientes tras el decisivo triple de Krunoslav Simon a falta de seis segundos.
El conjunto de Sergio Scariolo acarició una victoria en una cancha de entidad, ante el vigente campeón de la Eurocup y un equipo plagado de talento, pero se le esfumó en un último minuto para olvidar que deja al Laboral Kutxa con registro negativo en Europa por primera vez este curso (2-3).
Los vitorianos tardaron en entrar en escena y sufrieron el castigo de Derrick Brown (23 puntos, 16 de ellos en la primera mitad), pero cuando la defensa llegó a niveles óptimos fueron capaces de equilibrar el partido a través de los aportes colectivos. Y es que hasta seis jugadores visitantes superaron los diez puntos, liderando la cuenta Milko Bjelica con 16, para un equipo que vivió sus mejores minutos en el segundo cuarto e incluso se fue al descanso con ventaja (40-42) tras asestar un 0-11 de parcial a mediados del parcial.
Tibor Pleiss se convirtió en protagonista del partido tras la reanudación, después de que sus puntos marcasen la diferencia (48-56, m.25) y permitiesen soñar a los de Scariolo con una victoria de prestigio. Sin embargo los locales reaccionaron. Dos ex jugadores de Unicaja, Marcus Williams (13 puntos) y Krunoslav Simon (19), comenzaron a producir y nivelaron de nuevo el partido. El acierto de Bjelica pareció resultar un golpe definitivo en los minutos finales, con el Laboral Kutxa mandando por cinco puntos (79-84) a falta de cuarenta segundos. Pero la diferencia, a priori suficiente, no lo fue.
Una falta con tres tiros para Marcus Williams dejó la renta en dos puntos, antes de que Heurtel fallase un tiro y nadie puntease el triple liberado de Simon, que a falta de sólo seis segundos ya había dado la vuelta al partido (85-84). El tiro final de Hodge no entró y el Lokomotiv celebró por todo lo alto un triunfo rescatado in extremis que les deja con un registro de 4-1 y aviva los problemas europeos del Laboral Kutxa.