El FC Barcelona ha caído este viernes en la pista del Fenerbahçe Ülker Estambul (75-70) en un duelo entre dos candidatos a Final Four muy decantado desde el principio a favor de los locales, que no dieron opción con su batería de jugadores interiores de mucha movilidad y técnica y con una presión asfixiante sobre un conjunto blaugrana que se enterró a sí mismo con un pésimo porcentaje de tiro exterior pese a una tardía reacción en que tuvieron posesión para la prórroga.
Fue un final lleno de emoción en que un parcial de 0-12 hizo soñar al Barça con la remontada, al ponerse 72-70 abajo tras llegar a perder de 16 puntos al final del tercer cuarto. Fue una muestra más de que este equipo no se rinde, que tiene fondo y armas suficientes, pero es verdad también que sucumbieron al juego turco durante el resto del partido y fueron incapaces de parar una sangría que finalmente acabó con sus opciones de triunfo.
De haber dado antes con la tecla podrían haber sacado jugo del Fenerbahçe, pero una mala estrategia, fruto del buen hacer de los de Obradovic y del desacierto ofensivo catalán, lo evitaron pese a la gran reacción final en un último cuarto (9-18) que empezó con 2-4 en los primeros cinco minutos pese a la clarividencia final. Precisamente, en la jugada caliente, Marcelinho no buscó una jugada de triple para ir a la prórroga y ahí acabó todo.
No se encontraron cómodos en ningún momento los blaugranas cuando tocaba hacerlo en un Ülker Sports Arena lleno y que caldeó el ambiente. Empezaron con mal porcentaje desde los 6,75 metros y, lejos de mejorar, esta tónica se mantuvo todo el partido y, por contra, el Fenerbahçe martilleó desde esta distancia y también en la pintura el aro catalán, sobre todo con un gran protagonismo de Linas Kleiza, el mejor e imparable, y Luka Zoric.
Únicamente el Barça se puso por delante con un 10-12 a falta de 4:50 para el final del primer cuarto. A partir de aquí, siempre a remolque. No obstante, en el tercer cuarto y tras un parcial de 0-9, los de Xavi Pascual se colocaron a dos puntos (46-44) y con la sensación de que podían encontrar el camino al asalto del nuevo e imponente Ülker, pero fue un espejismo.
Fue así el primer oasis en el porvenir de los blaugranas. Fue el punto clave, el de inflexión del partido, pues tras el esfuerzo de la remontada perdieron de nuevo la posición atrás y McCalebb, en una transición rápida tras recuperación, consiguió canasta y, en la siguiente acción, provocó una antideportiva inexistente de Lampe que solo el colegiado Viator vio.
No fue excusa, porque quedó en un matiz dentro del espectacular parcial de 14-0 que Fenerbahçe logró a base de buenas defensas, rapidez ofensiva y la lucidez de Zoric y Kleiza, que fue una pesadilla. Con este arreón, los turcos se pusieron 16 puntos arriba (60-44) y sepultaron al Barça, pues aunque quedaba mucho por jugar no dieron síntomas de mejora los de Pascual hasta que fue demasiado tarde.
Se obcecaron además en recortar distancias por la vía de los triples y el camino se les hizo cada vez más largo hasta ser imposible la remontada. De hecho, en el último y definitivo cuarto, en vez de salir en tromba en ataque pasaron más de cinco minutos con un parcial de 2-3 en el marcador, una cifra irrisoria de anotación que ya iba bien a Fenerbahçe pero sentenciaba al Barça.
Pese a que intentó cambiar el rumbo con la entrada de Pullen a pista, el joven base norteamericano metió una primera canasta pero se desquició a él mismo con precipitación, tiros forzados sin posibilidad de rebote y demasiada velocidad, tanto que ni sus compañeros le pudieron seguir. Malas selecciones de tiro y una oportunidad perdida para meter al Barça en el partido y, a nivel personal, de impresionar a Pascual.
Con Pullen de nuevo al banco, no cambiaron demasiado las cosas y Pascual no pudo encontrar otro revulsivo. Físicamente, este Fenerbahçe es muy superior al Barça y, además, es capaz de competir de tú a tú en un aspecto en que los blaugranas suelen ser superiores; el fondo de armario. Así, con esta superioridad anulada, los turcos hicieron buenos sus puntos fuertes; la velocidad, versatilidad, energía y capacidad de lucha.
No es que este Barça no tenga esto, pero todavía está más verde que Fenerbahçe y todavía tiene la baja de Lorbek. Además, pese a salir todavía del proceso de recuperación, tuvo suerte de que un Navarro que todavía no está al cien por cien fuera el mejor con sus triples, siendo el único más o menos acertado desde esa distancia. En el Palau, otra batalla se verá entre estas dos bestias, aunque el Barça deberá mejorar si no quiere arriesgarse como hizo este viernes a ser vapuleado.